Mario de Garrou analizó la coyuntura arrocera y aseguró que el productor ha hecho lo que corresponde productivamente, pero que el Estado, no un gobierno en particular, no ha sido un buen socio.
El viernes 28 de noviembre se realizó en Treinta y Tres la Asamblea Anual Ordinaria de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), en la que se analizó la situación del sector y se elaboró un documento en el cual se encomienda a la Comisión Directiva tomar medidas ante las dificultades que atraviesa.
Mario de Garrou, productor arrocero de experiencia y conocedor de situaciones críticas, dijo a La Mañana que productivamente “la situación del arroz es buena, con el 80% sembrado en octubre, que es el mejor mes, lo que asegura que la mayoría del cultivo va a agarrar la floración en enero, que es cuando hay mayor radiación solar, y como se planta con el agua que se sabe que se posee, se podría esperar una buena zafra”.
Aclaró que ya completó la intención de siembra sobre el área que tiene agua, pero ese es un total 9000 hectáreas menor a lo que el productor hubiera querido sembrar, y que no puedo por falta de agua.
El arroz es un cultivo estable en su producción, y a pesar de que falta mucho para llegar a los números finales, De Garrou consideró que deberíamos estar entre los años productivamente buenos.
La zafra pasada el rendimiento fue de 9400 kilos de promedio. En la actual, el piso debería ser de unos 9000 kilos, pero si hay mejores condiciones y la cosecha no presenta mayores dificultades, pudiéndose cosechar todo el grano, se puede esperar superar los 9500 kilos. Sin embargo, esas son estimaciones cuando tenemos “mucho partido por jugar de aquí para adelante”.
El desafío económico
Cumplida la siembra en tiempo y forma, el desafío actual está en lo económico, subrayó De Garrou, y eso se debe a circunstancias internacionales ajenas a Uruguay. En el mundo “se produce mucho arroz, pero se comercializa muy poco. Salvo Uruguay, Paraguay y parte de lo que produce Argentina, muchos países grandes productores también son grandes consumidores con el arroz como base alimentaria, por ejemplo, India, Vietnam, Laos, Tailandia, Brasil, China”. Según sea la producción de estos países pueden salir a exportar o no, y esa decisión mueve el mercado. Si se cierran a las exportaciones, el mercado entiende que falta producto, generándose mayor demanda y haciendo subir el precio. Fue lo que sucedió en la zafra 22-23, cuando las restricciones de India causaron una importante volatilidad.
“Pero en la zafra siguiente [23-24] esos países vieron que tenían un saldo exportable y retomaron las ventas con ofertas de volúmenes importantes. Es entonces cuando se sienten las consecuencias que estamos padeciendo hoy: mucho arroz para poco comprador”, explicó De Garrau.
Consultado si no es posible detectar o prever esos movimientos en el precio, contestó que es difícil cuando el mercado es manejado de esa forma, con los máximos productores decidiendo sobre sus saldos exportables sin ellos mismos saber cuánto grano tienen. “Lo que hacen es evaluar su stock interno, estiman que poseen una cantidad x de arroz, pero siempre con variabilidades internas”, y así “deciden vender o dejar de hacerlo ante cualquier duda, pero siempre moviendo el mercado y los precios en un sentido u otro”, y cuando la oferta crece “los precios se derrumban, que es lo que está pasando ahora, pero nunca sabemos cuánto tiempo durará” esa fase de caída.
Otra pregunta recurrente que se le hace al productor es si no ahorra en los años buenos para estar preparado en los años malos, a lo que el productor contestó: “Sí ahorramos, de lo contrario no hubiéramos podido soportar algunas de las crisis por la que pasamos, además de que no hubo una sola crisis que haya sido bancada por el gobierno de turno, siempre conseguimos alguna herramienta financiera, pero siempre la hemos pagado nosotros”.
La asamblea
En la Asamblea Ordinaria de ACA se aprobó un documento de varios puntos. En el primero se advierte que el “desempeño productivo es excepcional”, pero se está en una “coyuntura compleja” de “duración incierta”, caracterizada por “precios deprimidos y costos elevados”, siendo “prioritario asegurar la continuidad productiva”.
Al respecto, De Garou dijo que hay incertidumbre frente al tiempo que puede extenderse la situación de precios bajos y hasta qué punto pueden seguir cayendo. “Lo que sí sabemos es que el precio no tendrá el nivel que necesitamos para cubrir los costos, y que cuando se entra en una crisis, nunca se sabe cuándo termina”.
Los productores encomendaron a la directiva identificar y desarrollar herramientas financieras, y manifestar tanto al gobierno como al sistema político que es impostergable adoptar medidas concretas para enfrentar los problemas de competitividad, que no son solo por el tipo de cambio, también por temas estructurales, costos energéticos de logista y funcionamiento del Estado.
Sobre esos puntos, el productor dijo que no se quieren soluciones clásicas, como el Fondo Arrocero, y que se necesitan “herramientas nuevas, sabiendo que cuando la situación cambie el sector tendrá capacidad de pago, porque siempre la ha tenido. Los bancos asisten al 35% de los productores, y la industria al 65%”. La directiva de ACA “fue encomendada a trabajar en la búsqueda de herramientas financieras y se tendrá que poner a trabajar para ver por qué lado y de qué forma lo plantea”, comentó De Garrou.
