El presidente del Inale dijo que él mismo compartió ese sentimiento, porque es como que la lechería no importara.
En 2024 las exportaciones lácteas superaron los US$ 800 millones, ocupando el cuarto lugar después de la carne, la celulosa y la soja. Este año ya se llevan exportados US$ 880 millones faltando los datos de diciembre, lo que hace que sea un producto clave para la economía y las finanzas del país, además de tratarse de un sector pujante que ofrece un elemento clave en la dieta de la población, contribuyendo a la soberanía alimentaria. También socialmente cumple un rol clave, instaurando y reafirmando el asentamiento poblacional en un medio rural cada vez más vacío.
Para Uruguay, la producción de leche es un ganar-ganar permanente, a pesar de las dificultades y los desafíos que presenta el sector por los altibajos de un mercado internacional difícil y competitivo, por un clima cada vez más exigente y por problemas estructurales internos que desde hace años los productores y la institucionalidad de la leche se han esforzado en ir modificando, logrando avances, aunque no siempre notorios.
El resultado es que la lechería genera puestos de trabajo, instala a las familias y a los trabajadores en el campo, genera actividad económica y social, y representa uno de los principales rubros de exportación que, como ocurre con cada cosa que Uruguay produce, está marcado por la calidad y la eficiencia. Sin embargo y a pesar de todo eso, el Presupuesto Nacional no valoró debidamente al Instituto Nacional de la Leche (Inale) al asignarle un presupuesto insuficiente con el que apenas podrá llegar a mitad de año, lo que causó desánimo en todos los actores del rubro.
El Inale es un organismo técnico y de articulación que impulsa el desarrollo sostenible y competitivo de toda la cadena láctea uruguaya, con cometidos estratégicos como el de brindar asesoramiento al gobierno sobre las políticas lecheras con fundamento técnico en base a análisis y propuestas para el desarrollo del sector; promover el relacionamiento entre los actores de la cadena láctea y coordinar acciones interinstitucionales.
También realiza acciones de fortalecimiento de la producción, con foco en la producción familiar como en pequeñas y medianas empresas, el acceso a la tierra y medios de producción, junto con el desarrollo industrial, mejora de la competitividad y promoción de las exportaciones.
El presidente del Inale, Dr. Ricardo de Izaguirre, dijo a La Mañana que en 2007, cuando se fundó el Instituto, el presupuesto era el tres por mil de las exportaciones lácteas valor FOB, “en ese momento los parlamentarios vieron que ese destino ya lo tenía el LATU como tasa para las exportaciones no tradicionales, y la leche lo era en ese momento. Por tanto, ese mismo dinero se concedió desde Rentas Generales, quedando pesificado desde aquel año y en la actualidad ese valor cayó a un tercio de lo que es el presupuesto real”.
Sin embargo, “el Inale se fue manteniendo con reservas generadas con aquel valor inicial, pero el año pasado las reservas se acabaron y ahora hay que llegar al presupuesto real”. Lo que otorgó el Ministerio de Economía fueron 35 millones de pesos, sin tener en cuanta que se estuvieron haciendo uso de reservas, “quedando descalzado y deficitario de forma importante” porque lo que se requieren US$ 60 millones para cubrir ese presupuesto real, precisó.
Esos 60 millones –aproximadamente US$ 1,5 millón– “son razonables” para el rol que cumple el Inale que posee “un equipo de técnicos con muchísima experiencia, muy bien formados y con contactos internacionales. Nos preocupa y sería un crimen no poder darles a esos técnicos los medios para que aporten según toda su capacidad”.
Señaló que “con el presupuesto que se acaba de firmar se cierra el fondo de fortalecimiento de la actividad lechera”, el cual entre otras cosas genera información de los productores y la producción, que para el Inale “es clave contar con esos datos” porque permite “conectar diferentes variables como forma de producir, remisión, etc., y con eso brindar soluciones o contribuir con medidas para superar situaciones de dificultad causadas por diversas causas”.
Asimismo, una de las lo que más alarma es no poder mantener “la fortaleza técnica” del Inale que es donde se sustentan “las recomendaciones sobre qué acciones tomar” sobre diferentes asuntos. “Después los diversos actores tomarán las decisiones que crean positivas, pero es importante que nosotros hayamos proporcionado el respaldo técnico”.
