La gesta mundial de Julia Paternain conmovió al país, asombró al mundo y generó emoción, orgullo, sorpresa y debate.
Julia nació en León, México hace 25 años. Sus padres, uruguayos, son el matemático Gabriel Paternain, quien dio clases de Matemáticas en la Universidad de Cambridge, y su madre es Graciela Muniz, profesora de la cátedra de Envejecimiento, Salud y Métodos en la Universidad de Edimburgo. Ambos graduados en la Universidad de la República.
Su nacimiento fue el 29 de setiembre de 1999. A los 2 años se fueron a vivir a Inglaterra, donde estuvieron radicados más de dos décadas. A los 16 años pasó de entrenar en natación y otros deportes a correr en medio fondo. Es decir, entre 5 y 10 kilómetros de distancia.
A los 19 años Julia comenzó a competir por Gran Bretaña, participando en el Campeonato Europeo sub-20 de carreras de calle en Italia y también en el Campeonato Europeo sub-23 en Suecia, donde fue sexta en los 10 kilómetros.
Luego se mudó a Estados Unidos para estudiar y competir por las Universidades de Pennsylvania primero y luego por la de Arkansas para tomarse el 2023 como año sabático. Se instaló después en California y fue a entrenar en Arizona, a más de 2300 de altura para prepararse para el mundial de Tokio en setiembre.
Recién en enero de 2025 había logrado el permiso de la FIFA del atletismo para cambiarse de Gran Bretaña para Uruguay y poder competir. Entre el 17 y 19 de enero impuso cuatro récords nacionales, inscripta como atleta del Club Nacional de Fútbol en la rama atletismo, en competencia disputada en Estados Unidos. Sus padres son hinchas del club en fútbol y le transmitieron ese amor por los colores de Nacional y también la celeste.
Según la Confederación Atlética de Uruguay en Houston con 16 minutos 53 segundos hizo el récord nacional en 5 km, con 33.34 batió los 10 km que con 35.44 tenía María Pía Fernández en el año 2020, con 1:08:15 mejoró el registro de 1:13:28 en los 20k de Lorena Sosa en el 2024, para culminar con récord de media maratón o sea 21 k con 1:12:01 mejorando el que también tenía Lorena Sosa con 1:17:13.
En marzo de este año corrió su primera maratón y puso mejor tiempo que en la que logró la medalla mundial. Fue en la Maratón McKirdy Micro Road to Tokio en Valley Cottage, donde impuso su quinto récord nacional, pero ahora en la distancia madre de 42 km 195 metros con 2 horas 27 minutos 9 segundos.
Con los puntos logrados pudo clasificar al Mundial de Tokio y asombrar a todos al poner la camiseta celeste en lo más alto.
El dramatismo de su logro no tuvo que ver con un final reñido. De hecho, las favoritas de Kenia y Etiopía pusieron casi 3 minutos menos y protagonizaron un final cabeza a cabeza en el que casi nadie reparó.
Es que Julia entró sola al estadio de Tokio, le faltaba dar la vuelta completa a la pista de 400 metros y nadie más apareció para pelearle la medalla. Le llevaba un minuto de ventaja a la estadounidense que llegó cuarta.
Todo vimos las imágenes con su sorpresa al cruzar la meta ya que al verse tan sola no sabía si no se estaba equivocando en frenar en ese lugar. Miró a todas partes hasta que alguien le gritó que había salido tercera, lo que despertó su algarabía. Los registros fílmicos y sus declaraciones recorrieron el mundo en inglés y español.
Nadie esperaba que una uruguaya subiese al podio. Nadie esperaba que Julia, que estaba en el puesto 288 del ranking mundial, sin batir el récord nacional esta vez, en su segunda maratón, habiendo comenzado a correr esa distancia hace menos de dos años, pudiese conseguir semejante logro.
¿Qué significa esta medalla?
Para dimensionar lo obtenido les cuento que los mundiales de atletismo se disputan desde el año 1983 cada dos años.
- Fue la vigésima edición y Uruguay jamás había ganado una medalla. O sea que esta es la primera.
- Nunca en la historia de la maratón femenina una atleta latinoamericana había ganado una medalla y en masculino apenas un mexicano ganó una plata una vez.
- Ni decir que tanto en masculino como femenino ningún sudamericano logró jamás una medalla mundial.
Su entrenador es el estadounidense James McKirdy y estuvo presente junto a ella.
Debates
¿Es uruguaya? Claro que sí. La ley es clara, padre o madre uruguaya da nuestra nacionalidad. Alcanzaría con un abuelo o abuela. Así que la respuesta es clara.
¿Por qué participó defendiendo a Gran Bretaña en torneos europeos juveniles? Porque desde los dos años vivió en Inglaterra. Todavía no era maratonista y competía en atletismo por vocación. Al decidir pasar a las largas distancias y radicada en Estados Unidos, decidió pedir permiso a la organización mundial para competir por Uruguay.
¿Qué le dijo su madre antes de la carrera? Que un gran deportista uruguayo una vez dijo que los de afuera son de palo, que pensara en ello y corriera tranquila. La referencia fue a Obdulio Varela. Al final de la carrera el presidente de la Confederación Atlética Uruguaya, Iván García, eufórico le dijo: “Esto es como Maracaná”. Sorprendida preguntó “¿Qué es Maracaná?”.
¿Alguna vez entrenó en Uruguay o recibió algún apoyo económico o logístico? No. Fue ella la que se acercó a Uruguay por propia voluntad. Nadie la fue a buscar, y su preparación y recursos no precisaban de nada más que la camiseta celeste. Pero la CAU trabajó mucho para conseguir que ella pudiese solucionar la parte burocrática.
¿Es un triunfo del deporte celeste? Estadísticamente sí y es correcto festejarlo como corresponde. Pero… para el futuro es bueno saber que nuestro deporte difícilmente pueda lograr estos galardones en deportes individuales ya que carece del apoyo económico necesario. No es un juicio de valor, es una realidad que debemos asumirla. Entrenando en Uruguay casi toda su vida en varones en el mismo mundial Cristian Zamora fue 32 y Nicolás Cuestas 62. Lo de Zamora significó ser el mejor iberoamericano. Igualmente, no se debería razonablemente soñar con medallas mundiales.
Es clarísimo que la hazaña de Julia Paternain tiene ribetes increíbles en el hecho de que era apenas su segunda maratón, que hace poco hace estas distancias y la forma en que cruzó la meta casi desorientada e incrédula. Pero el mérito es todo de ella y sus padres. El haber elegido, por razones académicas de ellos, ir a vivir a Gran Bretaña y Estados Unidos, o sea primer mundo, fue clave.
La sumatoria del talento, sacrificio, garra y condiciones de primer mundo para entrenar hablan por sí solas. Con pasaporte mexicano, británico y la green card estadounidense ella quiso ser celeste y regalarnos está alegría.
¡Gracias, Julia!