Los hechos suelen no coincidir con la narración que se hace de ellos. En ocasiones, eso se debe a las limitaciones naturales que impone la naturaleza humana sobre los sentidos de las personas. Muchas veces, ni siquiera los más modernos adelantos tecnológicos nos permiten superar esas deficiencias y precisamente en el deporte del fútbol, la repetición de la filmación de jugadas y el llamado VAR no permiten, en ocasiones, llegar a decisiones inobjetables sobre los hechos que se juzgan. Pero, además, todos conocemos que a veces la verdad se distorsiona o se falsea a propósito. Tan es así, que precisamente en el Río de la Plata existió una historia oficial sobre los hechos acaecidos en el siglo XIX que dio lugar a una importante corriente historicista a la que se denominó revisionista, la que controvirtió la historia hasta entonces oficial.
La violencia desatada en las décadas de los 60 y 70 por grupos armados de filiación marxista, que violaron los derechos humanos de decenas de personas con secuestros, rapiñas, latrocinios varios y terminaron ocasionando cerca de cien muertos, muchos de ellos personas sin actividad política, que trágicamente encontraron la muerte por ser víctimas de una inaudita violencia al estar en un lugar de trabajo que por mala fortuna los expuso a la muerte. Ni que decir de las decenas de policías y militares asesinados, casi siempre por la espalda o en situaciones de indefensión. Estos muertos pretendimos fueran honrados y de ahí que presentamos un proyecto de ley que dio lugar a la Ley 20.193 de 24 de agosto de 2023, a la que el anterior gobierno promulgó, pero no cumplió y que dudamos que el actual gobierno cumpla.
Como ya dijimos, estos muertos son muertos olvidados, salvo excepciones, a los que no se recuerda ni honra por una sociedad que parece indiferente frente a su tragedia. La marcha del 20 de mayo pasado, repetida anualmente, sistemáticamente los ignora, cosa que no nos extraña porque en el Senado pretendimos que el Frente Amplio acompañara nuestro proyecto, pero no lo logramos porque este partido lamenta algunas muertes, pero pretende ignorar las que causaron muchos de sus propios militantes.
La pretensión de extender una historia hemipléjica al deporte es inocultable. Para ello se pretende manipular la opinión pública y puntualmente el fútbol. Así se ha pretendido y con éxito que las camisetas de algunos equipos de fútbol lucieran leyendas de adhesión a consignas que reverencian unas muertes y ocultan y olvidan a otras, en una actitud de valoración y exaltación de unas y de ocultación de las otras. Cuando todas son el resultado de violencias ilegítimas que a todos nos deberían doler y hacer reflexionar sobre el rechazo a la violencia como medio de acción política. En realidad, lo que sucede es que se ha elaborado una historia mentirosa, que solo recoge parte de la verdad y oculta los aspectos contrarios al interés que se promueve con intencionalidad política y aprovechamiento económico.
Nos congratulamos de la actitud de la dirigencia de Nacional y Liverpool, que se han negado a participar de una campaña hipócrita, con clara intencionalidad política y de lucro dinerario, por lo que se manifiesta preocupación por unas muertes e ignora a otras, eludiendo la responsabilidad del marxismo en un ciclo de violencia que debimos haber evitado y que fracturó a la sociedad. En lugar de dividir, el deporte debe unir y los dirigidos por Vairo y Palma han dado una muestra de rechazar las políticas de quienes todo lo usan para generar fraccionamiento, pretendiendo utilizar para ello cualquier medio, la enseñanza, el carnaval y ahora el deporte. Queremos en particular destacar la seriedad, sobriedad y firmeza de Palma, al que no conocemos personalmente y al que se pretendió hostigar en un programa supuestamente deportivo para que aceptara que la marcha del 20 de mayo no tenía contenido político. La dirigencia del deporte tendrá que aprender de este dirigente, para con serena templanza evitar que la política del marxismo gramsciano contamine el deporte generando en esta actividad otro espacio de confrontación.