Es habitual leer sobre la importancia y la creciente participación del Estado en la economía de China, supuestamente como consecuencia de las políticas del presidente Xi Jinping. Sin embargo, los datos parecerían evidenciar justamente lo contrario y diversos estudios dan testimonio de un sector privado en franco proceso de crecimiento. Una vieja lección histórica nos enseña que las manifestaciones del Partido Comunista no necesariamente reflejan sus objetivos y accionar. Concretamente, si las comunicaciones del Gobierno chino ponen énfasis en el rol del Estado en la economía, no hay que interpretar esas manifestaciones como el verdadero objetivo estratégico del gigante asiático.
En efecto, un estudio reciente de los economistas Tianlei Huang y Nicolás Véron presenta evidencia empírica de que el sector privado de China viene creciendo sostenidamente. El fenómeno no solo se da en términos absolutos, sino también en términos relativos: el peso del sector privado en la economía aumenta. De hecho, si bien las empresas de mayor tamaño son controladas por el Estado, las privadas son las que más han aumentado. De esta forma puede afirmarse que las empresas estatales aún dominan entre las empresas más grandes por ingresos, pero su preeminencia se está erosionando gradualmente.
Si se toman en cuenta las empresas cotizadas en Bolsa, en 2005 solo 15 empresas chinas figuraban entre las 500 empresas globales más grandes, medidas por sus niveles de ventas. Para 2021 ese número se había elevado a 130. Si en 2010 las ventas agregadas de las empresas chinas dentro del Fortune Global 500 sumaban US$ 2,8 billones, esa cifra había crecido en 2020 a US$ 8,8 billones. Por ahora, las empresas estatales dominan dentro del sector de las empresas más grandes, proporcionalmente mucho más que en la economía en su conjunto. Pero la participación del sector privado ha ido en constante aumento, desde cero a mediados de la década de 2000, hasta el 19% del total, según la clasificación de Fortune de 2021 que toma en cuenta las ventas del año anterior.
El avance del sector privado entre las empresas chinas más grandes no parece ser el resultado de una planificación a largo plazo o de decisiones de la cúpula de gobierno, sino consecuencia de un funcionamiento más espontáneo de la economía. Deng Xiaoping, principal artífice de la adopción de los mercados por parte de China a partir de 1978, predijo en 1980 que “cualquiera que sea la proporción de la inversión privada, esta cubrirá solo un pequeño porcentaje de la economía china. No afectará en absoluto a la propiedad pública socialista de los medios de producción”. Como vimos más arriba, esto no implica necesariamente que Deng se hubiera equivocado y refleje más que nada el extremo cuidado con que el Partido Comunista chino ha manejado la transición. En 2002, el avance del sector privado parecería ser un proceso irreversible.
Los ocho lineamientos del Gobierno chino para asistir a países extranjeros
Durante su visita a Ghana en enero de 1964, el premier chino Zhou Enlai delineó los principios para que su país brindara asistencia económica a un país extranjero:
1. El Gobierno chino siempre se basa en el principio de igualdad y beneficio mutuo a la hora de prestar ayuda a otros países.
2. Al prestar ayuda a otros países, el Gobierno chino respeta estrictamente la soberanía de los receptores, y nunca pone condiciones ni pide privilegios.
3. China proporciona ayuda económica en forma de préstamos sin intereses o a bajo interés y alarga el plazo de devolución cuando sea necesario para aligerar la carga de los países receptores, en la medida de lo posible.
4. Al proporcionar ayuda a otros países, el propósito del Gobierno chino no es hacer que los países receptores se vuelvan dependientes de China, sino ayudarles a emprender paso a paso el camino de la autosuficiencia y el desarrollo económico independiente.
5. El Gobierno chino hace todo lo posible para ayudar a los países receptores a construir proyectos que requieran menos inversión, y que al mismo tiempo den resultados más rápidos.
6. El Gobierno chino proporciona equipos y materiales de fabricación propia de la mejor calidad a precios del mercado internacional. Si el equipo y el material proporcionados por el Gobierno chino no cumplen las especificaciones y la calidad acordadas, el Gobierno chino se compromete a sustituirlos.
7. Al prestar una determinada asistencia técnica, el Gobierno chino procurará que el personal del país receptor logre dominar plenamente dicha técnica.
8. Los expertos enviados por China para ayudar en la construcción en los países receptores tendrán el mismo nivel de vida que los expertos del país receptor. Los expertos chinos no podrán plantear exigencias especiales ni disfrutar de comodidades especiales.
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