Antonio Kusanovic se define a sí mismo como un regenerador, según el principio de producción “Una sola salud”. En el marco de las jornadas en Uruguay de Ranching4profit, La Mañana dialogó con el productor rural de la zona de Frutillar, Chile, para conocer mejor su revolucionaria concepción de la producción rural.
¿Cómo fueron tus inicios en el mundo rural?
Mi familia siempre ha sido ganadera. Estudié Agronomía, pero nunca tuve un paradigma que me cerrara a hacer distintas cosas. Siempre busqué innovar. Mis abuelos llevaron los primeros Hereford a Magallanes, hicieron la primera inseminación en Corriedale, eran muy innovadores y eso quedó en la familia. Así, en 2010 se llevó a Magallanes el manejo holístico, esta metodología de planificación a la que le encontré mucho sentido. Me encantó la forma de trabajar, entender el campo, planificar los movimientos de los animales durante seis meses. Eso me llevó a seguir estudiando, conocer más el sistema, leer los libros de Allan Savory y hoy soy field professional del Savory Institute de Chile.
Luego de haberte iniciado en la empresa familiar, ¿cómo fueron tus pasos hasta llegar a tu propio emprendimiento en Frutillar?
Luego de recibirme en Agronomía, trabajé con mi papá en su campo de la zona de la Patagonia como administrador. Después estuve siete años trabajando en un complejo turístico, también de mi familia, en Torres del Paine, donde aprendí mucho del esquema de trabajo familiar, que es muy complejo. Pero siempre quise volver a la ganadería. Cuando salí de la empresa, compramos un campo en Frutillar con mi papá y me fui a trabajar allí con una idea muy platónica: trabajar yo mismo el campo, la huerta, los animales. Luego de unos meses me di cuenta de que no me gustaba trabajar específicamente el campo, sino planificar, entender, desarrollar campos y negocios ganaderos. En esta búsqueda encontré Ranching4profit. Y me hizo mucho sentido, lo encontré lógico. Llamé a los iniciadores del curso en Estados Unidos, y les dije que me gustaría llevarlo a Chile. Ellos me conectaron con Fausto Bermúdez en México y así formamos el equipo. Este ya es mi tercer año dando clases con el programa de Ranching4profit: “Tierras sanas, familias felices y negocios rentables”.
Hablaste de organizaciones familiares. ¿Cómo se hace para que las familias y las empresas se alineen en un mismo objetivo?
La organización familiar es fundamental. Una comunicación muy clara, con objetivos muy claros, es la mejor forma de trabajar a nivel familiar: dejar muy claro los objetivos que tienes que lograr como persona. Si quieres trabajar en la empresa, tienes que capacitarte, hay lineamientos específicos para ingresar. Y ordenarse como familia. El respeto mutuo es fundamental. Nosotros partimos con muchos facilitadores, entre ellos Carlos Arbesú, un español especialista en empresas familiares, que nos lideró en la transición a un gobierno corporativo familiar, lo cual no es fácil.
¿De qué se tratan la agricultura regenerativa y el pastoreo racional o planificado?
El pastoreo racional de Voisin es una gran metodología para manejar los campos. Pero a mí me gusta el pastoreo planificado porque todos los años son distintos, hay que planificar anual o semestralmente. Esto comenzó con el manejo holístico. Diseñar una carta Gantt de pastoreo te permite saber seis o siete meses antes cómo manejar el campo. Eso me llevó a mejorar los índices productivos. El pastoreo planificado busca darles el mayor descanso posible y buena recuperación a las plantas, principalmente para aumentar la fotosíntesis y los exudados radiculares en el suelo, porque a través de ellos generan su propio alimento y alimentan la vida del suelo. Tratamos de mejorar al máximo la microbiología del suelo.
La visión de tu establecimiento es “Una sola salud”. ¿Cómo la resumirías?
Es un concepto que viene de Europa, según el cual está todo relacionado. Un suelo sano, producirá plantas sanas, densas nutricionalmente. Lo cual desarrolla animales sanos, densos nutricionalmente. Por lo tanto nosotros consumimos densidad nutricional, alimento sano. Y eso nos permite tener buena salud. Mejorar la salud desde la raíz te va a ir regenerando toda la sociedad, tanto las plantas, como los índices de los animales y la salud de las personas.
¿Cómo derrama eso en la sociedad o la comunidad? ¿Cómo se va transformando o creando más redes saludables?
Fue una de las principales razones por las empecé con la educación para difundir todo esto. La carne roja es fantástica, es un gran alimento, tiene todos los elementos que necesitamos consumir. Pero si generamos una metodología de crianza a través de granos, por ejemplo, como el feedlot, siendo que la vaca no está hecha para comer granos, al menos no en esa cantidad, cambia la composición de la carne. La gente tiene que entender qué es lo que estamos comiendo, el proceso de la carne.
