La relación entre Uruguay y China es estratégica y se mantiene como política de Estado, aunque con menor énfasis en un TLC bilateral, según el análisis de Bartesaghi. En conversación con La Mañana, el especialista remarcó que el gobierno prioriza la agenda del Mercosur y se alinea con Brasil, descartando la flexibilización de la pasada administración. De todas maneras, consideró que el potencial con el país asiático sigue siendo alto en exportaciones, servicios e inversiones, y se espera que el vínculo siga creciendo.
¿Cómo describiría las relaciones comerciales entre Uruguay y China?
La relación con China sigue siendo de suma importancia para Uruguay en términos comerciales y progresivamente empieza a tener mayor relevancia en cooperación, en potencialidad de inversiones y en otro tipo de intercambios. Es un socio estratégico para Uruguay, pero ahora está en una etapa en la que el cambio de gobierno, si bien le sigue otorgando una prioridad a China como quedó claro con la visita de Lubetkin, le cambia el perfil al acercamiento que se había tenido en el gobierno anterior en la apuesta comercial por el famoso tratado de libre comercio (TLC). Entonces, la relación entre China y Uruguay es estratégica, es una política de Estado, pero con este gobierno hay una revisión en cuanto a que se descarta la posibilidad de seguir insistiendo en el TLC bilateral como venía haciendo el gobierno de Lacalle Pou.
¿A qué atribuye esa “revisión”?
Yo creo que el gobierno lo que hace es descartar la estrategia de flexibilización del Mercosur, entonces, se apega a la agenda del Mercosur, se apega a la posición de Brasil, y abandona la estrategia del Acuerdo Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (Cptpp) y del TLC con China. A mi juicio, es un error. Este gobierno deja una pata sola en la política exterior, que es la de la agenda del Mercosur, y abandona la posibilidad de la flexibilización. Eso, de cierta forma, le saca intensidad a la relación con China. O sea, China sigue siendo clave como socio comercial, como decía, por la potencialidad que tiene en las inversiones, pero ya no se habla del TLC.
Respondiendo a tu pregunta, se retrae porque eso venía del gobierno anterior y porque eso va en contra de los intereses de Brasil. Y este gobierno se alinea a los intereses de Brasil y a la agenda del Mercosur. Lo que dice este gobierno es que se va a cerrar un TLC con China cuando el Mercosur quiera, no de forma bilateral. Yo lo considero un error. Me parece que la política exterior de Uruguay tiene que ser de Uruguay, no de Brasil. Históricamente, el Frente Amplio ha priorizado el Mercosur, y el Partido Nacional y el gobierno anterior en particular lo han cuestionado. Y además tenés a Milei del otro lado, que plantea la posibilidad de avanzar con Estados Unidos. Pero, para no contradecir a Lula, Uruguay se olvida de la posibilidad de avanzar bilateralmente con China.
¿Se podría pensar que se optó por otras prioridades dadas las dificultades que implicaría lograr el TLC de manera bilateral?
Nada es fácil en política exterior. La respuesta no puede ser descartar la posibilidad de avanzar con China porque es difícil, vos tenés que seguir insistiendo. Para mí, haber cerrado la puerta de la flexibilización y de la posibilidad de avanzar bilateralmente con China, y haber cerrado la puerta de ingresar al Cptpp y no hacer gestiones para eso, es uno de los errores visibles de esta nueva administración en política exterior, porque en definitiva vos podés seguir apoyando la agenda del Mercosur. ¿Cómo no vamos a apoyarla si hay posibilidad de cerrar el acuerdo con la Unión Europea (UE) este año? Pero sabés que eso no depende de vos, o sea, se cerrará en noviembre siempre y cuando Europa resuelva el problema que tiene, no se va a cerrar porque Uruguay diga que lo quiere cerrar. Si se cierra va a ser porque Europa está presionada por Trump, por todo lo que ya sabemos.
Pero, más allá de esto, ¿por qué descartás lo bilateral? Me parece que la explicación tiene que ver con política regional, tiene que ver con política interna: no voy a ir contra el Mercosur y no voy a ir contra Brasil, entonces, descarto esa posibilidad y digo que es porque esa posibilidad nunca estuvo. Si vos solicitaste entrar en el Cptpp y eso lo tienen que analizar, ¿por qué no seguir haciendo el lobby al más alto nivel para poder ingresar? Si vos tenés con China una gran cantidad de puntos en la agenda y uno de esos puntos era el TLC, más allá de la desigualdad, ¿por qué lo descartás? Me parece que eso implica no darle continuidad a una política que mantenía la llama con China, con mayor fortaleza, porque es un socio con el que todavía tenemos muchísimo potencial para seguir exportando más y más competitivamente por los aranceles que pagamos en las exportaciones actuales.
¿Cómo vio los resultados que tuvo la misión oficial a China, donde se habilitó la exportación de harinas de soja y colza y se firmaron nuevos acuerdos de cooperación?
Muchos de esos acuerdos ya venían también del gobierno anterior. Se sigue dando una continuidad a la apertura de nuevos productos a China y eso es muy positivo. Yo creo que los avances sanitarios que se han tenido con China son muy buenas noticias. Se hizo un buen trabajo en el gobierno anterior y uno espera que eso continúe. En ese marco, la visita del ministro de Ganadería, Alfredo Fratti, es relevante, así como lo es la visita de Lubetkin, que fue más política porque se hizo en el marco del Foro Celac-China, pero de cierta forma se formaliza la apertura del Consulado de Hong Kong, que es una señal interesante. Se le sigue otorgando importancia a este gran socio en un contexto complejo, porque estás en una guerra geopolítica entre Estados Unidos y China. Pero la política tiene que ser diversificada, amplia, y tenés que intentar tener relaciones con tus principales socios comerciales y con los que realmente tenés oportunidades de seguir creciendo.
