En entrevista con La Mañana, el economista Milton Ramallo, asesor de la Federación Rural, analiza las declaraciones del ministro de Economía, Gabriel Oddone, y advierte sobre los efectos de la presión fiscal y regulatoria en el sector productivo. Critica la incertidumbre tributaria, señala al empresariado como “válvula de ajuste” y destaca la vulnerabilidad del productor rural, el que no puede trasladar sus costos. Ramallo llama a diversificar opciones en lugar de aumentar la regulación.
El ministro Oddone expresó que el ajuste fiscal era suficiente y no habrá debates tributarios. ¿Qué reflexión le merece?
Por un lado, se está hablando últimamente de aplicar nuevos impuestos en una economía que evidentemente no es factible de llevar adelante este tipo de medidas en el contexto actual de la economía misma. Así que, por lo tanto, las declaraciones de que estas son las reglas del juego de acá en adelante te dan un escenario que por lo menos le saca esa incertidumbre de no saber lo que va a pasar el año que viene, cuando la Ley de Presupuesto recién ha sido votada y hay que dejarla correr un tiempo con las nuevas reglas que se fijaron. Se entiende que con declaraciones del ministro confirmando que estas reglas de juego ya fueron votadas y que esas son las que van a prevalecer hacia adelante, le da un marco que la verdad es de seriedad y de por lo menos poder proyectar algo en un corto plazo sin tener que nuevamente cambiar las reglas sobre la marcha. Aunque eso solamente es el tema tributario, también hay leyes como esta que se está discutiendo, de querer que las empresas anuncien sus despidos al ministerio, lo cual también es bastante errático, pensar en ese tipo de medidas en una economía que se mueve muy rápido.
En este caso, ¿el empresario termina siendo rehén de las decisiones del funcionario?
Sí, ese es un tema recurrente. Hoy en día, para el Estado que tenemos nosotros, para el tamaño del Estado que tenemos y que hay que gestionar, se ha gravado todo lo posible, empezando por las personas físicas con el IRPF y siguiendo por el IASS, que gravó la jubilación, es algo que no ameritaba mucho análisis porque evidentemente era impensable que vayas a gravar jubilaciones, algo que ahorró toda tu vida. Y después las empresas, que son casi siempre las que terminan también pagando gran parte de ese gasto que hay que sustentar. Lo grave acá es que todos estos años han sido de aportes, de crecimiento de endeudamiento, de crecimiento de dispositivos, y resulta que nos enteramos de que tenemos un nivel impensable de pobreza infantil. Entonces, evidentemente, algo estamos haciendo mal y la solución no es la recaudación.
Se anuncia además la negativa a aplicar el 1% a los ciudadanos con mayor poder adquisitivo. ¿Cómo lo toma el empresariado local?
Siempre el tema del anuncio tributario va a generar incertidumbre, volatilidad, movimiento, porque es muy sensible para cualquier usuario, para cualquier agente económico. Pueden ser empresarios o, en este caso, las personas, pero estas no se pueden mover de su lugar, entonces si vos las gravás tienen que seguir trabajando y tienen que seguir pagando. La empresa tiene ese factor que es trabajar. El problema es que el empresariado siempre es la válvula de ajuste de la economía, porque, ¿qué pasa? Cuando vos gravás a las personas físicas, las personas no se pueden trasladar o no pueden dejar de trabajar. Si mañana aumenta el IRPF, te ves obligado a pagar, si bien aumenta la informalidad, te ves obligado a pagar ese impuesto.
Las empresas no, porque la ecuación da positiva y el resultado da positivo al final del año o al final de cada mes. Si se empiezan a gravar las empresas por diferentes aspectos, se genera eso de que hablamos de que las empresas se van. Se van y se cierran, porque los números no dan. Es lo que últimamente ha estado pasando en Uruguay con algunas empresas que se han retirado del mercado. ¿Por qué? Porque necesitan unos niveles de rentabilidad para cubrir un funcionamiento en Uruguay que hoy en día es muy exigente, dado que además tenemos el tema del cambio.
El precio del gasoil, aumento de los peajes, propuestas de impuestos a la caminería rural, guía de carga. Más allá del transporte de carga, ¿todo eso afecta la renta del productor rural?
