En el día de ayer en la ciudad de Buenos Aires tuvo lugar la presentación del libro Un nuevo mundo, ¿es posible?: Doctrina Social de la Iglesia, Derecho Natural y Multipolaridad de los autores Lorenzo Carrasco y Jaime García Neumann. Publicado por la editorial Capax Dei y el Movimiento de Solidaridad Iberoamericana (MSIa). Fue presentada por el Lic. Guido Manini Ríos y el Dr. Rafael Breide Obeid, organizado por el Foro Argentino de Estudios Geopolíticos, en pleno barrio de Recoleta, donde La Mañana estuvo presente.
La obra reúne ensayos y comentarios de varios autores, Lorenzo Carrasco, Jaime García Neumann, monseñor Carlos Lara López, quienes invitan a una reflexión tendiente a contribuir a la configuración del nuevo mundo multipolar en ciernes.
Colectivismo marxista y liberalismo individualista: dos caras de una misma moneda anticivilizatoria
“Al terminar la II Guerra mundial sellando la derrota del nazi-fascismo, claramente se abrió la posibilidad del surgimiento de un nuevo orden mundial capaz de organizar la sociedad humana en base a otros principios fuera del ámbito de la incesante búsqueda de hegemonía e independiente de las ideologías predominantes que de alguna manera salían victoriosas del enfrentamiento mundial”, contextualiza a modo de introducción la obra.
“Ni el colectivismo marxista ni el liberalismo individualista –dos caras de una misma moneda anticivilizatoria– tenían la legitimidad para conducir al mundo al orden de plenitud que se vislumbraba en el horizonte y que, trágicamente, se confirmó 80 años después: primero, con la caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética y, en la actualidad con el declive hegemónico de Estados Unidos y sus aliados trasatlánticos. Durante la Guerra fría, ambos lados, cegados por el poder, mantuvieron sus ansias de dominio global a través de un innegable condominio de poder mundial”, explica Lorenzo Carrasco.
En este largo período de letargo histórico, sin dejar de reconocer los extraordinarias avances técnicos y científicos ocurridos, “no se sembraron las raíces sanas de un orden internacional cooperativo que pudiera frenar, en su carrera por la gloria, a los Jinetes del Apocalipsis: la guerra, el hambre, la peste y la muerte, que, al contrario, cabalgaron libremente escondidos debajo del paraguas nuclear de una doctrina malvada, la de la Destrucción Mutuamente Asegurada”, cuyo apropiado acrónimo en inglés es MAD (demente).
El mismísimo origen de la Doctrina Social de la Iglesia, concebida a partir de la encíclica Rerum Novarum, del papa León XIII del 15 de mayo de 1891, “ya nos decía que los dos sistemas, marxista y liberal, aparentemente antagónicos, se alimentaban mutuamente; atropellando, cada uno a su manera, genuinos valores del ser humano que solo pueden ser defendidos dentro de un orden divino”.
“Estos llamados, enriquecidos a lo largo del siglo XX en diversos documentos vaticanos de gran influencia en el mundo político y económico occidental, fueron no solo desoídos sino vehementemente combatidos o archivados bajo la clasificación de ‘lecturas utópicas’”, reflexiona Carrasco y agrega: “Lo anterior no sorprende ya que el Concilio Vaticano II y su Constitución Gaudium et Spes fueron deliberadamente deformadas con la anuencia de los dos bandos. La Teología de la Liberación redujo el reino de Dios al mundo material. Este mundo engañoso empapado de un positivista progreso material terminó despreciando cada rastro de un orden apoyado en valores morales, y la ley natural quedó encadenada en los sótanos de la academia”.
Despreciar la naturaleza divina del hombre terminó repudiando también su naturaleza natural
“En la reinante anticultura de la posmodernidad, el hombre puede ser cualquier cosa, excepto un ser humano íntegro; lo moderno es un ser desfigurado en sus características étnicas, raciales, tonalidad de la piel, preferencias de las más diversas aberraciones sexuales y clasificado por una infinita serie de siglas: ideología de género, LGBT+, transexualidad o identidad asociada a otras especies, en una variedad que depende de ‘ser despertado’ (woke) a esas realidades”, explica Carrasco.
“¿Pero realmente el poder material es tan poderoso como se considera a sí mismo?, o ¿es únicamente una ilusión más en los caminos desviados de la humanidad?”, se preguntan los autores.
