La Mañana dialogó con el periodista Gabriel Ben Tasgal, especialista en Medio Oriente. Residente en Israel, analizó lo que se vive en ese país por los conflictos en la Franja de Gaza e Irán. También fue muy crítico con la extrema izquierda y dijo que en Uruguay mucha gente no entiende lo que hay detrás del conflicto en Medio Oriente.
¿Cuál es su visión de lo que se está viviendo hoy en día en Israel?
Después del atentado del 7 de octubre, lo que hizo Israel fue intentar desmantelar todo el eje chiita. Y el eje chiita tenía un concepto básico y era que “la cabeza del pulpo” era Irán y tenía brazos que hacían el trabajo que Irán no se atrevía a hacer de forma directa. Esto era atacar Israel o por lo menos amedrentarlo.
Entre esos brazos tenía algunos muy directos, como era Irán y Hezbolá, o la Siria de Assad o los hutíes en Yemen y tenía otros brazos que son indirectos, como Hamás. Hamás recibió unos 500 millones de dólares de manos de Irán. Entonces, tras el atentado el 7 de octubre, lo primero que hizo fue intentar desmantelar físicamente a Hamás. Y en ese proceso aún sigue.
Y después atacó a Hezbolá, que era un peligro mucho más grande y terminó atacando a las centrales nucleares de Irán. Si se ve en perspectiva, después de dos años, el eje chiita, que fue el responsable del 7 de octubre, está mucho más debilitado.
¿Por qué continúa la situación en Gaza cuando este es un territorio pequeño?
La propuesta militar y bélica es muy especial. De hecho, es un tema que en general periodistas no entienden y militares sí entienden. Hamás lo que propone es: “Voy a excavar 600 túneles, voy a utilizar a la población civil como escudos humanos arriba y voy a mantener secuestrados a habitantes de otro país abajo de la tierra. También voy a intentar decir que mueren un montón de civiles inocentes porque confío en que medios de comunicación, como la BBC de Londres, la televisión española, Brecha en Uruguay, van a informar de manera superficial sobre el conflicto y ellos juntos y junto a gobiernos del mundo de cierta tendencia ideológica, van a presionar a Israel para que termine el ataque”. Si eso ocurre y Hamás se queda en el poder, va a poder decir que ganó. Entonces, debido a la complejidad del tipo de acciones bélicas en la Franja de Gaza que es un terreno muy chico, hay que ir caminando lentamente dentro del territorio, intentando rescatar a los civiles secuestrados y también destruir el gobierno de Hamás.
Ese tipo de acción bélica es muy complicada y en la historia de la humanidad nunca ocurrió algo parecido, salvo en un caso en la Segunda Guerra Mundial, donde en esa oportunidad murieron el 10% de los civiles.
¿Cuánto de ese territorio de Gaza ha sido “peinado” por el ejército de Israel?
Hay ya un “peinado” total, pero hay zonas que están habitadas por civiles y los militares de Hamás se vuelven a esconder con ellos, o dentro de los túneles. Incluso en zonas donde no habitan personas porque fueron desalojadas, aparecen unidades de seis o siete terroristas. Entonces, todo esto es muy complicado.
¿Cuándo considera que se puede estar terminando la campaña de Gaza?
Es muy complicado realizar esa evaluación. Israel quiere hacer cuatro cosas. Liberar a sus rehenes y todavía hay 49 rehenes de los cuales 20 están vivos. O sea, todavía hay margen largo para recorrer. Segundo, se tiene que destruir la capacidad bélica y misilística que tiene Hamás. Ahí existen avances serios y digamos que un 70% u 80% se ha logrado un éxito. Lo tercero es que Hamás no se pueda volver a reorganizarse. Pero Hamás reparte la comida y lo que hace es sacar dinero de ella ya que la vende a los palestinos o supedita la distribución de la comida a que los palestinos entreguen a sus hijos para combatir. Si Israel se retira hoy y accede a la ayuda humanitaria, entonces va a volver al poder más fuerte dentro de semanas. Entonces, se tiene que eliminar eso también y no estamos tan cerca. Y, por último, se debe eliminar que Hamás siga gobernando la Franja de Gaza.
¿Israel podría permitir que Hamás continúe gobernando Gaza?
Este gobierno israelí y la población en general no lo va a aceptar. O sea, si ese es el punto de partida, entonces la guerra no va a terminar pronto. No creo que Israel acepte a Hamás en el poder durante mucho tiempo. El golpe el 7 de octubre fue un atentado especialmente grave.