El productor rural es el único agente económico que no puede trasladar sus costos. Es decir, todo lo que recae en la cadena cárnica termina en el productor rural porque no puede corregir sus precios, porque si le ofrecen un precio con el kilo de carne evidentemente lo tiene que tomar o dejar. ¿Por qué lo tiene que tomar? Porque necesita continuar con su ciclo y no se puede quedar con el producto en el campo. Entonces, todo lo que se haga en la cadena cárnica, por más que se diga que afecta más adelante o afecta al final de la producción, siempre se le está pegando al productor porque se corrige hacia atrás ese desfasaje de costos y tarde o temprano lo vas a terminar pagando. Yo creo que hoy en día ya no podemos seguir hablando de impuestos. Evidentemente, estamos en un momento que ya el tema del tipo cambio ha funcionado como un impuesto encubierto, que se ha pagado hace muchos años, ya llevamos dos o tres años que se está pagando este impuesto enorme y que le está costando muy caro al sector productivo. Y bueno, si este año que pasó, que fue muy bueno en términos de productividad y de precio, empieza a corregirse para este año siguiente, lo que uno ve es que los costos no se corrigen y los ingresos se corrigen rápidamente. Entonces ahí va a generar muchos problemas, que ya por ejemplo el sector del arroz es un ejemplo de una caída de precios y que no puede corregir sus costos y tiene que asumir esa cantidad de costos para la próxima fase.
¿Aumentan los costos para el productor, pero no aumenta la renta?
Lo que pasa es que el productor a la renta no la puede corregir, la renta se corrige sola. Es decir, ahora fue un año excepcional para la carne, por ejemplo, pero la soja está viendo cómo resuelve sus problemas cuando no se espera que haya los niveles de rendimiento que tuvo el año pasado, unos rendimientos históricos que este año ya no se esperan, se estima que va a estar muy por debajo de lo que fue en este momento. Entonces, lo que no lográs cubrir con producción, el costo no te lo fijo porque el nivel de costo y funcionamiento, el capital de trabajo que necesitás cada año o cada mes para funcionar, para prender las máquinas, no baja junto con el precio. Entonces cuando vos perdés ese ingreso, ya sea por el tipo de cambio, porque estamos hablando que el tipo de cambio bajó un peso en una semana y eso es un desfasaje total que te genera en el funcionamiento diario, ni siquiera en la rentabilidad. Perdemos el capital de trabajo, que es algo que debo tener para funcionar y si cada vez tengo que poner más eso me condiciona mucho en el funcionamiento, ni hablar del endeudamiento que te genera.
¿La economía actual, potencia el desarrollo de la producción agrícola – ganadera?
Cuando uno piensa en el sector productivo, que ha tenido un gran incentivo este último tiempo, por suerte el tema de las exportaciones de ganado en pie es algo que no se tocó, entonces como lo que vemos ahí es lo que genera incentivos para mejorar la producción, es la colocación, uno lograr diversificar su colocación de productos. Antes vos siempre terminabas en la industria, con una exportación en pie se abrió una puerta a lo que es la cría, entonces ahora genera incentivos en la cadena para que haya inversores que apuestan o productores rurales que apuestan a la cría porque ven que pueden elegir un precio u otro y son precios que funcionan totalmente separados, es decir, el precio de la industria funciona totalmente separado de lo que es el precio de exportación en pie, porque son mercados distintos y necesidad distinta. Ese es el tipo de incentivos que se necesitan cuando se le pide al productor que mejore su producción o que aumente su producción, lo que hay que darle son opciones, no hay que condicionarlo a que solamente haga esto para un único destino, porque nadie piensa en trabajar o en esforzarse para que todo vaya a un mismo lugar. Uno tiene que tener esa opción de decir, el precio me sirve, me sirve colocar, me sirve vender el producto, y bueno, capaz que hay que empezar a diversificar el abanico de opciones que se le da a los productores, capaz que depende del destino, lo que se esté haciendo con los productos es el precio que yo tengo que vender, entonces hay que pensarlo más por ahí y no tanto en ir a pedirle al productor que de por sí tiene que empezar a producir más o generar más kilos en forma voluntaria, sino que hay que dar los incentivos correctos para que eso pase. No tocar, no seguir regulando algo que está extremadamente regulado, es mantener algo, pero es necesario mejorarlo, esa es la realidad. Pero la economía de por sí sola no lo va a mejorar.



















































