La duodécima edición de la Olimpíada de Robótica, Programación y Videojuegos de Ceibal alcanzó un récord histórico de participación. Más de 1600 equipos de todo el país mostraron sus proyectos en torno a la consigna “Tesoros del pasado”, combinando innovación, cultura y comunidad.
El Antel Arena se transformó durante dos días en un gran laboratorio de ideas, donde niñas, niños y adolescentes presentaron los frutos de meses de trabajo. La 12ª edición de la Olimpíada de Robótica, Programación y Videojuegos de Ceibal convocó a casi 10.000 estudiantes y 680 docentes de 540 centros educativos públicos y privados, en una jornada que combinó aprendizaje, entusiasmo y espíritu colaborativo.
“Cada rincón del Antel Arena se llenó de robots, pantallas interactivas y propuestas ingeniosas que mostraron cómo la tecnología puede convertirse en una herramienta para cambiar la realidad”, destacaron desde Ceibal al celebrar la cifra récord de participantes.
Tecnología con propósito
Bajo el lema “Tesoros del pasado”, los estudiantes fueron invitados a reflexionar sobre la importancia de preservar la historia, la cultura y el patrimonio mediante el uso creativo de la tecnología. Más de 1660 equipos trabajaron durante todo el año junto a sus docentes para diseñar soluciones a problemas vinculados a su comunidad o a la sociedad en general.
“Usamos la tecnología para rescatar historias que estaban quedando olvidadas”, contaron algunos de los jóvenes expositores mientras mostraban sus proyectos. Desde maquetas automatizadas de sitios históricos hasta videojuegos educativos sobre tradiciones locales, las propuestas revelaron una notable capacidad de innovación y sensibilidad social.
Categorías y desafíos
La Olimpíada se estructuró en diversas categorías que reflejan la amplitud del universo Ceibal: Robótica, Placas programables (do your :bit), Programación, Videojuegos educativos –con experiencias como Liga Minecraft, RoboGarden y Matific–, además de Drones, First Lego League Explore y Challenge, STEM avanzado y Comunidad sostenible.
Durante las distintas etapas del año los equipos debieron superar pruebas, presentar avances y perfeccionar sus prototipos, combinando creatividad con rigor técnico. Este proceso no solo impulsó el aprendizaje de herramientas digitales, sino también el trabajo en equipo, la resolución de problemas y la comunicación de ideas.
Ceibal y Antel: una alianza para el futuro
El evento contó con el apoyo de Antel, que acompañó a Ceibal en la organización de esta edición en su emblemático escenario. El presidente de la empresa estatal, Alejandro Paz, junto al vicepresidente, Pablo Álvarez, y la gerenta general, Laura Saldanha, recorrieron los stands, dialogaron con los participantes y realizaron la entrega de premios en varias categorías.
“Es inspirador ver cómo los jóvenes uruguayos utilizan la tecnología para construir conocimiento y comunidad”, subrayaron los representantes de Antel durante la ceremonia de premiación, destacando el rol de la conectividad como base para el desarrollo educativo y la innovación.
Aprendizaje, colaboración y futuro
Más allá de la competencia, la Olimpíada se consolidó como un espacio de encuentro entre generaciones, donde docentes y estudiantes comparten experiencias, aprendizajes y sueños. En un ambiente de confraternidad y entusiasmo, la tecnología se convirtió en un vehículo para fortalecer vínculos y mirar hacia adelante.
“Lo más valioso no es el premio, sino todo lo que aprendimos juntos”, expresaron varios de los participantes al cierre del evento. Esa frase resume el espíritu que marcó las jornadas en el Antel Arena: el de una generación que combina curiosidad, creatividad y compromiso para construir el futuro desde las aulas.




















































