El ministro de Ganadería, Alfredo Fratti, reflexionó sobre la muerte de José Mujica. Dijo a La Mañana que es notable el esfuerzo que realizó el expresidente “por mejorar nuestro país y reforzar la institucionalidad”.
¿Qué reflexión le merece la partida de José Mujica?
Como amigo, creo que descansó después de pelear una larga enfermedad, que llevó con mucha dignidad. Es una pérdida irreparable. Para mí es como perder un padre, mi padre político. Además, durante más de 20 años cultivamos una amistad. Él, en su estilo, siempre me retribuyó con mucho cariño y apoyo, no solo político, sino personal.
A usted Mujica lo introdujo un poco en la política, ¿es así?
Siempre me gustó la política. Había tenido alguna militancia en el Partido Nacional, pero después me alejé, no militaba más y estaba dedicado a la actividad agropecuaria y gremial. Después de conocerlo, él me pidió que lo acompañara para intentar lograr algún cambio. Yo siempre estuve muy comprometido con el sector agropecuario, y eso me llevó a ingresar a la política y ser candidato a diputado por Cerro Largo. Obviamente, Mujica fue absolutamente determinante en eso. Luego, la política es colectiva, requiere una estructura, un equipo de gente que te ayude y compañeros que te respalden. Pero, claramente, Mujica fue fundamental en mi historia política.
Un aspecto fundamental de Mujica era su posición con respecto al campo y cómo veía que la sociedad observa este sector productivo, quizás algo similar a como usted lo ve también. ¿Qué reflexión hace al respecto?
Conocí a Mujica cuando estábamos en la Federación Rural, con un sobreendeudamiento terrible, visitando legisladores. Me impresionó aquel hombre que no conocía, sencillo, con un molde distinto a la época, cuando todo era bastante más acartonado. Él entendía de verdad los problemas del sector agropecuario y la incomprensión de la sociedad hacia este. Esa visión ha mejorado, pero sigue existiendo hasta el día de hoy. Para mí fue muy fácil el diálogo con Mujica ese primer día. Después, cuando había que ir al Parlamento a hablar con los legisladores, como nos dividíamos, a mí casi siempre me tocaba Mujica, por suerte. Además, me gustaba hablar con aquel hombre de estilo muy llano, sin vueltas para decir lo que pensaba, te gustara o no. Eso, la verdad, me deslumbró. Primero como político, luego como ser humano. En estos 20 años ha sido un ser absolutamente querible, al que nunca le escuché un resentimiento. Recordaba a un viejo político que había puesto dinero hace muchos años y, cuando quisieron devolverle, dijo: “A la patria no se le cobran cuentas”. También es notable el esfuerzo que hizo por mejorar nuestro país y reforzar la institucionalidad.
Dentro del pensamiento de Mujica hacia el campo y la tarea que usted viene realizando, ¿qué piensa que es lo principal que a él le hubiera gustado llevar adelante en el medio rural?
En lo último que conversé con él, estando muy lúcido, me dijo: “Canario, tenés que hacer un esfuerzo por producir más, ayudando a que los pequeños productores no se caigan y que Colonización siga comprando tierras”.
Otro tema que le preocupaba mucho, y en el que usted ha puesto énfasis, es el riego.
En eso insistía bastante, diría que especialmente en los últimos tiempos. Cuando hablaba de producir más, el riego estaba entre las cosas que se pueden hacer para facilitar precisamente ese objetivo.
¿Cómo piensa que las gremiales rurales, sin importar su tamaño, van a recordar a Mujica?
Como un hombre que siempre los atendió, que en el error o en el acierto siempre dio la cara y que, cada vez que lo convocaron, estuvo. Muchas veces lo importante es que te presten atención, y creo que eso nunca le faltó a Mujica.