El barrio Villa Sonia, tristemente conocido por reiterados hechos de sangre, suma uno más en las últimas horas. En la noche del sábado y en atención a un llamado al Servicio 911 por disparos de arma de fuego, personal policial de Seccional Décima, PADO y Guardia Republicana se hizo presente en una finca ubicada en Hermanos Artigas y Manuel Meléndez, donde se encontraron con un hombre con varias heridas de armas de fuego.
El hombre de 36 años, poseedor de antecedentes por Rapiña y Tráfico de Drogas fue trasladado a un Centro Asistencial donde falleció poco después de ingresar. De acuerdo a declaraciones de testigos, dos hombres que circulaban en moto se detuvieron frente a la vivienda de la víctima quien se encontraba en el frente de la misma. Uno de los individuos sin mediar palabra le disparó varias veces y una vez caído lo ejecutó con un disparo en la cabeza para luego darse a la fuga.
Una zona fuera de control
Los vecinos del lugar viven en estado de tensión permanente, y con el paso del tiempo han tenido que acostumbrarse al sonido de los disparos de armas de fuego y por lógica consecuencia de sirenas policiales y ambulancias.
La proliferación de bocas de venta de drogas y la disputa por el territorio de la que participan bandas rivales han transformado a este barrio ubicado al oeste de la capital y cercano a la línea divisoria con Brasil, donde habita gente humilde y con hábitos de trabajo en zona de riesgo. De calles angostas, con pasajes entre viviendas y con poca iluminación, se transforma en tierra de nadie al caer la tarde. El tránsito de personas queda reducido a jóvenes dedicados a la tarea de delivery, individuos ubicados en las esquinas en tarea de vigilancia, los que son parte del paisaje habitual en el lugar, de acuerdo a lo que manifiestan unos pocos vecinos, mientras otros se mantienen en silencio por temor a represalias.
En anteriores ediciones La Mañana ha informado al respecto de la disputa por territorios en la que están involucradas las bandas conocidas como “Los Manos” y “Bala na Cara” y que hasta la fecha se han cobrado varias vidas mediante la práctica del sicariato.
El intenso trabajo policial ha logrado el cierre de varias bocas de venta de drogas, incautando drogas, armas y equipos de comunicación a la vez de lograr la formalización y condena de varios de sus integrantes. La posibilidad de reclutar nuevos integrantes en territorio brasileño y la cercanía de la frontera facilita la fuga de los delincuentes a la vez que dificulta la tarea policial.
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