¿Cuáles son esas oportunidades en el caso de China?
Con China todavía hay muchísimo por hacer. El margen para aumentar la relación con China en Uruguay es enorme si te comparás con otros países de la región como Perú, Brasil, Chile, incluso Argentina. En una agenda más amplia con China, más allá de bienes, hay una potencialidad en servicios, en cooperación, en inversiones estratégicas. Uruguay puede crecer mucho en la agenda con China. Eso va a seguir pasando en este gobierno, no creo que eso cambie, porque como te decía, para mí es una política de Estado. Lo único que pierde un poco de fuerza es esto del TLC, que era como un buen llamador de que Uruguay lo reclamaba. Eso no quiere decir que los ministros no van a seguir yendo ni que no se van a hacer más aperturas sanitarias o más acuerdos de cooperación. Uno imagina que Uruguay XXI tiene que ser muy activo con China, los empresarios, como el caso de esta misión de la empresa Tafirel yendo a China, que es muy buena. Todo esto va a seguir ocurriendo, aunque no se va a hablar más del TLC. Ojalá se dé progresivamente que Uruguay logre involucrarse con China en todos los aspectos de la agenda como vemos en otros países de América Latina, con el riesgo claro de que se den algunas tensiones con Europa y Estados Unidos que están con esa puja contra China en algunos puntos.
¿Es viable que se concrete un TLC a nivel del Mercosur en el contexto actual?
Es una buena pregunta. Yo creo que un Lula debilitado, con una política exterior algo cuestionada, el mayor esfuerzo que va a hacer desde el punto de vista de su apertura, con su visión estructuralmente proteccionista, será aceptar el cierre del acuerdo con la UE. Hasta ahí va a llegar. El Mercosur va a pasar a tener un cambio de dinamismo brutal si cierra el acuerdo con la UE. Por más que este acuerdo sea light comparado con lo que tendríamos que haber cerrado años atrás, es de un enorme diferencial para el Mercosur. Si no lo cierra, se viene una crisis casi definitiva, pero si lo cierra va a ser un cambio enorme. Yo creo que Lula se va a quedar con eso y va a saber que todos van a potenciar el éxito. Uruguay va a sentarse sobre ese éxito en política internacional como si fuera propio. En realidad, Uruguay lo acompaña, pero no lo cierra. No imagino un Mercosur con Lula Liderando fuerte una apertura con China, no lo imagino tampoco con Indonesia o Vietnam, ni con Japón, como dijo Lula en su último viaje a ese país. El cierre del acuerdo con la UE probablemente genere el cierre del EFTA, que son los otros países europeos, y probablemente eso genere un mayor incentivo a avanzar rápido con el acuerdo de Emiratos Árabes y quizás se arranque a negociar nuevamente con Canadá. Avanzar con las grandes potencias asiáticas como China, Japón, Corea del Sur, Vietnam e Indonesia, con el Lula actual, yo lo veo muy difícil y no tenés quién lidere ahí, porque Uruguay ya soltó la posibilidad de la bilateralización.
Si bien Milei plantea un discurso razonable vinculado a la bilateralización y a un Mercosur flexible, a la hora de expresar qué es lo que quiere con eso, lo único que hace es hablar de Estados Unidos. Me parece un error de lectura que no hable de las economías asiáticas. No habla ni siquiera de África. Habla solo de Estados Unidos y al hacerlo limita mucho el alcance y la discusión de apertura del Mercosur. Entonces, respondiendo a tu pregunta, yo no creo que estén dadas las condiciones para que el Mercosur negocie con China de forma conjunta. Por eso, insisto, es un error haber abandonado la posibilidad de seguir golpeando la puerta de forma bilateral, porque eso es algo que nunca debe descartarse. Y por más que sea difícil y que sabemos que depende un poco de Brasil, los contextos son cambiantes, el mundo está cambiando muy rápido, por lo tanto, es una pena no tener esa posibilidad, que haya sido trabajada a lo largo de los años, pero no se esté hablando más del tema en este gobierno.
Hablaba del amplio margen que aún existe en la relación con China. En ese sentido, ¿cómo imagina el futuro de este vínculo bilateral?
En los próximos años yo imagino que va a seguir creciendo y madurando. Las relaciones de China con el mundo han cambiado con el paso de los años. China solo compraba minerales y recursos, y ahora es una gran proveedora de tecnología, es un socio estratégico en la cantidad de autos eléctricos, paneles solares y molinos de viento que le vende al mundo, y de otro tipo de tecnología como 5G, celulares y todo lo que ya sabemos. China hoy ocupa un rol preponderante en ser un proveedor de tecnología que tiene un impacto de dimensiones muy grandes en la globalización, que es la baja relativa de los precios de casi todos los productos. Pero, además de eso, es un país que ahora quiere jugar su rol en inversiones estratégicas en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, pero también a través de sus bancos de inversión.
Todo eso hace imaginar que China va hacia más, mientras que Estados Unidos le da la espalda al mundo y, en lugar de generar alianzas, te pone aranceles o te bloquea, y eso hace que China gane aún más presencia a nivel internacional. China va a ganar más presencia por el error estratégico cometido por Trump en política internacional. Ahora Europa está reaccionando distinto a Trump, está apurando su acuerdo con el Mercosur con su estrategia liderada por la Comisión Europea y por su servicio externo. En realidad, la UE está entendiendo que debe tener nuevas alianzas, las está buscando en África, en América Latina. China va a seguir con su estrategia, quizás algunos países tengan que poner un poquito más de pausa porque van a tener la presión de Estados Unidos, pero definitivamente la profundización de las relaciones de China con América Latina y con Uruguay, es un proceso irreversible y no es posible detenerlo.