En un mercado de seguros altamente competitivo, el Banco de Seguros del Estado (BSE) mantiene el liderazgo con más del 70% de participación, sin recibir ninguna asistencia del gobierno. El titular del organismo, Marcos Otheguy, conversó con La Mañana y detalló los ejes de gestión trazados para este período, entre los que destacó el fortalecimiento del área de accidentes de trabajo y la prevención. “El principal desafío es seguir manteniendo el liderazgo en materia de seguros en el país”, afirmó.
¿Cómo describiría el mercado de los seguros en Uruguay y cuál es el rol del BSE en ese contexto?
El mercado de seguros en Uruguay es fuertemente competitivo. Es el mercado sin duda más competitivo donde el Estado participa con una empresa pública. Por ejemplo, el Banco República compite con alrededor de siete bancos privados, Antel compite con dos, en nuestro caso con 15 empresas privadas, muchas de ellas representantes de multinacionales. Más allá de esto, el BSE tiene el 72% del mercado de seguros del país; si sacamos el monopolio de accidentes de trabajo, es el 69%. Somos con ventaja los líderes del mercado. Esto habla a las claras de una empresa pública que está en condiciones de competir de igual a igual con las empresas privadas. Esto es muy relevante señalarlo cuando se levantan voces cada vez con más fuerza –basta ver lo que pasa en Argentina– contra lo público y estatal. Y esto lo logra el BSE sin recibir ningún tipo de subsidio ni asistencia del gobierno, todo lo contrario, transferimos decenas de millones de dólares al año a Rentas Generales.
Si contamos de forma sintética las principales características de la organización que me toca presidir, debemos decir que hoy el BSE tiene un patrimonio que supera los US$ 800 millones, gestiona activos por más de US$ 11.000 millones y factura anualmente más de US$ 2000 millones. Y el objetivo –de no mediar siniestros extraordinarios– es tener un resultado a fin de año en el entorno de los US$ 120 millones. Si vemos cómo se estructura nuestra cartera de seguros –y sobre esto yo creo que hay mucho desconocimiento–, el 56% de la facturación en primas corresponde al pago de jubilaciones por el régimen AFAP, el 15% es por accidentes de trabajo y el 13% por los seguros de vehículos, el resto corresponde a toda la variedad de seguros que existen en el mercado. También conviene señalar que tenemos más de 2000 empleos directos, sucursales propias en las 18 capitales departamentales del interior, 63 agencias que trabajan en exclusividad para el banco distribuidas en todo el territorio nacional y más de 1200 asesores de seguros, nuestra principal fuerza de ventas.
¿Cómo encontró al BSE al asumir el cargo?
Encontré el banco que estoy señalando y que es producto de una continuidad en la gestión de por lo menos los últimos 15 años. El proceso de modernización de la institución comenzó de manera muy fuerte en el primer gobierno del Frente Amplio, pero debo reconocer que siguió más allá de matices estos últimos años. Yo integré el directorio de la institución en representación de mi fuerza política y el banco siguió en líneas generales con la senda trazada con anterioridad. Lo principal: no se avanzó contra el monopolio, que era, desde mi punto de vista, la mayor amenaza en el gobierno anterior, ya que existió un lobby muy fuerte de las compañías privadas en esta dirección. Cuando en 1992 se desmonopolizaron los seguros en Uruguay, se mantuvo el monopolio de accidentes de trabajo, lo que se debe a que en nuestro país esto se concibe como una política social y no como un negocio.
¿Cuáles serán los principales ejes de gestión del BSE en este período de gobierno?
Tenemos tres prioridades muy claras. La primera se relaciona con el punto que conversábamos anteriormente y es el fortalecimiento del área de accidentes de trabajo y del hospital con un fuerte foco en la prevención. El nuevo hospital aprobado por el expresidente José Mujica en su gobierno e inaugurado por el expresidente Tabaré Vázquez es un orgullo para nuestro país. El mes pasado fuimos reacreditados por un organismo internacional, CARF, institución que desde el año 1966 acredita en el mundo centros de rehabilitación. Fuimos reacreditados en tratamiento del dolor, internación y reinserción laboral por tres años, que es la máxima acreditación. A su vez, la forma de trabajo de CARF establece dos categorías: observaciones, es decir, cosas que deben cambiarse, y recomendaciones, que son sugerencias que no hay obligación de incorporar. El hospital no recibió observaciones y esto nos coloca en un privilegiado 3% de instituciones en la historia de CARF que no las han recibido. Pero el gran desafío que tenemos por delante es apostar a la prevención. Al inicio del actual gobierno, el Ministerio de Trabajo observó con preocupación un aumento en la siniestralidad laboral, por lo que nos mancomunamos para trabajar en un “Compromiso por la vida y la seguridad en el trabajo”. El BSE aportará el desarrollo de una campaña de sensibilización y prevención para evitar los accidentes de trabajo que saldrá en pocos días. Además, estamos trabajando en la creación de un Observatorio de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales. Para tener políticas públicas eficaces, las mismas tienen que estar basadas en evidencia. La idea es que una primera fase del observatorio esté operativa antes de fin de año y el que viene se lleve adelante todo su desarrollo.
El segundo eje se relaciona con lo que se ha convertido en el sector más grande del banco que es área previsional y el pago de las jubilaciones por el régimen AFAP. Tenemos la enorme responsabilidad de gestionar el dinero de los trabajadores y asegurar el pago de sus rentas por las próximas décadas. Esta es un área abierta a la competencia, pero donde solo el BSE está participando. Esta cartera crece a razón de 12.000 rentas anuales aproximadamente, hoy estamos jubilando a un trabajador en un promedio de 19 días desde que comienza su trámite, gestionando activos por US$ 10.000 millones y, en cinco años, si no hay cambios en el mercado, rondarán los US$ 20.000 millones. Esto nos convierte en uno de los principales inversores institucionales del país, con el dinero de los trabajadores y, como decíamos anteriormente, por ser una empresa pública, estamos contribuyendo al desarrollo del país. Estamos poniendo el foco en la mejora continua y la incorporación de la tecnología para asegurar la excelencia en la gestión de esta cartera.
Por último, en el núcleo duro de la competencia en materia de seguros vamos a seguir apostando a la innovación tecnológica y a la profesionalización de nuestros trabajadores. El desarrollo de nuevos productos a la medida de las necesidades de nuestros clientes siempre es una prioridad.
En resumen, el principal desafío es seguir manteniendo el liderazgo en materia de seguros en el país.
Sobre lo que menciona de la innovación tecnológica, ¿qué lugar ocupa la transformación digital en la agenda del BSE?
La transformación digital es uno de los ejes principales de nuestro plan estratégico. Estamos poniendo el foco en el potencial que aportan los desarrollos en materia de inteligencia artificial. Hemos creado un Comité sobre Inteligencia Artificial que depende directamente de la Gerencia General, pero poniendo siempre en el centro a las personas y sus necesidades.
Por último, ¿cómo se prepara el BSE para esta edición de la Expo Prado?
El lunes 8 de setiembre al mediodía estaremos inaugurando nuestro stand en la Expo Prado 2025, que tendrá como eje temático la prevención, desde la prevención de los accidentes de trabajo de la que hablábamos al comienzo, hasta la prevención en el tránsito, entre otros. El BSE tiene más del 70% del mercado de seguros agropecuarios, estamos en toda la cadena, desde el lugar de producción, el almacenamiento, el transporte y el destino final de la producción; estamos en todos los rubros, desde la agricultura a la producción de alimentos; y desde el productor más chico al más grande.