La demanda de empleos en ciencia de datos e IA creció 486% desde 2022, reflejando un cambio estructural en el mercado laboral. Así lo dijo a La Mañana el directivo de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI) Aníbal Gonda. El especialista evaluó los principales cambios que trajo consigo la irrupción de la IA para la educación y el trabajo y explicó qué habilidades serán indispensables para los profesionales que quieran mantenerse vigentes.
En un mundo donde la inteligencia artificial (IA) avanza a pasos agigantados, Uruguay no es ajeno a esa realidad: de hecho, en el país esta tecnología está redefiniendo el empleo y las competencias laborales. Según un reciente estudio de la consultora Advice realizado junto con la CUTI, los puestos laborales vinculados a ciencia de datos e IA se multiplicaron por cinco desde el lanzamiento del ChatGPT en 2022.
Esto quiere decir que las empresas ya no apuntan solamente a contratar programadores o ingenieros, como sucedía años atrás, sino que buscan incorporar perfiles que sean capaces de aplicar la IA en problemas concretos de negocio, de acuerdo con Aníbal Gonda, directivo de la CUTI.
El referente del sector tecnológico analizó las transformaciones que han implicado la automatización y la IA no solo en la industria tecnológica, sino también en otro tipo de rubros como la comunicación, el diseño y la logística.
Además, destacó que, entre enero y julio de 2025, el empleo en tecnologías de la información creció un 40%, sumado a que 27 de las 53 actividades económicas medidas incluyen requerimientos vinculados a IA. “Esto significa que la IA no solo está creando nuevos puestos, sino transformando los existentes”, remarcó el experto.
También se refirió a la respuesta del sistema educativo uruguayo frente a este nuevo escenario y explicó cuáles son los retos en materia de capacitación para el mercado laboral del futuro.
El estudio de Advice junto con CUTI da cuenta de que se multiplicaron por cinco los empleos vinculados a ciencia de datos e IA. ¿Qué lectura hace de esta nueva realidad?
Lo que estamos viendo es un cambio profundo en el mercado laboral. Desde el lanzamiento de ChatGPT, en noviembre de 2022, la demanda de especialistas en ciencia de datos e IA creció un 486%. Eso significa que el interés de las empresas por incorporar talento en estas áreas se multiplicó casi por cinco en menos de tres años. Más allá del número, que es impresionante, lo importante es lo que revela: la IA dejó de ser un tema de laboratorio o de grandes corporaciones, y empezó a permear todo tipo de organizaciones. Hoy ya no se trata solo de contratar programadores, sino de sumar perfiles capaces de aplicar la IA para resolver problemas de negocio reales.
¿Cuáles son los perfiles que más se demandan en el área tras la expansión de la IA?
En el núcleo técnico aparecen los data scientists, ingenieros de machine learning, ingenieros de datos y desarrolladores de IA. Pero lo más interesante es la aparición de perfiles híbridos: diseñadores que trabajan con IA generativa, analistas que integran modelos de lenguaje en sus reportes, comunicadores que usan herramientas de IA para mejorar la productividad. La demanda ya no se limita a los especialistas, sino que se amplía hacia quienes entienden cómo combinar lo humano y lo algorítmico. Esa es la frontera más valiosa hoy.
¿Qué impactos considera que tendrá la IA en el mercado laboral uruguayo?
El impacto va a ser profundo y estructural. Por un lado, el sector tecnológico vive una reactivación concreta: entre enero y julio de 2025, los empleos de tecnologías de la información crecieron 40% después de dos años de menor dinamismo. Por otro lado, el fenómeno ya se extiende fuera de la industria tech: en 27 de las 53 actividades económicas medidas por Advice, ya aparecen requerimientos vinculados a IA, y el 3,6% del total de empleos publicados exigen conocimientos en ciencia de datos o IA. Esto significa que la IA no solo está creando nuevos puestos, sino transformando los existentes. Y eso exige repensar cómo formamos y reconvertimos talento.
Desde la CUTI, ¿cómo valoran la capacidad del sistema educativo de generar profesionales preparados para esta nueva era?
Vemos avances importantes. En los últimos dos años se multiplicó la oferta de carreras y posgrados en ciencia de datos e IA, tanto en el sistema público como en el privado —UTEC, Universidad Católica, Universidad de Montevideo, Universidad ORT, entre otras—. A nivel regional, Uruguay es uno de los tres países pioneros en IA, con una proporción de personas con habilidades en esta área casi cuatro veces superior al promedio latinoamericano. El desafío ahora no es la calidad, sino la escala y la conexión: necesitamos que más personas puedan acceder a estas formaciones y que la industria se vincule más directamente con el sistema educativo.
¿Qué formación o habilidades serán indispensables para un profesional que quiera mantenerse vigente en el mercado laboral que se viene?
Lo técnico y lo humano van de la mano. Desde lo técnico: fundamentos de datos, aprendizaje automático, modelos de lenguaje, herramientas específicas para afinado de modelos de IA y dominio de herramientas de productividad con IA. Desde lo humano: pensamiento crítico, comunicación, ética, adaptabilidad y curiosidad. La IA automatiza tareas, pero no el criterio. Y ese criterio, que combina análisis y sentido, es lo que marcará la diferencia en el trabajo del futuro.
¿Qué rol debería jugar el Estado en esta situación? ¿Hace falta una regulación más fuerte?
El Estado tiene que ser habilitador, formador y garante. Habilitador, generando condiciones para la innovación: infraestructura, incentivos a I+D y marcos que promuevan la adopción responsable de IA. Formador, extendiendo la alfabetización digital y la formación en IA desde la educación básica hasta la terciaria; hoy el Plan Ceibal está haciendo cosas muy interesantes y debemos apoyarlo más. Y garante, asegurando transparencia y protección de datos. Uruguay ya dio un paso importante con su Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, pero ahora el desafío es implementarla con foco en el talento y la adopción.
Pensando en el futuro, ¿qué oportunidades trae esta nueva realidad para nuestro país?
Estamos frente a una oportunidad enorme. El sector tecnológico uruguayo emplea hoy más de 42.000 personas, exporta el 65% de su facturación y tiene seis de cada 10 empleos en modalidad remota. Si combinamos ese dinamismo con políticas educativas y de innovación coherentes, podemos consolidar a Uruguay como un referente regional en talento y adopción ética de IA. La IA no es el fin del trabajo, es el inicio de una nueva etapa donde lo humano vuelve a estar en el centro, potenciado por la tecnología.




















































