Aunque representan el 82% de las empresas exportadoras, las mipymes uruguayas explican solo el 5% del valor exportado. El informe de Uruguay XXI destaca su rol en la diversificación productiva y advierte sobre el desafío de sostener su presencia en los mercados.
Las exportaciones uruguayas crecieron un 4% interanual en el primer semestre de 2025, alcanzando un total de 6451 millones de dólares. El informe de comercio exterior de Uruguay XXI, publicado en junio, destaca el buen desempeño de productos como la carne bovina, los vehículos y el ganado en pie, aunque la menor demanda de celulosa y arroz incidió negativamente en el mes.
Sin embargo, más allá de los números generales, el “tema del mes” abordado en el reporte pone el foco en las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) exportadoras, revelando su gran presencia en cantidad, pero su bajo peso en valor exportado.
En 2024, 963 empresas conformaron el núcleo exportador de bienes en Uruguay. De ellas, el 82% fueron mipymes, pero su participación en el monto total exportado fue apenas del 5%. En contraste, las grandes empresas –que representan el 18% del total– explicaron el 95% de las exportaciones, que totalizaron 12.901 millones de dólares ese año.
Las microempresas, por ejemplo, exportaron bienes por un valor de apenas 14 millones de dólares (0,1% del total), mientras que las pequeñas llegaron a 87 millones y las medianas alcanzaron los 600 millones. La cifra contrasta con las grandes firmas, que exportaron 12.200 millones.
Diversificación y regionalización
Al analizar las industrias y los productos en relación con los destinos, se encuentra que las grandes empresas concentraron sus exportaciones en bienes tradicionales y de alto volumen: carne bovina, celulosa, soja, subproductos cárnicos y productos lácteos que se dirigieron a destinos como China (hacia donde exportaron más de US$ 2950 millones), Brasil (US$ 2070 millones) y Estados Unidos (US$ 1100 millones).
Por su parte, las mipymes exhibieron una canasta más diversificada y atomizada. A Brasil, por ejemplo, exportaron más de treinta productos distintos, entre ellos pescados, farmacéuticos, frutas cítricas, pinturas, químicos, autopartes, vestimenta y vino. Incluso en mercados extrarregionales como China, Estados Unidos o India, las mipymes tuvieron una participación relevante, especialmente las empresas medianas, que operan con bienes como piedras preciosas, miel, madera, farmacéuticos y alimentos.
Los datos evidencian que las mipymes concentran su actividad en América del Sur, especialmente en el Mercosur, que absorbió el 38% de sus ventas externas en 2024. Esta orientación regional se explica por la cercanía geográfica y cultural, así como por la facilidad arancelaria dentro del bloque.
Un desafío de sostenibilidad
Mientras las grandes cuentan con más de dos décadas de actividad continua y un historial sostenido de participación en el comercio exterior, las mipymes presentan trayectorias más irregulares, con una mayor proporción de empresas que inician exportaciones, pero no logran consolidarse. Esto responde, en parte, a diferencias estructurales: las grandes empresas suelen estar más especializadas, cuentan con redes comerciales más robustas y operan en sectores con economías de escala y barreras de entrada más elevadas, lo que les permite sostener su actividad incluso ante shocks externos.
Dentro de la clasificación de las mipymes también se notan diferencias. Las empresas medianas mostraron un comportamiento significativamente más estable: exportaron en promedio más de 16 años y el 53% logró sostenerse durante al menos una década.
Las pequeñas, por su parte, exportaron durante un promedio de 14 años y el 44% alcanzó también los diez años de continuidad. En el extremo opuesto, las microempresas mostraron altos niveles de volatilidad: más del 70% exportó durante cinco años o menos, con trayectorias fragmentadas y discontinuas, revelando barreras estructurales que impiden su consolidación en el mercado internacional.
El reto de su consolidación
El documento concluye que las mipymes uruguayas, pese a su escaso peso en las cifras globales de exportación, tienen un papel clave en la diversificación de la matriz productiva y en la generación de empleo en todo el país. Por ello, plantea como prioritario diseñar instrumentos de apoyo que fortalezcan su sostenibilidad exportadora, para que puedan incrementar su participación en el valor total exportado y lograr permanencia en los mercados internacionales.
En momentos en que Uruguay busca potenciar su inserción global, la consolidación de las mipymes exportadoras no solo es un objetivo de desarrollo económico inclusivo, sino también una estrategia de resiliencia ante las fluctuaciones de los grandes rubros tradicionales.