El candidato a la Intendencia de Montevideo por la Coalición Republicana-Cabildo Abierto dialogó con La Mañana sobre cómo está avanzando la campaña electoral. Roque García señaló que el Frente Amplio “mantiene su fortaleza” en la capital del país “gracias a una maquinaria electoral extremadamente bien aceitada”.
Estamos entrando en la recta final de la campaña, ¿cuál es su evaluación hasta el momento?
La campaña electoral debe analizarse desde múltiples perspectivas para entender su dinámica. En términos generales, no percibo una efervescencia masiva entre los montevideanos, como hemos visto en elecciones anteriores, donde las calles se llenaban de carteles, banderas y manifestaciones. Hoy, la movilización en las calles es más bien limitada, con poca presencia de elementos tradicionales como pancartas o caravanas. Sin embargo, esto no significa que la campaña carezca de vitalidad. Hay un interés significativo por parte de la ciudadanía, que no debe confundirse con la movilización física. El interés se manifiesta en el aumento de notas periodísticas sobre los candidatos, sus propuestas y los debates en torno a temas clave como la seguridad, la limpieza o la descentralización. Por ejemplo, en los últimos días, he notado que los medios dedican más espacio a comparar las posturas de los candidatos sobre problemas concretos de Montevideo, lo que refleja que la gente está prestando atención. En mi caso, mantengo una agenda intensa de actividades: reuniones con vecinos, visitas a ferias, entrevistas en radios y participación en redes sociales. Aunque no hay multitudes en las calles, el contacto directo con la gente es constante. Días atrás, por ejemplo, mientras caminaba por el centro, tres personas me reconocieron, me saludaron y me expresaron su intención de votarme, lo que me llena de entusiasmo. Además, el trabajo de la militancia de Cabildo Abierto es incansable. Estamos ensobrando listas, distribuyéndolas en los barrios y organizando actividades para llegar a cada rincón de la ciudad. Este esfuerzo de base, aunque menos visible que en otras campañas, es sólido y me tiene muy satisfecho. Creo que la combinación de interés ciudadano, cobertura mediática y compromiso militante está dando frutos y estamos preparados para cerrar esta etapa con fuerza.
¿Cuántas listas presenta Cabildo Abierto bajo el lema Coalición Republicana?
Cabildo Abierto presenta dos listas bajo el lema Coalición Republicana: la 7777 y la 1977. Estas listas son hermanas, lo que significa que ambas me apoyan como candidato a la Intendencia de Montevideo y están integradas por militantes comprometidos con nuestra visión. La decisión de organizar dos listas responde a una estrategia para ampliar nuestro alcance y ofrecer opciones a los votantes, pero ambas comparten los mismos principios y objetivos. En cuanto a las alcaldías, que son ocho en Montevideo, hemos optado por una estrategia de alianzas dentro de la Coalición Republicana, particularmente con candidatos del Partido Nacional. Nuestro programa es profundamente descentralizador, ya que creemos que los municipios deben tener mayor autonomía y poder de decisión para resolver los problemas locales. Esto facilitó los acuerdos con los candidatos a alcaldes, porque nuestra propuesta de empoderar a los municipios fue bien recibida. Estos acuerdos no solo son logísticos, sino también programáticos, puesto que compartimos una visión de gestión más cercana a la gente.
¿Considera que la posibilidad de elegir alcaldes en otras listas puede confundir al ciudadano?
No creo que debamos subestimar la capacidad de los ciudadanos para entender el proceso electoral. Es cierto que algunos pueden sentirse abrumados por la cantidad de opciones, pero no pienso que haya confusión generalizada. Las listas de la Coalición Republicana están claramente identificadas. Además, vivimos en una era de información accesible: prácticamente todos los montevideanos tienen un celular con acceso a redes sociales, donde se comparte información sobre candidatos y propuestas. A diferencia de hace décadas, cuando el acceso a la información era limitado, hoy la gente está más informada y sabe lo que quiere. Nosotros reforzamos esto con una distribución activa de listas y charlas en los barrios, explicando quiénes somos y qué ofrecemos. La Coalición Republicana es una construcción política nueva pero sólida, y creo que está sentando las bases para un proyecto de largo plazo. Siempre he dicho, incluso antes de ser candidato, que el futuro de la política uruguaya está en las coaliciones, porque permiten unir fuerzas sin perder la identidad de cada sector. Por eso, confío en que los votantes entenderán nuestras propuestas.
Las encuestas muestran un acercamiento entre la Coalición Republicana y el Frente Amplio, aunque aún hay distancia. ¿Cómo analiza esa situación?
