El escritor y académico Álvaro Pombo recibió el pasado 23 de abril, de manos del rey de España, uno de los más importantes premios para escritores en lengua castellana. La ceremonia, que tuvo lugar en la Universidad de Alcalá de Henares, contó con la presencia del premiado, que pese a su frágil estado de salud mantiene una intensa actividad literaria y su conocido buen humor.
Una brillante carrera
Nacido en la ciudad de Santander el 23 de junio de 1939 en una familia de alta alcurnia, desde joven demostró facilidad para escribir. En la Universidad Complutense de Madrid se graduó como Licenciado en Filosofía y Letras y posteriormente obtuvo el grado de Bachelor of Arts and Philosophy en el Birkbeck College de Londres.
En el año 1973 publicó su primer libro de poemas titulado Protocolo. Un segundo libro de poesía, Variaciones, obtiene el premio El Bardo y a su regreso de Londres, en donde vivió durante una década, publica también un libro de narrativa titulado: Relatos sobre la falta de sustancia.
Años después escribe novelas que recibirán premios de importancia, como el Herralde, obtenido con El héroe de las mansardas de Mansard (1983), el Premio Nacional de la Crítica, con El metro de platino aindiado (1990) y el Premio Nacional de Narrativa con Donde las mujeres (1996).
En el año 2005, ya siendo miembro de la Real Academia Española, a la que había ingresado el 20 de junio del año anterior, publica Contra natura, donde expresa y fundamenta sus críticas a una parte del colectivo homosexual, al cual pertenece.
Sus novelas continúan mereciendo importantes galardones. En 2006 La fortuna de Matilda Turpin gana el premio Planeta y en el año 2012 El temblor del héroe obtiene el premio Nadal.
La ceremonia
El acto de entrega del premio tuvo lugar en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, con la presencia de los Reyes de España, autoridades de gobierno, y la del homenajeado, que se había puesto en duda hasta último momento debido a su delicado estado de salud.
El escritor cántabro, que recibió el premio de manos del rey Felipe VI, concurrió en silla de ruedas pero mostrando un ánimo muy jovial y el sentido del humor que le es característico, ya que es frecuente que en las entrevistas bromee con los periodistas acerca de su propia debilidad.
El Premio Cervantes 2024 concedido por el Ministerio de Cultura, según el comunicado, fue otorgado al escritor Álvaro Pombo García de los Ríos por “su extraordinaria personalidad creadora, su lírica singular y su original narración”. El jurado también ha señalado que, en sus creaciones, “muestra el mundo a través de la construcción de un lenguaje en el que las deformaciones de la realidad aparecen reflejadas bajo el disfraz de la ironía y el humor”.
Por su parte el rey destacó en su discurso la característica tan propia de la personalidad de Pombo, diciendo: “Consciente del dramatismo de la vida, ha defendido la importancia del humor, y está convencido de que la sabiduría consiste en venerar las cosas serias y en reírse de todo lo demás, incluido uno mismo”. Y en cuanto a ciertas constantes en su obra expresó:“Aunque su creación es variada y plural, quiero comentar dos aspectos esenciales de la obra de Álvaro Pombo que le confieren un perfil singular en el panorama actual, y que, en mi opinión, resultan importantes para la sociedad española en su conjunto. Me refiero a su interés por la bondad y por la verdad”.
La fragilidad, como característica de la sociedad actual, fue el tema central del discurso de respuesta del premiado. Sin aludir a la fragilidad de su físico, sin duda compensada por la potencia de su pensamiento.
Licencia para opinar
Álvaro Pombo suele expresarse con absoluta libertad, sin tener en cuenta la tan mentada corrección política que puede llegar a convertirse en una nueva inquisición, en algunos casos hasta plasmada en leyes.
Su posición ante la homosexualidad, muchas veces expresada ante los medios y en alguna de sus obras como Contra natura, está tan equidistante de la reprobación como de la exaltación o el fomento de esa condición. Por eso se ha dicho en los comentarios del citado libro que es “una novela que refleja un discurso independiente, brutal a veces y políticamente incorrecto que queda tan lejos de la condena como de las gozosas figuritas del pastel de un allanado y edulcorado matrimonio gay”.
También en cuanto al franquismo, a riesgo de que le impusieran sanciones de acuerdo con la legislación vigente, Pombo se animó a opinar con la autoridad de quien ha vivido en esos tiempos: “Sé que suena mal, el asunto es que España prosperó gracias a Franco, la gente tuvo su cochecito, su residencia, y la democracia fue posible gracias a Franco”.
Otra cosa que muchos no podrán perdonarle es que en su novela Santander 1936, en que relata la historia verdadera de su tío, equipare socialistas y falangistas. Más de un periodista escandalizado ha insistido en preguntarle si los considera equivalentes, a lo que el autor ha respondido que no ve ninguna diferencia de partida, puesto que la Falange era un movimiento limpio, católico y juvenil y que si bien no todo era idealismo y había casos de violencia, lo mismo ocurría en el otro bando.
En cualquier caso, Álvaro Pombo sigue su camino sin preocuparse por el resquemor que puedan causar algunas de sus opiniones. A sus 85 años está escribiendo una colección de cuentos autobiográficos que titulará Escándalo.
Madrid, abril de 2025
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