Los precios no son lo que el sector agrícola quisiera, pero la zafra de invierno va redondeando aceptablemente y los cultivos de verano presentan buenas perspectivas.
En la zona de Paysandú y Río Negro “las lluvias han acompañado” la actividad agrícola, con una primavera “como hace mucho que no se ve”, dijo el Ing. Agr. Fernando Bide, productor agrícola ganadero y lechero, y secretario de Cooperativas Agrarias Federadas (CAF). Allí, su principal área de acción, “las lluvias han tenido una frecuencia semanal interesante de unos 30mm –salvo alguna excepción–, lo que es muy positivo en esta época, junto con las noches frescas y los días soleados”.
Esa combinación de factores “permitió que los cultivos de invierno completaran el ciclo de buena manera, alargándolo, lo que contribuye al peso y la calidad del grano”, aunque “retrasó un poco la cosecha” del trigo y la cebada, no así la colza y la carinata, que muestran otro nivel de avance.
Sobre la colza dijo que la cosecha se terminó “hace unos 10 días con rendimientos bastantes aceptables, en el eje de 1700 a 1800 kilos, un poco menos de lo que en primera instancia se creyó que se lograría”.
La carinata en tanto “se está consolidando como una buena alternativa de exportación para la producción de biocombustibles, y un rendimiento de 1000 kilos”, lo cual es un buen resultado”.
El trigo está iniciando la cosecha, y la cebada recién se está afianzando, con rendimientos promedios de 4500 o 5000 kilos y calidades aceptables o buenas; también puede haber algunas chacras de más rendimiento superando los 5000 kilos y hasta los 6000, pero con algún problema de baja proteína. “Esto en la zona hacia el norte, en el sur del país hay un retraso mayor”, precisó.
En resumen, “los cultivos de invierno van a redondear en una zafra aceptable, con buenos márgenes en algunos casos, en otros no tanto, pero en general va a ser una zafra positiva”, sintetizó.
Cultivos de varano
Los cultivos de verano también presentan, por el momento, buenas perspectivas, con la excepción de la lluvia importante que se dio en el norte de Paysandú y afectó alguna chacra temprana de girasol o maíz recién sembrado. Pero es un caso delineado en muy poca superficie.
En el resto de la zona “las lluvias han sido muy beneficiosas para la implantación”, tanto para los girasoles tempranos como maíces de primera.
“Desde hace unos años Copagrán está impulsando el girasol y es un cultivo que se va consolidando con un área interesante. Es un cultivo que tuvo problemas sanitarios que lo hicieron desaparecer, pero hace 4 o 5 años en Copagrán y en acuerdo con Cousa empezamos a tener convenios para retomar la producción. El productor recuperó la confianza llegando a ocupar hoy un lugar en la rotación, permitiendo liberar chacras temprano lo que facilita combinarlo con cultivos de invierno como carinata o colza invernal, también pasturas anuales o perennes en los sistemas agrícolas ganaderos.”, expresó Bide.
El girasol “es prácticamente un cultivo de nicho que este año totalizará unas 30.000 hectáreas”, estimó, de las cuales “Copagrán tiene 20.000”.
La siembra de soja “comenzó hace unos 10 o 15 días, con muy buenas implantaciones dada la frecuencia de lluvias”, aunque “un poco más lenta porque la temperatura de la noche baja bastante, pero ya estamos casi en el verano y los días se hacen más largos y soleados”.
A partir de ahora, y si no se da ningún imprevisto, “en esta zona se va a consolidar la siembra y entre el 5 y 10 de diciembre debería finalizar la siembra de soja y casi la totalidad del maíz de segunda, que tiene expectativa de siembra posterior a la cosecha del trigo”.
Promedios y puntos de equilibrio
Bide comentó que cada chacra tiene sus costos y por eso el punto de equilibrio no es para todos el mismo, además de que “hay una variación entre las zonas, con el sur pagando más renta, pero menos flete por estar cerca de los puertos; en el norte el flete es mayor pero las rentas son menores”. Otra variación es el de los rendimientos, que “son menores en el norte y mayores en el sur por las características de los suelos y la incidencia del clima”.
Todo eso lleva a que “los puntos de equilibrio sean diferentes, pero esperamos que el resultado general sea positivo”, apuntó.
Por otro lado “falta confirmar las calidades que también son importantes, de todas formas, no se ve que pueda haber cambios significativos”. Esa posible caída de calidad es producto de los altos rendimientos, y las pérdidas no serían importantes porque ese grano no se pierde y en el caso de la cebada o el trigo se utiliza como forraje, que cuenta con fuerte demanda en la ganadería.
Sanitariamente “no ha habido ningún problema grave”, y en precios “el escenario es bajo” con la excepción de la carinata y el girasol, “pero cuando los rendimientos son buenos se pueden obtener resultados positivos”, aún con los precios por debajo de lo deseable.
Como comentario final, el Ing. Bide dijo que “en Uruguay la agricultura ha cambiado mucho y para bien, con mejores resultados productivos que crecen año a año”, y destaco “la diversidad de los cultivos que permite rotar y hacer un mejor uso del suelo”.
Esa diversidad también “permite un flujo de caja a lo largo del año, con ingresos por granos en noviembre con canola, continúa en diciembre con carinata, en enero es la cebada, en febrero y marzo el trigo, en marzo y abril es el girasol, en junio y julio está la soja, luego el maíz”.
Concluyó señalado que cuando la diversidad de los cultivos se utiliza bien y se combina correctamente, se puede generar un mejor manejo del suelo y un mejor perfil de ingresos.



















































