Diego Nicola, gerente general de Saman, señaló el fuerte componente de costos en pesos que involucran los costos de la cadena arrocera como la energía, los fletes y la mano de obra, frente a un dólar cada vez más debilitado con el cual se desarrollan las ventas. El atraso cambiario tiene un fuerte impacto a nivel de chacra, de industria y de logística.
¿Cuánto más puede seguir creciendo el sector arrocero uruguayo?
En termino de área se puede crecer un poco más. En el último año fueron 180 mil hectáreas. Pero más allá del área hay temas como pueden ser la disponibilidad de agua o la ecuación económica que son las que más o menos van marcando al aumento o la caída del área. Este año el área va a caer principalmente porque hay zonas donde entendemos que no vamos a llegar a acumular toda el agua que necesitamos junto con una ecuación para el productor que ya no será como fue la de los últimos años.
¿En qué medida está impactando el atraso cambiario sobre la industria arrocera?
Está afectando muy fuertemente, como en todos los sectores exportadores. Cuando miramos la composición de gastos en la cadena arrocera, hay un componente fuerte de energía, fletes y mano de obra. Estos son todo costos en pesos, mientras nosotros vendemos todo en dólares. El atraso cambiario tiene un impacto directo en los costos tanto a nivel de chacra, de industria y logística.
¿Cómo está afectando el atraso de inversiones en infraestructura del país al negocio de la industria arrocera y qué probabilidades hay deque se utilice al tren como una buena opción de transporte de arroz?
Como sector arrocero, venimos manteniendo reuniones con los diferentes ministerios, entre ellos el de Transporte y Obras Públicas. El sector –la industria y los productores– defendemos la importancia de contar con un tren para el movimiento de mercaderías, sobre todo del 70% del arroz que viene del este. En su momento se traía las mercaderías en trenes y hoy no está disponible. Creo que un tren funcionando correctamente y eficiente en costos es muy importante para traer el arroz hacia el puerto de Montevideo. Casi el 90% del arroz que sale de Uruguay, sale por Montevideo. Entonces creo que tenemos que buscar maneras eficientes de trasportarlo como lo tuvimos en el 2018 y 2019 que incluso se llegaba con arroz en bolsa para cargar en los barcos. Y después mejorar la infraestructura existente para poder mover las mercaderías desde las plantas a Montevideo con vehículos de alto desempeño que permitan ser más eficientes en la logística.
¿Cómo impactan los costos país sobre los costos de producción?
Mucho. Cuando uno mira un arroz producido en una planta en el este –por poner un ejemplo–se vende acá en el puerto de Montevideo a US$ 500, solamente de logística –traerlo de la planta y ponerlo arriba de un barco adentro de un contenedor– tiene más de US$ 90 por tonelada. Estamos hablando que solamente el impacto del transporte de carretera más todos los costos logísticos y de embarque están entre un 15% y 20% del valor al que se puede llegar a vender ese arroz. Esto es más grave obviamente cuando los precios internacionales bajan. El mercado de arroz mundial es de los más subsidiados del mundo, y nosotros estamos compitiendo con costos altísimos tanto en la fase de producción, como en la industrial y logística. Nosotros estamos trabajando fuertemente en todo lo que podemos controlar y mejorar desde la industria, pero el tema de las tarifas y del atraso cambiario juegan en sentido contrario a todas esas mejoras.
¿Cómo puede repercutir en el negocio del arroz el nuevo mapa arancelario que se conformó con el incremento impositivo que Estados Unidos está empezando a aplicar a los diferentes países?
Por ahora los impactos han sido indirectos. Estados Unidos es el mayor exportador de arroz en cáscara del mundo. Entonces todos los anuncios que va haciendo generan incertidumbre en los mercados donde ellos operan, que también son los que nosotros vendemos. Cuando empezó con los anuncios de lo que iba hacer con las tarifas de México, nosotros estábamos negociando algunas ventas a México y como no se sabía lo que iba a pasar las decisiones se demoraban y los negocios no se concretaban. Todos los anuncios de Estados Unidos generan de una forma u otra algún movimiento. No es tan directo hacia nosotros, pero sí tiene implicancias. Así también, el aumento de los aranceles recientes a los productos de Brasil nos ha abierto algunas posibilidades nuevas de ventas a ese destino.