“Lo que deliberamos en este libro es que estamos transitando por el final de una época del mundo occidental, que fue el líder natural de la humanidad, no obstante que, hoy por hoy, se ha extraviado precisamente por abandonar en conciencia los principios universales trascendentes que le dieron origen: el Estado nacional que ya no responde a la protección y fomento del bien común, y por eso, representa una amenaza a la constitución y reproducción de la célula mater de la humanidad, la familia”.
Los autores sostienen “que el extremo al que ha llegado el mundo occidental ha vulnerado los propios medios de subsistencia, sin perder, en un primer momento, su poder económico material o su poderío bélico. La inteligencia ha sido menor que su delirio de señorío, que al final lo traicionó”.
“Tal abandono del sentido de trascendencia espiritual y reverencia al ‘aquí y ahora’, no comenzó en nuestra contemporaneidad, sino que ha sido la trayectoria, con altas y bajas, de más de 350 años de supremacía creciente del liberalismo radical inglés y su hermano gemelo, el iluminismo francés. Esta pareja transgénero, practicando la máxima de Thomas Hobbes ‘El hombre es un lobo para el hombre’, pervirtió en cadena la naturaleza humana, el sistema de relaciones internacionales y también las instituciones políticas representativas”.
Iberoamérica y un mundo multipolar
“No obstante, la hora de la dulce venganza de la ley natural parece haber arribado. Y es una llegada inesperada de vientos que provienen del extremo oriente y de la región euroasiática. El surgimiento económico de China, que supo aprovecharse como nadie de la globalización y el libre comercio, corazón del propio sistema financiero occidental, y la reconstrucción cristiana de Rusia, resistiendo los intentos de desmembramiento del mayor país del mundo y convirtiéndose en la mayor potencia militar-tecnológica, provocaron, ante la ceguera de las potencias hegemónicas atlánticas, la construcción natural de un polo económico y militar que exige una cambio en las estructuras del poder mundial. Es desde ahí que se oyen los clamores de un mundo multipolar cooperativo al cual se unen cada vez más naciones en todo el planeta”.
“¿Qué tan novedoso es para nosotros en Iberoamérica este mundo multipolar? –se pegunta el autor–, siendo parte de un occidente profundo bien diferente, por sus raíces, al mundo de las potencias mal llamadas del occidente cristiano. Como el lector encontrará en estas páginas, los principios proclamados de la multipolaridad en los foros euroasiáticos son compatibles con la Doctrina Social de la Iglesia, enriquecida con la escolástica hispana de la Escuela de Salamanca. Proféticamente abordados, son principios cristianos para conformar un nuevo mundo, sujeto a normas universales y autoridades legítimas”.
La obra trae a la memoria las enseñanzas del teólogo español Francisco de Vitoria (1483-1546), cuyos ideales de la ‘Comunidad del orbe’ y el ‘Derecho de gentes’ –antípodas del mundo hobbesiano– que colocan el Derecho natural como guía del Estado nacional soberano y de las relaciones internacionales.
“¿No son estos los principios que moldean el nuevo orden internacional que debe surgir en la transición epocal? Siempre y cuando superemos los tambores de guerra que las oligarquías hegemónicas colonialistas tocan, desesperada y desafinadamente, al borde de su tumba. Definitivamente, ¡un Nuevo Mundo es posible!”, expresa el autor con esperanza.
Los autores
Lorenzo Carrasco es periodista y presidente del Movimiento de Solidaridad Iberoamericana y de la editorial Capax Dei, con sede en Brasil. Conferencista internacional de asuntos estratégicos, en diversas ocasiones ha rendido testimonio en Comisiones de Investigación del Congreso de Brasil. Con el tema a quién sirve las organizaciones no gubernamentales y las amenazas que enfrenta la Amazonia. Es autor del libro Conselho Indigenista Missionário-Filho da mentira.
Jaime García Neumann se licenció en teología y en filosofía en Colombia; se graduó en planificación económica en la Universidad Central de Venezuela y es doctor en Filosofía jurídica y política por la Universidad de Valencia, España, donde ha sido profesor e investigador. Ha publicado libros y artículos sobre la leyenda negra, geopolítica y geoeconomía.