El llamado de Economía
El presidente de Inale destacó como una señal positiva que recibió un llamado del Ministerio de Economía “para discutir el presupuesto”, quedándose en reunir esta semana para ver “qué posibilidades hay de recibir un refuerzo”.
Ese refuerzo presupuestal “no era lo que queríamos porque significa que todos los años vamos a tener que estar pidiendo, pero nos llamaron para hacer una revisación y poder contar con lo necesario para 2026”, y eso se valora.
La respuesta del Ministerio no se podrá demorar porque Inale debe presentar al Consejo su prepuesto el día 15 de diciembre para su aprobación. “Lo vamos a aprobar con lo que nos asigne Economía, no podemos hacerlo por $ 60 millones si nos otorgan menos, pero pensamos y creemos que la asignación final va a estar muy cercana de las necesidades reales que tiene Inale”.
“Generó mucho disgusto”
De Izaguirre dijo no saber “dónde comenzó la dificultad, porque senadores y diputados dieron su apoyo al Instituto”, y remarcó a las gremiales que “han trabajado muchísimo porque están muy comprometidas con el Inale, al punto de que si logramos mejora el presupuesto el éxito es de ellas que han tomado la lucha como propia”.
De Izaguirre agregó que toda esta situación “generó mucho disgusto en los productores que sintieron que la lechería no era valorada” y agregó: “Confieso que yo también, ese sentimiento fue común en todos los actores, incluida la industria, los queseros artesanales, todos con una sensación de desprotección”.
Ese sabor amargo fue lo que hizo que “los productores hayan llevado adelante el esfuerzo”, pero “también plantearon dudas en continuar: ¿para qué vamos a quedarnos?”.
No valorar la lechería, es no solo dejar de lado lo que genera en trabajo y divisas genuinas por las exportaciones, es “no mirar la riqueza productiva, humana y de familia. Es un sector riquísimo y de una fortaleza que también se da en la formación entre generaciones, con transmisión y aprendizaje, con reuniones permanentes donde se tratan todos los temas: genética, de energía, automatismo, sanidad, reproducción, pasturas y siempre con muchísima inquietud. Es el sector que reinvierte y que exporta”.
Situación de la lechería
En otro orden, el presidente del Inale dijo que este año la producción de leche fue “excelente” llegando a marcar “un récord al superar los 2000 millones de litros, y las perspectivas que tenemos, por cómo se ha preñado el ganado y las reservas hechas en la primavera, son que en 2016 el sector continuará crecimiento a un ritmo del 4% o 5%, que era el que tenía tradicionalmente”, aunque “luego hubo un estancamiento, pero esperemos que resurja”.
También es cierto que los precios internacionales no han tenido una buena evolución, “con la leche en polvo entera -que es nuestro principal producto de exportación- cayendo mil dólares la tonelada en pocos meses”, pasando de US$ 4374 en mayo a US$ 3364 en diciembre, “debido a la alta producción que se está dando a nivel mundial”.
El Inale maneja algunas posibles estrategias para hacer que el impacto en el productor y en la cadena láctea se lo más leve posible. Una posibilidad puede ser “los seguros de margen”. En estos últimos meses el margen del productor fue bueno, “pero si los insumos suben el margen se achica, y estoy hablando de los granos como importante factor en cuanto a la alimentación que representa el 60% de los costos; y si el precio de la leche baja, los márgenes también se achican”. Se están estudiando la posibilidad de implementar seguros de margen, y desde la Asociación Nacional de Productores de Leche se ha planteado un seguro anticíclico, pero son temas que deben ser muy bien analizados.
No aceptar que se pierdan productores
Consultado sobre la caída en el número de productores, De Izaguirre comentó que “hay razones estructurales” que deben ser atendidas, pero no acepta observar que eso pase sin hacer nada: “Que me digan que eso sucede en todo el mundo y que en otras partes disminuye la cantidad de productores, esa no es una buena razón para aceptarlo, porque hay países como Nueva Zelanda donde la disminución es menor, y países como Irlanda que ha sido visitada por técnicos del INIA y del Inale, y esa desaparición no es tal”.
“Es cierto que en Europa están desapareciendo, pero el nuestro es un sistema de producción pastoril y hay que incentivarla, por lo que sabe nuestra gente de producir a pasto y por la competitividad que da la producción a pasto con respecto al mundo”.




















