El valor del dólar es otro factor, pero si el gobierno “no quiere o no puede darnos un tipo de cambio competitivo, no hay problema si se corrigen otras cosas. Normalmente Uruguay no hace lo que debe respecto al déficit fiscal, que es la madre del problema”, y a partir del cual el país “nos queda caro porque el combustible cuesta más de lo que debería, porque las rutas no están de acuerdo con el tipo que deberíamos tener para que sea más rentable trasladar el grano de un lugar a otro. Somos caros en los procesos”, definió. A eso se agrega “el poder de los sindicatos”, que termina incidiendo con decisiones que el mundo ya superó.
Todo eso “genera un sistema rígido que se traslada a los productores. Si el arroz vale, esa rigidez y sobrecostos se pueden pagar, pero cuando no vale sentimos todo el peso de la ineficiencia del Estado”.
Dicho de otra forma: “Podríamos pagar el tipo de cambio a $ 38 si tuviéramos una energía acorde a lo que debería de valer y no inflada porque tenemos más empleados y costos de lo que deberíamos”.
Contrariamente a lo que se dice, los arroceros “no somos pedigüeños, somos los más competitivos en el mundo porque hacemos nuestra parte, bueno sería que el Estado haga sus deberes también”, subrayó.
Otro de los puntos surgidos en la asamblea de productores es la reducción de “costos industriales”, sobre lo que De Garrou dijo que no está en el área industrial, pero “siempre hay donde rascar”.
Finalmente, respecto a la realización de la represa Palo a Pique comentó que para las necesidades del país siempre ve con buenos ojos realizar represas por lo que significa para todo tipo de producción.
“Con cada crisis hay productores que se pierden y esta vez podría suceder nuevamente”, asimismo “el ánimo de los productores es positivo porque cada uno está centrado en los trabajos en su chacra y tratando de lograr los mayores rendimientos posibles, que es su mejor estrategia”. Uruguay ha crecido en producción sin aumentar el área y eso es a base de eficiencia: “En el año 2000 el promedio eran unos 7500 kilos, hoy estamos en 9000 kilos. Nosotros hicimos nuestra parte”, insistió.
Productores paraguayos piden mejor infraestructura
La crisis en los precios del arroz también afecta a los países competidores de Uruguay, como es el caso de Paraguay, donde los productores han planteado reclamos en el corto y largo plazo como forma de abaratar costos y mejorar las condiciones más allá de lo productivo.
En infraestructura y logística, plantean acelerar las obras viales que definen como estratégicas, es el caso del Corredor Metropolitano del Este. Desde el Ministerio de Obras Públicas paraguayo se dijo a La Mañana que las obras continúan en un tramo clave que, una vez concluido, se sumará totalmente al Puente de la Integración, que une Presidente Franco (Paraguay) con Foz de Yguazú (Brasil), dango un paso clave en la “mejor conectividad y la logística regional”.
También reclaman la inauguración de ese segundo puente (De la Integración) con Brasil ya que el existente (De la Amistad) fue superado en su capacidad operativa. El puente nuevo fue construido hace tres años, pero el retraso en las obras complementarias y la falta de un acuerdo entre ambos países han hecho imposible su habilitación, demorando los beneficios que generaría.
De igual forma el sector productivo plantea que las rutas no adecuadas para el traslado de granos encarecen los flete y resta competitividad, en un país que no tiene salida directa a puertos oceánicos. Mejores rutas significan US$ 5 menos por tonelada, que anualmente representa un ahorro de US$ 15 millones.
Desde la Federación Paraguaya de Productores de Arroz (Feparroz) se destaca al país por sus “ventajas competitivas en menores costos de producción en un rango del 50% inferir a los vecinos y competidores directos.
En la zafra anterior, la superficie sembrada fue de 210.000 hectáreas, con una producción de 6,75 toneladas promedio; la producción total fue de 1.417.500 toneladas, cifra récord para el país. Paraguay exporta más del 80% del arroz que produce.

Siembra de arroz se encuentra próxima a su finalización en todo el país
Según el último relevamiento de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA) dado a conocer en el día de ayer, falta solo sembrar el 1% de área de intención de siembra en la zona Norte del país. En las zonas Centro y Sur ya se encuentra toda el área implantada.
La siembra del cultivo de arroz de la zafra 2025–2026 se encuentra en su etapa final al 2 de diciembre de 2025 según informó la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA) en su relevamiento semanal.
La intención de siembra alcanza las 169.129 hectáreas y el avance nacional asciende al 99%. Las zonas Centro (Rivera, Tacuarembó y parte centro oeste de Cerro Largo) y Este (Treinta y Tres, Rocha, Lavalleja y parte este de Cerro Largo) ya se encuentran completamente implantadas, mientras que la zona Norte (Artigas y Salto) registra un avance del 99%, manteniendo aún una pequeña proporción de área pendiente debido a la humedad del suelo, ocasionada por las precipitaciones recientes.
El avance nacional continúa siendo superior al observado en la zafra 2024/2025. En relación con la situación hídrica, a pesar de las lluvias recientes, los volúmenes acumulados siguen siendo insuficientes para recomponer adecuadamente las reservas de agua, que continúan siendo uno de los principales factores condicionantes para el desarrollo del cultivo.




















































