Para la politóloga Mariana Pomiés, tras pasar la instancia de discusión presupuestal, la oposición va a tener que replantearse cómo quiere funcionar. A su vez, considera que el Frente Amplio se ha abroquelado tras los ataques recibidos, en especial desde el Partido Nacional.
¿Cuál es la evaluación del gobierno, en un momento se está comenzando a tratar el Presupuesto
Lo que muestran las últimas encuestas es, a lo sumo, una tendencia o cierta baja en la aprobación, lo que es natural a esta altura del gobierno. Además, en general, siempre los momentos de aprobación de Presupuesto generan ciertas rispideces, debido a que se trata de una instancia de mayor discusión y en la que la oposición saca sus temas en la discusión presupuestal. Siempre es un momento difícil para los gobiernos. Otro hecho clave es la necesidad de un acuerdo en la Cámara de Diputados, donde el gobierno no tiene mayoría parlamentaria. Entonces, se trata de una época también de negociación e indefectiblemente va a tener que ceder en algunas de sus pretensiones para lograr los votos que requiere. Por lo tanto, se trata de un momento tenso para cualquier gobierno, más para el que no tiene mayoría parlamentaria. Ese es un poco el panorama a esta altura del año y del ciclo electoral.
¿Y en referencia a lo que ha sido la actuación del Poder Ejecutivo en estos siete meses?
El Frente Amplio no tenía en su propuesta cambios importantes o radicales, como en algún momento los habían tenido otros gobiernos del mismo partido, donde sus propuestas eran profundizar algunas cosas. No se ve un gobierno que genere grandes confrontaciones o enojos, ya sea en la interna del Frente Amplio o con la oposición, haciendo grandes propuestas ni generando grandes ruidos. Tampoco grandes enojos o aplausos. En los hechos, las grandes marcaciones desde la oposición no tienen que ver con acciones del gobierno, sino con algunos señalamientos por cargos o hacia personas.
Más bien se ve un intento de organizar y de planificar, capaz que en un tiempo demasiado extendido para lo que estamos acostumbrados hoy con la velocidad de la vida social y de mercado. Capaz que se le demanda a la política una mayor celeridad que, dado el funcionamiento de la política uruguaya, es muy difícil. Lo que vemos es que estamos ante un gobierno que trata de mantener equilibrios y donde no se visualizan grandes cambios.
¿Incide en esto la situación de que se gobierna con el presupuesto anterior?
Se ha expresado desde que asumió que se encuentra con un presupuesto de la administración anterior, el cual es mucho más bajo y carente de lo que esperaba. De hecho, en varias áreas no se han podido ejecutar algunas cosas previstas para este año porque el presupuesto anterior no alcanzó. Entonces, si bien la administración del presidente Yamandú Orsi dice que está encaminando en áreas como seguridad y, por ejemplo, presenta un plan de vivienda, todavía a nivel de visibilidad esos cambios no se perciben, entre otras razones porque no se cuenta con un presupuesto propio.
En referencia a los planteos de la oposición, ¿considera que en la Cámara de Diputados se pueda llegar a un acuerdo para votar el Presupuesto?
A un acuerdo se va a llegar porque nadie va a dejar a un gobierno sin Presupuesto. Presupuesto va a haber. Creo que el gobierno está negociando algunos temas partido por partido y considero que con algunos pequeños cambios va a lograr los votos que necesita. Pero algo va a tener que ceder o conceder.
¿Y cómo observa a la oposición?
Este es un momento importante para la oposición, ya que puede alcanzar objetivos debido a que tiene la capacidad de dar o no dar el voto a la ley presupuestal, que es fundamental para cualquier gobierno. Entonces puede hacer sus requerimientos, lucirse y alcanzar algunas metas. No obstante, hay cierta dispersión dentro de la coalición que habíamos visto durante el gobierno anterior. Ahora cada partido está haciendo su juego. Sobre todo, el que está jugando más por su lado es Cabildo Abierto, que es lo que se esperaba y lo había manifestado desde el inicio de esta legislatura. No se sienten parte de ninguna coalición. Dicen: “En la oposición no hay Coalición”. Están negociando por aquellas cosas que les preocupan.
En el caso del Partido Nacional y el Partido Colorado, ¿cómo se han parado en esta instancia presupuestal?
El Partido Nacional es quien está siendo la oposición más dura y marcando en distintas áreas, a través de personas que han estado en esas posiciones de gestión, ya sea ministros anteriores o subsecretarios de distintas carteras. Hacen una marcación área por área, destacando lo que el Frente Amplio está haciendo o no respecto a lo prometido en la campaña electoral. De esta manera efectúan un seguimiento muy firme. También es quien está recalcando más las debilidades o los puntos de desacuerdo con el Presupuesto. En su caso, el Partido Colorado está en el medio, en una situación de búsqueda de mayor negociación, principalmente por parte del sector de Pedro Bordaberry. Andrés Ojeda está más alineado con la estrategia del Partido Nacional, mientras que Bordaberry está en el medio entre Cabildo y el Partido Nacional, intentando buscar puntos de acuerdo, pero también dar visibilidad a sus propuestas y ponerlas arriba de la mesa.
¿Cómo observa que la oposición no lograra en el tema del Presupuesto tener una estrategia única?
Lo que pasa es que no hay una estrategia común tampoco a nivel general. No se ha visto. Recién ahora están empezando a tratar de articular como oposición, pero se podía dar por descontado que no iban a seguir como lo hicieron cuando estaban en el gobierno de Lacalle Pou. Había partidos que ya tenían diferencias y discrepancias y querían marcar sus prioridades desde antes, incluso en la administración anterior.
No era un proceso natural y lógico seguir unidos en la oposición. Había que construir ese aspecto, armar esa coordinación de la oposición, lo cual todavía no lo han logrado. Creo que ya desde el principio del nuevo gobierno estaba claro que la oposición tenía que pensar en algo nuevo sobre cómo funcionaría.
¿Piensa que esto se va a mantener en el tiempo, o sea una oposición que no esté unida?
Cada partido necesita tener cierta independencia y posibilidad de plantear sus propuestas. Si bien es una época de coordinar como oposición, también es para los partidos que perdieron caudal de votos en octubre de 2024 recuperar visibilidad, protagonismo, agenda propia. Entonces es lógico que hagan su jugada más individual. Yo creo que cualquier estrategia que intentara nuclearlos tiene que permitir que cada partido juegue su juego, si no, no tiene sentido. Alinear todo bajo una única dirección de un partido que tiene la mayoría de los votos no es interesante para el resto.
¿Esto dificulta la idea de crear un nuevo lema para aglutinarlos en vista de las próximas elecciones?
Considero que todavía no están dadas las condiciones para eso.
¿Cómo observa la interna del Frente Amplio?
La estrategia dura del Partido Nacional y de algún sector colorado han hecho que las diferencias del Frente Amplio hayan quedado limitadas. Les están pegando desde afuera y se están abroquelando o atrincherando para defender sus propuestas. Entonces, esos golpes que vienen de afuera, en especial del Partido Nacional, han facilitado que no aparecieran las diferencias internas.
Una vez que culmine la discusión del Presupuesto, ¿cómo estima que seguirá funcionando la oposición y el propio gobierno?
Después de que se vote el Presupuesto empieza a jugarse otro partido. Ahí pueden aparecer algunas diferencias dentro del Frente Amplio y la coalición va a tener que replantearse cómo quiere funcionar en los próximos años como oposición.