Con más de 100 años de historia, el régimen de zonas francas es fundamental para captar inversión extranjera y generar empleo. Además, representa más de un tercio de las exportaciones. En entrevista con La Mañana, el presidente de la Cámara de Zonas Francas del Uruguay, Enrique Buero, detalló los desafíos que el sector enfrenta actualmente como problemas de competitividad y altos costos. También se refirió a las oportunidades en nuevos mercados y sectores como ciencias, inteligencia artificial y fintech.
¿Cómo describiría el estado de situación actual del régimen de zonas francas?
El régimen de zonas francas es el principal instrumento de captación de inversión extranjera que tiene nuestro país con una contribución muy significativa en su economía. Es un régimen con más de 100 años, fruto de décadas de una exitosa articulación público-privada y además una política de Estado. Si tomamos los últimos datos oficiales, complementados por Ceres (Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social), el régimen genera 66.000 puestos de trabajo entre empleo directo e indirecto, con un promedio de remuneración que triplica al resto del territorio nacional y una contribución al Producto Bruto Interno (PBI) de 6,6%. Además, por cada dólar exonerado a las empresas que operan en las zonas francas, el país recauda más de siete dólares y con una clara tendencia al alza.
¿Qué lugar ocupan las zonas francas en la matriz exportadora del país?
Ocupan un lugar muy importante. No solo porque contribuyen con más de un tercio de las exportaciones del país, sino por su diversificación y valor agregado. Por ejemplo, el 50% son servicios que a su vez generan el 60% del empleo en el sector. Les sigue la industria con el 35% de las exportaciones y el comercio con el 15%. En industria, la celulosa por momentos supera a la carne y a la soja, pero además hay otros rubros no tradicionales como productos farmacéuticos y concentrados de bebidas que siguen creciendo. En cuanto a mercados, el principal destino es Estados Unidos, seguido por Singapur, México y Suiza.
¿Cuáles son los sectores más dinámicos en la generación de empleo?
El sector servicios se destaca y ello se ve claramente en zonas francas que tienen una importante presencia de empresas de servicios como Zonamerica, Aguada Park y World Trade Center. Dicho eso, una encuesta realizada en 2023 mostró que el sector en general tiene expectativas de crecer en empleo, lo cual, por supuesto, está condicionado por desafíos como la disponibilidad de talento y la competitividad.
¿Qué otros desafíos, aparte de estos que menciona, enfrentan hoy las empresas instaladas en zonas francas uruguayas?
El desafío que tiene el régimen es que las empresas instaladas bajo el mismo sean competitivas y de esa forma poder retener y captar nuevas inversiones. La competencia por las inversiones es cada vez mayor, con más de 500 zonas francas solo en Latinoamérica. Además, nuestras zonas francas buscan captar empresas cuyo interés principal está en otros mercados como Brasil y Argentina, por lo tanto, necesariamente tenemos que ser competitivos. Nuestro país tiene activos muy importantes que debemos cuidar como su seguridad jurídica y la estabilidad económica, política y social, que junto con los beneficios son pilares fundamentales de nuestro régimen. No obstante, esto es condición necesaria pero no suficiente y Uruguay tiene una agenda de temas urgentes que afectan su competitividad.
¿Por ejemplo?
En esa agenda está la desburocratización, simplificación y digitalización de los trámites, una actualización regulatoria urgente, costos de la cadena logística, costos de producción, disponibilidad de recursos humanos y otros tantos. Para retener y captar ciertas empresas está también el desafío del Impuesto Mínimo Global, mediante el cual los países desarrollados, a través de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), ahora buscan limitar las exoneraciones e incentivos ofrecidos a estas empresas para que se instalen en países como el nuestro, sin importar si lo que generan, por ejemplo, en materia de inversión y empleo, justifica otorgar esas exoneraciones y se aplican los controles pertinentes, aspectos que nuestro régimen de zonas francas cumple y que le valieron el visto bueno de la propia OCDE en 2019.
¿Considera necesario abrir el abanico de destinos de exportación? ¿Existen oportunidades en ese sentido?
Sin lugar a duda. Las zonas francas tienen entre sus objetivos principales incrementar las exportaciones de Uruguay y eso requiere llegar a nuevos mercados y potenciar los existentes. A nivel del Mercosur, la Decisión 8/94 implicó que todos los bienes producidos en una zona franca o que transitaran por una, quedaran fuera del origen Mercosur. Esto es una traba importante que ha sido en parte mitigada por la Decisión 33/15 y acuerdos bilaterales con Brasil. Esta exclusión afortunadamente no existe en otros acuerdos comerciales, como el que tiene Uruguay con México, pero sí en casos como Ecuador y Perú, situaciones en las cuales están trabajando las autoridades. Para la exportación de servicios sería un logro muy importante poder reducir las retenciones que aplican países como Brasil. Tendremos que estar atentos también a lo que pueda surgir del acuerdo Mercosur-Unión Europea.
¿Qué expectativas tiene con la nueva zona franca de servicios en Punta del Este?
Las expectativas son muy buenas, tanto por las credenciales del desarrollador como por las condiciones que presenta Punta del Este para un proyecto así. Las mismas expectativas tengo con respecto a la que se está construyendo en Colonia del Sacramento. Ambas son de servicios y por tanto el potencial en generación de empleo es muy interesante.
¿Cuál es el rol de la cámara en el contexto actual y en qué objetivos se está trabajando?
El rol de la cámara es promover y fortalecer el régimen de zonas francas de Uruguay. Ello requiere trabajar permanentemente junto con las autoridades en los desafíos que tenemos y contribuir desde nuestro lugar a potenciar la llegada de inversiones que generan el derrame en la economía que mencionaba antes. Estamos muy orgullosos del camino recorrido y convencidos del potencial que tiene el sector, pero debemos ser claros en que el país requiere cambios urgentes, que muchos son de resolución interna y que le quitan cada vez más competitividad. Nuestro rol, además, es velar por un manejo prudente de temas que impactan directamente en el clima de negocios y la captación de inversiones, como es el caso al que hacía referencia del Impuesto Mínimo Global, tanto por los vaivenes internacionales como por lo que los inversores esperan de Uruguay, en particular en cuanto a su seguridad jurídica y el respeto por los derechos adquiridos.
¿Qué perspectivas tiene a futuro para el sector?
Con motivo de los cien años del régimen, llevamos adelante la encuesta que mencionaba junto con Ceres. Allí, los desarrolladores y usuarios identificaron sectores con mayor potencial de crecimiento como ciencias de la vida, biotecnología, inteligencia artificial, fintech, tecnología en general, centros regionales de servicios y el e-commerce transfronterizo. En la misma encuesta también identificaron los principales desafíos como competitividad, costos, disponibilidad de recursos humanos, regulaciones, costo de la cadena logística y el Impuesto Mínimo Global. Estamos convencidos de que el sector tiene mucho potencial, hay que aprovechar las oportunidades y trabajar en los desafíos para que las zonas francas sigan siendo un motor fundamental para el crecimiento de Uruguay.