El pasado domingo, el equipo económico del gobierno entregó en el Parlamento el proyecto de Ley de Presupuesto. La polémica se instaló ante los anuncios de creación de nuevos impuestos, lo que fue cuestionado por la oposición, y las expresiones del subsecretario Martín Vallcorba sobre las dificultades para cumplir con el programa de gobierno, con reacción del oficialismo. En entrevista concedida a La Mañana, el economista Gustavo Licandro, exsubsecretario del MEF, realizó un completo análisis al respecto.
¿El proyecto de Ley de Presupuesto presentado deja en evidencia una política económica errónea de la gestión anterior?
El resultado fiscal del gobierno del año pasado, del año 2024, y lo que fue la gestión fiscal durante toda la administración de Lacalle Pou, para mí no tuvo ninguna sorpresa, porque desde la presentación de la Ley de Presupuesto en el año 2020, yo venía alertando sobre lo fuertemente expansivo del punto de vista del gasto que era, que los ingresos no se iban a cumplir porque eran demasiado optimistas, y que el período anterior iba a terminar con un déficit fiscal similar, si no mayor, al del último gobierno del doctor Vázquez. Y finalmente fue lo que pasó. Yo creo que el punto de partida es un sector público que creció en términos del producto, en el período anterior, que terminó con la situación fiscal bastante débil, y con un nivel de endeudamiento público fuerte, desde una deuda pública que también creció, un proceso similar a lo que había sido en su momento el gobierno de José Mujica. Así que esta Ley de Presupuesto, en realidad, parte de una situación fiscal de cierta complejidad, con mucho más nivel de indexación de lo que había dejado el Frente Amplio antes, y por lo tanto uno podría haber esperado un proyecto de Ley de Presupuesto que fuera bastante más, llamémosle, más revolucionario. Sin embargo, esta Ley de Presupuesto en realidad es muy parecida a lo que teníamos antes, con algunos cambios que son propios de un cambio de gobierno.
¿Cuál es su análisis respecto de los anuncios realizados por el equipo económico basados en la creación de nuevos impuestos?
Hay creación de impuestos y hay cambios en materia tributaria. En particular, hay uno que es un cambio filosófico para lo que es la tradición uruguaya, es un cambio filosófico muy importante, y es haber gravado las ganancias patrimoniales por activos en el exterior. Hasta ahora, y también en el período de Mujica, se había aprobado que las rentas financieras de bienes mobiliarios, depósitos, bonos, acciones en el exterior estuvieran gravadas, no así las rentas de inmuebles ni tampoco las ganancias, las diferencias de valor. Esto es, si uno compra una acción a 80 y la vende a 100, esa ganancia no está gravada. El paso que están dando ahora es gravar esas ganancias patrimoniales, y eso es un cambio muy importante para la historia de Uruguay, tal como fue el paso anterior, porque en definitiva Uruguay nunca se había metido con qué hacen los residentes fiscales, sean nacionales o sean extranjeros que se vienen a radicar fiscalmente en Uruguay. Nunca Uruguay se había metido con qué hacían esas personas con sus recursos en el exterior. Si una persona quiere ir a París y comer en un restaurante y eso le genera bienestar y le genera placer, lo puede hacer. Y si quiere tener un depósito en un banco en Estados Unidos y ejecutar su consumo el año siguiente, también es una forma de generar bienestar. Y en realidad, ¿por qué uno está gravado y el otro no? Porque, en definitiva, si uno va a hacer un viaje o, como decía, va a un buen restaurante en París, eso no está gravado por impuesto de la renta, porque la gente tuvo placer por hacerlo. ¿Por qué la renta financiera de un depósito en el exterior sí tiene que estar gravada? Cuando en realidad es una actividad que no sucede en Uruguay. Nuestro país gravó las rentas territoriales por criterio de territorialidad. Esto es, se cobraba impuesto por lo que pasaba en Uruguay. Lo que pasa en el resto del mundo, Uruguay no se metía con eso. Porque nosotros nunca nos metimos con qué hacen los residentes fiscales, repito, sean nacionales o extranjeros, fuera de nuestro país. Entonces, es un cambio importante. Yo creo que corresponde una discusión pública fuerte, también a fondo del tema, porque estamos cambiando muchísimas décadas, no sé cuántas, pero estamos cambiando lo que ha sido una tradición uruguaya, que es no gravar las rentas de fuentes extranjeras.
Las afirmaciones del subsecretario Vallcorba sobre la imposibilidad de cumplir con el plan de gobierno prometido, ¿cómo se analizan?