¿Qué alternativas hay si Hamás no gobierna la Franja de Gaza?
La verdad es que no sé. Puede ser que lo que haga Israel sea seguir impulsando que clanes contrarios a Hamás se levanten en armas e intenten sacar a ese grupo terrorista. Otra opción es que pongan a la Autoridad Palestina como gobernante de la Franja de Gaza, y otra es que pongan a alguien que no sea Hamás ni la Autoridad Palestina. La otra opción es que Egipto se haga cargo, pero ya dijo que no quiere. Entonces, hay un montón de escenarios que no queda claro cuál va a ser.
¿Cómo es la situación de Gaza en cuanto al gobierno hoy en día?
No gobierna nadie, pero si quiere ver quién tiene las armas, las sigue teniendo Hamás y probablemente buena parte de comida y de la ayuda humanitaria sigue cayendo en manos de Hamás. Por tanto, el que efectivamente tiene más dominio sobre la Franja de Gaza sigue siendo Hamás. Y no estamos cerca de que eso se termine y por ende no estamos cerca de que la guerra se termine tampoco.
¿Cuál es el rol que juega el gobierno de Palestina?
La Autoridad Palestina y Hamás están enemistados. Lo que pasa es que para Israel la Autoridad Palestina es igual de mala que Hamás. Palestina no utiliza la fuerza física, pero adoctrina a sus hijos a seguir odiando o persiguiendo la desaparición de Israel. La Autoridad Palestina es un régimen especialmente corrupto, que no tiene dominio sobre buena parte de Cisjordania siquiera. Entonces es visto como alguien que no tiene mucho peso. No obstante, un votante israelí promedio va a decir que prefiere a la Autoridad Palestina porque entre los dos es menos mala.
Otro foco de conflicto fue con Irán. ¿Considera que este tema está resuelto o puede haber nuevos enfrentamientos?
Para poder eliminar la capacidad nuclear militar de Irán, se debe eliminar la capacidad de los que hicieron las centrales nucleares, el uranio enriquecido y los misiles. Se debe también amedrentar el deseo de querer volver al programa nuclear con fines militares. O sea, intenciones y capacidades. Con respecto a las intenciones no queda claro que Israel lograra que el gobierno de Irán abandone su deseo de construir un arma nuclear. Y con respecto a las capacidades no es seguro que las centrales nucleares hayan sido dañadas de forma total. La inteligencia norteamericana señala que una sola central ha sido dañada de plano. Si eso es así, no descarte la posibilidad de que Israel vuelva a atacar a Irán, con o sin ayuda de Estados Unidos.
También en la región están los hutíes, que desde Yemen han atacado a Israel. ¿Cómo observa este nuevo frente?
Ya señalé que hay proxies, o sea, aliados de Irán que hacen el trabajo que Irán le gustaría hacer, pero que no quiere pagar el precio. Unos de ellos son los hutíes, que es un clan dentro de Yemen que ha sido armados, entrenados y les dieron misiles balísticos para disparar contra Israel y lo que hacen es disparar lo que pueden cuando pueden. Entonces, tienen una capacidad bélica determinada. Y lo que se ve es que cada tanto disparan desde Yemen y cada tanto Israel les responde. Pero si cae Irán, caen los hutíes también.
¿El régimen de Irán quedó un poco más consolidado tras este conflicto de doce días?
La población de Irán entiende que alguien mucho más poderoso le pegó tres, cuatro, cinco palazos fuertes en la cabeza. Si cada día sigue explotando un edificio dentro de Irán y siguen matando a sus líderes, ¿dónde está el general que todo lo sabe y todo lo puede? O sea, si te matan al jefe de la Basij [servicio de seguridad interna], que es el que mata a los manifestantes en contra del régimen, eso transmite a la población iraní que el gobierno no es poderoso o que es débil.
No creo que, tras esta guerra, la situación del régimen iraní haya sido reforzada, quizás sí de la boca para afuera, pero la pregunta es ¿cuántos apoyan realmente al régimen de Irán? Bueno, la base de apoyo del régimen de Irán no llega al 20%.
¿Qué papel juega la occidentalización de la población iraní en toda esta situación?
Los persas y los chiitas son siempre mucho más desarrollados y mucho más occidentales, mucho más cultos que el resto del Medio Oriente. Lo que pasa es que tienen un gobierno que es todo lo contrario a la esencia de ellos.
¿Y esto cómo incide?