Las encuestas son una herramienta útil, pero no son la única referencia para entender el escenario electoral. Si miramos las elecciones municipales anteriores, vemos una tendencia clara: en 2005 fue de 39%, y en 2020 de 42%. Esto indica que la oposición ha ido creciendo lentamente, mientras el modelo del Frente Amplio en Montevideo está mostrando un desgaste. Las encuestas actuales, comparadas con las de enero de 2024, muestran una foto similar, pero hay que recordar que en la elección legislativa pasada la Coalición Republicana superó al Frente Amplio en la primera ronda, aunque perdió en el balotaje. Un dato interesante es que, según estudios en Latinoamérica, un 16% de los votantes decide su voto el mismo día de la elección. Esto hace que los últimos 15 días de campaña sean cruciales. No son días cualquiera: cada día que pasa, más personas definen su voto, y el día de la elección hay un pico de decisiones. Por ejemplo, alguien que hoy está indeciso puede mañana convencerse por una propuesta que escuche en una feria o por un debate en la televisión. Lo que realmente importa es el voto del soberano.
Comparado con elecciones anteriores, la diferencia entre el Frente Amplio y la oposición es menor. ¿Estima que el modelo del Frente Amplio en Montevideo se está agotando?
Sí, estoy convencido de que el modelo del Frente Amplio está agotado y seguirá perdiendo apoyo. En términos futbolísticos, diría que estamos cerca de forzar un partido a penales, porque cuando la diferencia es de pocos puntos porcentuales, nadie puede predecir con certeza cómo votarán las casi un millón de personas habilitadas en Montevideo. Un cambio de 10.000 votos puede ser decisivo, y eso está al alcance. Las encuestas muestran que la oposición está creciendo, pero más allá de los números, lo que cuenta es el día de la elección. Nuestro desafío como Coalición Republicana es ampliar nuestra base electoral, convenciendo a quienes no nos votaron en el pasado. Esto incluye a votantes tradicionales de Cabildo Abierto que apoyaron al partido en las elecciones nacionales, pero también a personas desencantadas con el Frente Amplio que buscan una alternativa. Por ejemplo, en las ferias y barrios periféricos, escucho a muchos vecinos que están cansados de promesas incumplidas y problemas que no se resuelven, como la limpieza o la seguridad. Nuestro trabajo es demostrar que tenemos un plan sólido y realizable para cambiar Montevideo, y eso requiere un esfuerzo diario de contacto directo con la gente.
¿Por qué el Frente Amplio sigue siendo fuerte en Montevideo a pesar de las críticas?
El Frente Amplio mantiene su fortaleza en Montevideo gracias a una maquinaria electoral extremadamente bien aceitada. Como se vio en el caso de la exministra Cecilia Cairo, casi dos tercios de su sueldo se iban a esa máquina electoral. Si se tienen muchos cargos, se tienen fondos para esa maquinaria que incluye comités de base abiertos todo el año, pintadas masivas, carteles en cada esquina, movilización de militantes y eventos como chorizadas. Esta maquinaria con los comités de base abiertos todo el año, no solo asegura visibilidad, sino que también crea una red de militancia. El Frente Amplio ha construido una narrativa ideológica poderosa con dos mensajes clave: primero, que son imbatibles, lo que atrae a votantes que prefieren apoyar al ganador; segundo, que la oposición es una amenaza que quitará los pocos beneficios que ellos ofrecen. Sin embargo, en mis recorridas por ferias y barrios humildes, noto un cambio: la gente está más enojada con la Intendencia. Hay un hartazgo con problemas crónicos como la basura, la inseguridad o la falta de mantenimiento. Creo que los últimos días de campaña serán decisivos para que los indecisos, que son muchos, se inclinen por un cambio.
Aun con esa maquinaria, en la periferia de Montevideo los problemas persisten, pero el Frente Amplio sigue ganando en esas zonas. ¿A qué lo atribuye?
La clave está en que la maquinaria del Frente Amplio está precisamente en esas zonas periféricas. En barrios como los de la zona norte o sur de Montevideo, los comités de base son muy activos y las pintadas son omnipresentes. El Partido Comunista, por ejemplo, tiene un ejército de pintores “profesionales” que cubren la ciudad con mensajes como “Verónica intendenta”, todos con la misma tipografía, lo que demuestra una organización casi industrial. Tienen más pintores que militantes. Esta propaganda constante crea una sensación de dominio territorial. Además, la Intendencia ofrece servicios que son muy positivos como policlínicas, centros de acción social o programas de asistencia que, aunque necesarios, son utilizados políticamente para fidelizar votantes. Hay un componente de clientelismo que no podemos ignorar. También está la manipulación ideológica: el Frente Amplio convence a muchos votantes de que, aunque no son perfectos, la oposición es peor y les quitará todo. En los barrios más humildes, esta narrativa cala hondo, porque la gente teme perder lo poco que tiene. Sin embargo, en mis visitas a ferias y asentamientos, veo un cambio. También lo digo: a los políticos de la coalición lo que les pasa es que no nos creen. Esa señora quiere cambiar, pero no tiene fe de que nosotros lo hagamos mejor. Entonces es eso lo que tenemos que demostrar, no nuestra intención, sino nuestra capacidad de hacer un buen gobierno. El desafío para la Coalición es ganarnos la confianza de esos votantes, no solo mostrando nuestras intenciones, sino demostrando con propuestas concretas y realizables que podemos gobernar mejor.