Eso está dentro de una situación fiscal bastante débil que han recibido. Obviamente, toda la campaña electoral se basó en proponer aumentos de gastos para todas las políticas que estaban proponiendo, eran de incremento del sector público, el tamaño del sector público, y en este asunto es una frazada corta. O sea, no daba y no iba a dar para todo. De todas formas, esta Ley de Presupuestos que están aprobando es expansiva en materia de gasto público, y por muchísimo más que los 140 millones de dólares que está diciendo el gobierno. Cuando uno presenta la Ley de Presupuesto, hay una parte que es la inercia del Presupuesto que está vigente, que viene del gobierno anterior, y del anterior, y del anterior, y están las partidas incrementales, o sea, las partidas, llamémosle, nuevas. Cuando uno suma el comportamiento inercial del Estado uruguayo que, en definitiva, al mandarlo como Ley de Presupuesto, están de acuerdo en que sea así, más las partidas incrementales, estamos hablando de un número más parecido a algo entre 400 y 500 millones de dólares por año de incremento de gasto que a los 140 que han dicho. Así que esta es una Ley de Presupuesto optimista con respecto a los ingresos, porque están previendo un crecimiento del 2,5% anual todos los años. Es un número que tiene que cumplirse en un país donde el crecimiento está fuertemente ligado a los vientos del exterior, que a veces son de cola y a veces son de frente, donde todo lo que es salarios públicos, pasividades, la mayor parte de las partidas presupuestales en materia de políticas sociales, están todas indexadas, algunas al IPC, otras al índice medio de salarios, otras con pautas de crecimiento autónomas. Todo eso hace que el crecimiento del gasto sea mucho mayor que lo que se está diciendo. Además, el gobierno expresa en este proyecto que el objetivo es que el gasto total no crezca entre hoy y que termine el gobierno, que no haya un crecimiento de gasto público con respecto al PIB en este período. Bueno, si estamos previendo un crecimiento del 2,5 y que ese cociente se mantenga estable, lo que estamos diciendo es que el denominador, o sea, el gasto va a crecer de igual manera y eso lo que te da no son 140 millones de dólares, te da un número más parecido a algo entre 450 y 500 que a 140.
¿Qué expectativas tiene sobre la aprobación o no de la Ley de Presupuesto en el Parlamento?
Creo que la van a aprobar, porque como son aumentos de gastos y como son aumentos de partidas vinculadas a temas sociales, yo creo que todos van a levantar la mano y terminan votando. ¿Por qué? Porque en Uruguay no hay nadie que piense en la sociedad en su conjunto, sino que todos están votando en función de cada artículo, si le hace bien o no a alguien. Entonces, para quedar bien y hacer lo políticamente correcto, levantan la mano. Personalmente, creo que las partidas de gastos se van a votar todas. Posiblemente aparezcan más, como siempre aparecen en las negociaciones de la Ley de Presupuestos. Posiblemente algún ingreso quede por el camino. Con lo cual, yo creo que esto va a ser una Ley de Presupuesto que se va a votar, que va a ser expansiva en materia de gastos, que si las expectativas de crecimiento no se cumplen va a terminar repercutiendo en un resultado fiscal peor, o sea, un déficit fiscal peor que el que están previendo. Y, en definitiva, todo se financia con deuda, porque el propio proyecto está previendo un fuerte incremento de la deuda medida en términos netos. Así que ya la Ley de Presupuesto está diciendo todas estas cosas. Hay aumento de gastos, por los ingresos habrá que ver si el producto crece lo suficiente como está propuesto para que la recaudación crezca. Están diciendo que no va a haber una caída del gasto en términos del producto. Están diciendo que la deuda pública va a aumentar, que la deuda pública neta también va a aumentar. Así que está todo escrito allí.
En el caso de no obtener las mayorías necesarias, ¿cuál cree usted que debería ser la postura del ministro y su equipo?
Yo creo que hace muchos períodos de gobierno que hubiese sido deseable que no se votara la Ley de Presupuesto. O sea, si la Ley de Presupuesto que se está votando, como fue la anterior, y la anterior, y la anterior, y la anterior, y la anterior y llegando entonces incluso al período del Dr. Batlle, si esa Ley de Presupuestos implica aumento de gastos y las posteriores, todos los aumentos de procesos indexatorios, lo que está diciendo es que cada una de esas Leyes de Presupuestos, incluida esta, son peor que la anterior. Así que yo, como ciudadano, digo que ojalá no se vote. Si no se vota, estará vigente la anterior, porque es menos gasto y menos impuestos que lo que nos están proponiendo hoy. Pero habría sido deseable que no se votarán desde hace ya varios períodos de gobierno. Yo aplaudiría si no se votara la Ley de Presupuestos. Y si tuviera responsabilidad, en definitiva, estaríamos con un Presupuesto más austero que lo que se está proponiendo.