En un supuesto, cuando caiga el régimen de los ayatolas, los iraníes probablemente vuelvan a ser lo que eran antes. El problema es que buena parte de la dirigencia que está en contra de los ayatolas está en el exilio. La pregunta es cuántos líderes vivos y fuertes quedan dentro de Irán para poder organizar un golpe o una toma del poder. Y la respuesta es pocos. Irán ha perdido a muchos de sus líderes importantes, a los que se oponen a un gobierno que es contrario a la esencia del pueblo.
¿Y cómo es el papel de los demás países árabes, principalmente Arabia Saudita?
Todos los árabes sunitas están muy felices de que Irán está recibiendo estos golpes ya que Irán es el principal país chiita. No descarte la posibilidad de que dentro de muy poco veamos una normalización, un acuerdo de paz entre Israel y Arabia Saudita.
¿Cómo se plantea ese enfrentamiento entre sunitas y chiitas en Medio Oriente?
Del arco chiita que tiene Irán como líder, quedan fuerzas rebeldes y grupos chiitas en Irak, que de alguna manera gobiernan el país, Siria, que tenía un gobierno chiita de Assad, pero fue derrocado. También está Hezbolá en el Líbano, pero estos fueron golpeados tan duramente que ahora los sunitas y los cristianos quieren volver a tomar el control del poder en ese país. Y los hutíes que son como una hinchada de fútbol con misiles balísticos. Entonces, el régimen chiita ha quedado muy debilitado después del ataque del 7 de octubre y la respuesta israelí. En cambio, en los sunitas hay dos países radicales, que no hacen terrorismo, pero lo financian. Son Turquía y Qatar, que salen reforzados de todo este asunto. Y hay otros países sunitas que se alinean más con Israel y que probablemente firmen los Acuerdos de Abraham, que son una serie de acuerdos de normalización diplomática entre Israel y varios países árabes.
¿Cómo se puede entender las diferentes posiciones de los sunitas?
Todo depende del nivel de radicalidad de sus líderes y qué ideología es la que guía el gobierno. En el caso de Qatar es un gobierno wahabista, que es el gobierno que tenía Arabia Saudita durante muchos años. Con la diferencia de que Qatar tiene tres condimentos más. Uno es que tiene mucho dinero, una televisión, Al Jazeera, que fomenta esa ideología de los musulmanes y goza de la simpatía de gente que no conoce qué es Qatar.
¿Qué opina de la visión que tiene Occidente sobre el radicalismo islámico?
Mucha gente en Occidente no conoce lo que es el radicalismo islámico. Si vos analizás, por ejemplo, aquí hay una comparación. Si escuchás lo que dice el Frente Amplio (no el gobierno) con respecto al conflicto palestino-israelí, piensan que el conflicto es por tierras. Son unos analfabetos en temas religiosos. Porque como los uruguayos son personas laicas, piensan que como ellos son laicos, todo el mundo es laico. Ese analfabetismo crónico que tiene la izquierda en temas religiosos hace que piensen que los conflictos son por tierras. Bueno, los conflictos en Medio Oriente no son por tierras, son conflictos religiosos, étnicos, mucho más graves que los conflictos por tierras.
Si se analiza un conflicto y no se tiene la mínima formación sobre una región determinada, hacen westplaining, o sea, es traducir al idioma que te queda cómodo, lo que no sabés. Esto es un claro ejemplo de hablar sobre lo que no entiendo y hablar porque es gratis también.
¿Cómo se ve desde Israel las posiciones en Uruguay con respecto a los diferentes conflictos en Medio Oriente?
Yo viví en Uruguay cinco años. Uruguay tiene por un lado una muy baja tradición antisemita y también un gran nivel de poliarquía de democracia. Han tenido gobiernos de muy izquierda que han respetado la tradición uruguaya. Por ejemplo, el gobierno de Frente Amplio hasta el día de hoy. El ejemplo más claro es un hombre como Tabaré Vázquez, que era muy cauto a la hora de hablar de Medio Oriente, porque entre otras cosas él vivió allí. Lo que ha ocurrido es que tras la guerra del 7 de octubre, en el caso de Uruguay, la extrema izquierda, los gremios, los grupos feministas, han transformado el antisemitismo en moneda corriente en las redes sociales y de hecho Uruguay es el país que más ha crecido en el antisemitismo en redes sociales, contradiciendo toda la tradición de ese país. Uruguay se ha transformado en un foco de atención para aquellos que piensan que el antisemitismo es algo malo. Y si se leen las redes sociales se ve la esencia de la izquierda uruguaya claramente antisemita, negando el derecho del Estado de Israel a existir. Dicen que no son antisemitas, sino que son antisionistas, como una forma de ser políticamente correcto. En ese sentido, el Uruguay es preocupante. Hay países más preocupantes todavía como Colombia, Venezuela o Chile. La diferencia con Uruguay es que antes no era así. El Estado de Israel nació gracias a un gran uruguayo llamado Rodríguez Fabregat. [diplomático uruguayo que desempeñó en las Naciones Unidas un papel fundamental en pro de la creación del Estado de Israel].