¿Considera que el desempeño del gobierno nacional está influyendo en las elecciones municipales?
Sí, definitivamente. El caso de la renuncia de la exministra Cecilia Cairo tuvo un impacto fuerte, no solo por la renuncia en sí, sino por las circunstancias: su negativa inicial a dimitir y la percepción de que incumplió compromisos básicos, como el pago del Impuesto a Primaria, generaron indignación. Creo que este incidente tendrá una expresión electoral, no necesariamente como un voto de apoyo masivo a la Coalición, sino como un voto castigo contra el Frente Amplio. Aunque es un episodio triste, está jugando a nuestro favor.
¿Qué opina de Mario Bergara, el candidato con más posibilidades dentro del Frente Amplio?
Mario Bergara es un economista destacado y no tengo nada que reprocharle en lo personal. Sin embargo, su candidatura está limitada por la estructura del Frente Amplio, que lo ata a una maquinaria rígida. Por ejemplo, no puede enfrentarse a los sindicatos, especialmente a Adeom, que tiene un liderazgo radical que no refleja su peso electoral. Muchos dirigentes de Adeom, vienen siempre de la izquierda más radical, una izquierda que no tiene una representación electoral acorde. Para que se tenga un ejemplo, yo digo siempre que los dirigentes del Partido Comunista de Adeom son la derecha de Adeom. Además, la Intendencia enfrenta un problema de caja grave: recauda dos millones de dólares por día, pero gasta más de dos millones de dólares. Bergara propone salir a pedir más préstamos, una estrategia que considero riesgosa en un contexto global de tensiones económicas, con guerras arancelarias y un posible aumento de las tasas de interés. Si los países incrementan su gasto militar, el acceso al crédito se complicará. Es un pésimo momento para pedir plata. Creo que el camino para recuperar Montevideo es otro al que plantea Bergara.
¿Cómo ve el tramo final de la campaña y en qué debería enfocarse la Coalición?
El tramo final de la campaña es el momento de consolidar el contacto directo con los votantes. Personalmente, mi prioridad es estar en las ferias, los barrios y las calles, hablando con la gente y escuchando sus preocupaciones. Me apasiona esa parte de la política: sentarme con un vecino y entender sus problemas de primera mano. Como Coalición Republicana, cada candidato tiene su estilo, pero compartimos un enfoque descentralizado, acorde con nuestra identidad republicana. Creo que las tres campañas están bien encaminadas, cada una con su impronta, y debemos seguir trabajando en equipo para transmitir un mensaje unificado. Mi plan personal es maximizar el tiempo en los barrios, porque ahí es donde se ganan los votos: no con grandes promesas, sino con propuestas realistas y cercanía. Confío en que el voto soberano premiará nuestro esfuerzo.
Señaló que le gusta escuchar a la gente. ¿Cambiaron en algo sus ideas para Montevideo tras estas conversaciones?
Sí. Cuando armamos el programa con los técnicos, inicialmente descartamos la seguridad, porque legalmente no es una competencia directa de la Intendencia, sino del Ministerio del Interior. Pensábamos que nuestro foco debía estar en áreas como limpieza, infraestructura o descentralización. Sin embargo, desde el primer día en las ferias, la seguridad apareció como la principal preocupación. Recuerdo a una señora en una feria de La Teja que me planteó que su principal problema era la seguridad. Intenté explicarle que la Intendencia no maneja a la Policía, pero su mirada de decepción me marcó. Era como si me dijera: “Usted es político, representa al Estado, ¿y no va a hacer nada?”. Ese momento fue un punto de inflexión. Convocamos al equipo de seguridad y decidimos incorporar el tema, no por capricho, sino porque la gente lo demanda. Hablamos con gremios, como la patronal de taxis, que nos contaron cómo la inseguridad afecta su trabajo: asaltos, robos de recaudación, miedo constante. También visitamos asentamientos, como uno en el municipio F, donde los vecinos construyeron un salón comunal con esfuerzo, pero les robaron los cables eléctricos. Ahí entendí que sin seguridad no hay desarrollo. Incorporamos propuestas concretas que en materia de seguridad desde la Intendencia se pueden hacer, como crear un cuerpo de guardaparques para proteger espacios públicos o mejorar la coordinación con el Ministerio del Interior para optimizar recursos municipales. Ahora, cuando un vecino me menciona la seguridad, tengo una respuesta clara y un compromiso real para hacer lo que está a nuestro alcance.