De todos los cultivos de invierno, la canola y la carinata van a terminar siendo los de mayor margen para el productor y con espacio para seguir creciendo porque el mercado está, dijo el Ing. Uteda.
La zafra de invierno volvió a mostrar el salto que ha dado la canola y la carinata, con área en crecimiento, muy buenos rendimientos por hectárea y precios muy atractivos. No parece exagerado decir que estamos asistiendo al “boom” de las oleaginosas invernales en el Mercosur, con proyecciones de ampliar la superficie, proceso en el cual Uruguay es protagonista.
Para analizar ambos cultivos en Uruguay, La Mañana entrevistó al Ing. Agr. Agustín Uteda, gerente de operaciones de Nufarm Uruguay, empresa multinacional cuyo principal foco de acción es el mercado de los agroquímicos con una fuerte presencia en el área de semillas, y referente mundial en el tema que nos interesa abordar.
En Uruguay Nufarm “trabajamos con cinco cultivos principales que son canola, carinata, sorgo, maíz y girasol; y de estos los que más empujan son los primeros tres”, expresó. En cuanto a la zona en que se plantan la canola y carinata, dijo que “básicamente están en las áreas puramente agrícolas y en algunos casos agrícolas ganaderas; pero el sorgo y maíz la empresa está más vinculado a la producción lechera y ganadera por los verdeos de verano”. El girasol “ocupa un área muy pequeña, aunque está creciendo, y ojalá continue desarrollándose”, agregó.
En cuanto a canola, Nufarm tiene “una participación muy importante en el mercado, mientras que en carinata somos los únicos que desarrollamos el cultivo”.
Sobre la canola Uteda dijo que prácticamente ya se concretó el cien por ciento de la cosecha, con muy buen éxito en cuanto a los resultados: “Estamos con niveles de rendimiento bastante buenos y por encima del promedio, lo que nos da mucha conformidad”.
Ese promedio rendimiento a nivel país “va a ser similar al año pasado en los 1700 o 1750 kilos”, sin embargo, en el análisis de los resultados obtenidos “por los productores con los que trabaja Nufarm, con tecnología de vanguardia, alto porcentaje de utilización de híbridos, la canola supera ese promedio y llega a los 2000 kilos por hectárea”.
El área dedicada a la canola suma unas 230.000; y el valor de la tonelada ronda los US$ 490 o US$ 495, lo que “es un muy buen precio”, valoró; y “si consideramos los niveles de productividad esperados. a ese precio, resulta un negocio bastante interesante”.
Buenas expectativas para la carinata
En carinata el total de las hectáreas es de 35.000, lo que representa un crecimiento importante en comparación al año pasado que totalizó 7.000 hectáreas. Las perspectivas para el año próximo es seguir creciendo, aspirándose a “duplicar y llegar a las 60.000”, expresó.
Es un cultivo que se cosecha un poco más tarde que la canola, por lo cual no se ha terminado y quedan chacras por trabajar, pero los avances de cosecha vienen siendo muy buenos, con un rendimiento promedio que Uteda estimó “en los 1800 o 1900 kilos por hectárea, pero con gran cantidad de chacras cerradas por encima de 2100-2200 kg, a valores de US$ 550 o US$ 560”.
En este caso, los rendimientos y el precio hacen que “también sea un cultivo bastante atractivo, con buen margen para los productores”.
La explicación del boom
Consultado Uteda sobre qué es lo que hace que a la canola y a la carinata le vaya bien a diferencia a otros que en materia de precios internacionales no resultan atractivos y reducen los márgenes de quienes los trabajan, dijo que nunca hay un solo factor que explique el comportamiento del mercado, y precisó que “en el mundo las oleaginosas están bastante pujantes”.
Según su análisis, “la soja está un poco deprimida porque el mercado no está tan caliente a causa de la demanda china, que ha bajado un poco, y la producción de otros países como Brasil, que es muy grande. Esa combinación de factores lleva a un desbalance entre la oferta y la demanda que se transmite con bajas en los precios”.
Las demás oleaginosas para consumo humano, como la canola o el girasol, “tienen precios que están muy buenos gracias a una fuerte demanda a la que se agregan situaciones internacionales, porque actores históricamente importantes para estos productos como es Ucrania y esa zona están enfrentado otro tipo de problemas que los llevó a bajar la oferta”.
De la carinata dijo que “es una prima hermana de la canola y también se utiliza para elaborar aceite, pero es un aceite destinado a la producción de biocombustibles para la industria aeronáutica. No es un producto comestible y genera una demanda diferente, pero brutal a la vez”.
Esa demanda responde a impulso de la agenda 2030 y la descarbonización hacia 2050 que “obliga a las empresas aeronáuticas a sustituir de manera creciente el uso de combustibles a base de fósiles por biocombustibles sustentables, y la carinata es clave en ese proceso”.
De la carinata se extrae un aceite vegetal que es la materia prima que luego pasa por un proceso industrial de refinado y conversión para transformarse en lo que se denomina SAF (Sustainable Aviation Fuel), que significa combustible sustentable para la aviación.
“Todo eso es lo que hace que los niveles de precios sean elevados”, sintetizó, con un proceso de crecimiento en la región: en Argentina se hicieron 65.000 hectáreas, en Brasil 30.000, en Paraguay 10.000. Se está desarrollando a nivel regional porque no hay muchos lugares en el mundo donde se pueda producir debido a las condiciones agroclimáticas, y que además cumplan con los requerimientos de certificación sustentable que requieren los mercados que compran. La demanda es mucha y los lugares de producción es limitada. Uruguay es uno de esos lugares donde se puede producir”.
Cultivos de verano
“Los maíces de primera se sembraron temprano en el mes de setiembre, luego se plantan los de segunda que van atrás de los cultivos de invierno, en su mayoría en diciembre”, explicó Uteda. Además, para la empresa, fuertemente posicionada en el sector lechero “donde es parte fundamental en las dietas de los ganados, y cuanto más intensivo el tambo, más tracciona tanto en su forma de grano como de silo de planta entera”.
La gran mayoría del sorgo granífero o silero “tiene una participación muy pequeña en área, pero los forrajeros que son los verdeos de verano que se le da de comer a los rodeos de carne y leche se hacen mucho y esos se empiezan a sembrar desde el 20 de octubre para adelante, y aún ahora se siguen sembrando, entendiendo que es comida barata para el verano”, señaló.
Del girasol dijo que es una producción “aún muy chica, se siembra desde setiembre hasta noviembre, las buenas condiciones comerciales están haciendo que el cultivo vuelva a crecer. Uruguay tiene historia girasolera y sería muy saludable para los sistemas agrícolas que vuelva a ser protagonista. Desde Nufarm estamos muy bien posicionados en este cultivo, es uno de los principales cultivos para la compañía a nivel global por lo que ofrecemos al productor buenas alternativas de semilla”.
Respecto a problemas sanitarios, aseguró que “no hay amenazas como ocurrió otros años con la chicharrita en el maíz o el pulgón amarillo en sorgo. Este año no tenemos amenazas nuevas, nada que el sector agrícola y los técnicos no conozcan o manejan ya”.




















































