Entrevistado por La Mañana, el presidente de la Agremiación de Tamberos de Canelones, Álvaro Muracciole, dimensionó la importancia del buen momento climático, productivo y de disponibilidad de alimentos. Su gremial está afectada porque siguen cerrando establecimientos socios.
El tambero de Canelones tiene la sensación de que finalmente los astros se alinearon. Al buen clima de los últimos meses se le suma una buena situación del estado corporal de los animales y precios internacionales que proporcionan cierta tranquilidad entre los productores e industriales. De todos modos, no le convence la respuesta que las vacas están teniendo en momentos en que existe una buena situación forrajera que ameritaría un par de litros más de leche en su producción diaria. De lo que sí está seguro es de que el semestre que finaliza en algunas semanas fue, en términos generales, óptimo para el sector.
Después de tres años de sequía y un otoño 2024 dominado por intensas lluvias que dejaron prácticamente todo bajo agua, es notorio el grado de satisfacción entre los productores por las condiciones favorables en varias áreas. En términos financieros, “si pudiéramos arrancar el año en cero sería excelente”, señaló Muracciole. Si bien el año es bueno en términos productivos, la caja sigue siendo flaca “porque se están pagando cuentas” que fueron generadas en los años anteriores para que los establecimientos continuaran funcionando. En el mismo sentido reflexionó que se necesitaría más de un semestre “para ponernos al día”. Sin ser una situación dramática porque prácticamente no existen atrasos, el 45% de las matrículas de Conaprole se encuentran en rojo o percibiendo muy poco dinero de su remisión. De todos modos, el productor consideró que el endeudamiento preocupa y “es un dato que impacta”. Para la lechería “los créditos son una necesidad” y recordó el reciente episodio donde una tormenta de piedras destrozó varios establecimientos en el departamento de Canelones.
Consultado sobre la situación forrajera para este año, cree que, de no existir contratiempos, la alimentación de los animales está asegurada. Contrario a lo que sucedía hace algunos años cuando se planificaba reservas para el invierno y más adelante para todo un año, actualmente los establecimientos proyectan asegurar la comida por un año y medio o dos. Ahora hay forrajes en abundancia y de calidad, sobre todo los maíces que experimentaron buenos rendimientos. Lo que deja una ecuación de granos relativamente baratos, algo “que para la lechería es muy bueno”. Mirando hacia el futuro, casi el 90% del área destinada a cultivos de invierno está implantada en esa zona del país.
La Agremiación de Tamberos de Canelones tiene alrededor de 50 socios lecheros y otra cifra similar de productores ganaderos y hortofrutícolas. En su mayoría de trata de pequeños productores arrendatarios cuya característica es de campos fraccionado con predios en diferentes lugares. Hay veces que para pastorear las vacas deben recorres algunos kilómetros. En el último tiempo han dejado la lechería entre 4 y 5 productores, lo que genera “sentimientos encontrados” entre los integrantes de la gremial. “Eso nos pega mal”, enfatizó su presidente, quien apuesta a que “los tambos sean más, no menos”.
Como segundo piso de producción, los tamberos de la gremial tienen dos campos de recría y para la generación de forrajes. Uno en San Jorge, departamento de Durazno, y otro en Paso Belastiqui, en Canelones. En los próximos meses entregarán 300 vaquillonas que estarán pariendo en primavera.