¿Cómo transmitís esto generacionalmente? ¿Cómo lo viven en cuanto familia?
Mis hijos han participado conmigo en la ganadería y en el desarrollo del campo. Ellos saben de dónde vienen sus alimentos. Yo les enseño, así poco a poco se van educando y ellos mismos transmiten eso a sus amigos. Hay mucha gente que está en esta onda más naturalista. Queremos comer alimentos que realmente hagan bien a nuestro cuerpo. Desde la revolución verde, cuando partimos con una agricultura convencional, con fertilizantes, empezaron a aumentar los índices de obesidad porque creció la cantidad de maíz que se producía. No se sabía qué hacer con él, entonces se hizo jarabe, que se agregó a todas las comidas, empezamos a hacer ultraprocesados y todos los índices de obesidad y enfermedades cardiovasculares se elevan exponencialmente desde 1950. También contribuimos al cambio climático por el uso de la tierra, dándola vuelta con los arados convencionales, emitimos carbono, producimos alimentos poco densos nutricionalmente y terminamos enfermando. Por eso la idea es regenerar desde la raíz, desde el conocimiento inicial, desde los niños, desde el suelo, que pase a los animales y finalmente a nuestra salud.
Ustedes como familia han vuelto a vivir en el campo, ¿Te parece inexorable la migración hacia las ciudades?
La cantidad de oportunidades que genera la ciudad es fantástica en comparación con el campo, donde la forma tradicional de hacer las cosas no está generando un negocio. Cuando el negocio no es rentable, no logras sustentabilidad. Necesitamos cambiar nuestra manera de pensar, hacer un negocio rentable del campo para ofrecer las facilidades que hoy quieren los jóvenes. Las personas buscan un propósito real. Hoy sigue el éxodo hacia la urbe, pero tenemos un área periurbana con parcelas. Hay mucha gente con recursos que quiere tener su parcela, su huerta, tener sus animalitos y cosas así. Hay modelos de ganadería que podrían funcionar allí. Falta mucha educación a la población urbana para que realmente entienda de dónde vienen sus alimentos.
¿Qué tan diversificada es la producción que llevan adelante en su campo?
Además de hacer recría y engorde de ganado, mi señora hace vinagre de manzana, huevos a pastoreo y un huerto de flores biointensivo. También tenemos una cabaña para turismo, avistamiento de aves y senderismo. Y todo eso en un área de 100 hectáreas, 75 productivas y 25 de bosque para el turismo. Ahí tenemos también estudios de fauna y flora. Hay muchas cosas para hacer. Estamos comenzando con el microturismo, que es turismo de lupa. Vas por los distintos senderos con una lupa o un microscopio y vas viendo pequeños hongos en los senderos, florcitas, pastos, cosas que no notas con el ojo natural. Apuntamos a estudiantes, biólogos, personas que a las que les encanta la microfauna.
¿Qué experiencias rescatarías de los países que has visitado?
Me gusta mucho el ejemplo de Nueva Zelanda, en términos culturales. Están los farmers market, donde la gente compra productos locales de buena calidad. Saben quiénes son sus productores, pueden ir a conocerlos. Es una forma muy buena de generar un negocio para un campo pequeño porque vende al consumidor final. Muchas veces en el campo generamos commodities y tienes que vendérselo a una empresa, un frigorífico o una distribuidora de frutas, que son los que ganan plata y no el agricultor. Esos de volver un poco más a lo natural permite que la parte urbana empiece a conocer la parte rural.
Ganadería regenerativa y captura de carbono
En entrevista con La Mañana, Kusanovic explicó que “se sabe que la ganadería regenerativa captura más carbono que una ganadería convencional y eso hoy se puede vender como bonos de carbono. Soy representante en Chile de una empresa checa que se llama Carboneg, en la cual monitoreamos el primer año la línea base: saber cuánto carbono hay en el suelo. Hacemos la transición a ganadería regenerativa, al año siguiente volvemos a monitorear y la diferencia de carbono que hay de un año a otro es la que se puede transar. En promedio se podrían estar capturando de una a tres toneladas de carbono por hectárea, que se vende a 8 euros la tonelada, entonces estamos hablando de 24 euros por hectárea a los que se podría optar por hacer ganadería regenerativa, por hacer las cosas bien”.
“Hasta el momento no conozco ninguna empresa de carbono que haya pagado a algún productor ya que estamos en la etapa de verificación. Este año se deberían pagar los primeros créditos en Chile. Carboneg está tratando de vender esos bonos de carbono a las empresas del país donde se ejecutan. En el caso de Uruguay, Grou agro es quien tiene la representación de Carboneg. La idea es que una vez que se capture ese carbono se genere algún negocio con alguna empresa en Uruguay que necesite compensar su huella de carbono. De esa manera ellos compran directamente los créditos a la empresa. Sería un extra interesante para muchos productores” concluyó el productor agropecuario chileno.