¿Y cómo observa la posición del gobierno?
Por suerte el presidente Yamandú Orsi no es tan irresponsable en el uso de las palabras, como lo es por ejemplo el partido del presidente, los gremios en Uruguay y ciertos medios de comunicación.
¿Qué consideraciones le merece la expansión del islamismo en Europa?
Hay que saber que la emigración por motivos religiosos no es algo negativo en la estructura del Medio Oriente. En el año 622, Mahoma emigró de La Meca a Medina para crear una nueva religión. O sea, emigrar para llevar la palabra es algo bueno. Y asentarte y creer que tu ideología y fe son superiores a las de Occidente también es algo notable entre inmigrantes.
Entonces, lo que se hace es crear comunidades, que se llaman dawa, con dinero que llega desde el Medio Oriente, de países petroleros. Cuando se asienta esa dawa y se enseña que esa religión es la única que vale y las demás no, el paso de la acción social a la violencia física es un paso natural que se suele dar entre radicales islámicos y lo que vemos en Europa es ese paso a la fuerza física. Vemos muchos casos de violencia física en Europa y un aumento también de la natalidad en Europa con respecto a los cristianos. No obstante, considero que Europa va a evitar caer en manos de radicalismo islámico. Pero lo va a hacer a través de la elección de partidos de extrema derecha que van a tener un perfil problemático hacia el islam, a veces de forma injusta.
¿Cómo observa la situación en Estados Unidos también con respecto a este tema, donde un islamista posiblemente gane la alcaldía de Nueva York?
Es más de lo mismo. Occidente no siempre sabe luchar por los valores que cree que son buenos. Nosotros como sociedad logramos equiparar los derechos de los hombres y las mujeres. Luchamos por eso, las mujeres lucharon por eso. Los homosexuales también buscaron y defendieron ciertos derechos. Nos vimos superados por lo políticamente correcto. O sea, que alguien venga y diga, “No, no me puedo meter en la cultura de otra religión porque son diferentes a mí”. Entonces, no puedo juzgar que le hagan una ablación de clítoris a una niña. Eso te transforma en alguien que no defiende los valores que creés. Hacer una ablación de clítoris a una niña no está bien, está mal y una sociedad con valores claros debería decir “Hasta aquí llegamos”. La costumbre que se trae de África nosotros no la aceptamos y si lo hacen los condenamos a prisión. No es eso racismo, es simplemente que hay cosas que están mal.
A su entender, ¿por qué en Uruguay hay sectores que apoyan sistemas que violan determinados derechos, como por ejemplo el de las mujeres u homosexuales?
El nivel de intelectualidad y de iluminismo que se ve en un grupo de extrema izquierda es cercano a la nulidad. Se encuentra gente de extrema izquierda con un nivel de analfabetismo flagrante en un montón de temas. Entonces, cuando viene alguien y dice: “Bueno, hay que dar la batalla cultural.” Sí, pero la forma de actuar de la extrema izquierda es cuando se dice algo que no le convence, enseguida te etiquetan y te estigmatizan como un xenófobo, un violador de los derechos humanos porque no pueden discutir contenidos. ¿Qué van a discutir, si no dominan contenidos y además para ellos el contenido no es importante, sino la narrativa? ¿Qué está detrás de una postura tan ilógica como una mujer feminista que levanta y hace una marcha el 8 de marzo con una cara de un judío que es una cara antisemita como ocurrió en Uruguay? Lo que hay atrás se llama la interseccionalidad y es dividir el mundo entre buenos y malos absolutos. Y los buenos absolutos son siempre las mujeres, siempre los grupos LGBT son buenos, siempre las personas de color son buenas, siempre los palestinos son buenos. Y los pobres son siempre buenos. ¿Y quiénes son los malos? El hombre blanco heterosexual es malo, malísimo. El europeo es malo, el rico es malo, Israel es poderosa y por lo tanto es mala. En otras palabras, no le tengo respeto a los intelectuales de la extrema izquierda de muchos lugares del mundo y de Uruguay tampoco.