Hay dos temas que me desvelan en relación con Conexión Ganadera. El hecho de que Daniela Cabral esté con prisión domiciliaria en un apartamento de lujo en Punta del Este, sin haber colaborado con Fiscalía y sin haber entregado un solo bien. El otro es la sucesión de Gustavo Basso y específicamente los movimientos del Escritorio Basso y su concurso. Esta columna se va a referir al primer tema. Del segundo va a haber novedades pronto. El título de la columna me lo dio un querido amigo, futbolero, que me ha ayudado a pensar estos temas de Conexión Ganadera, República Ganadera, Porfolio Capital y Grupo Larrarte.
Daniela Cabral utiliza como su defensa frente a la estafa de Conexión Ganadera el argumento de que no participaba de la operativa de esta. Declaró en Fiscalía: “Yo solo servía café. […] Firmaba lo que me decía mi marido sin mirar”. Cabral también se opone a que los bienes de la sucesión de Gustavo Basso y en el concurso de Gustavo Basso Negocios Rurales se presenten los créditos de los damnificados por Conexión Ganadera. Ella y sus abogados incluso se reservan “la acción por los daños y perjuicios ocasionados” por querer introducir en el concurso los bienes y empresas familiares.
En un escrito presentado por los abogados Pablo Donnangelo y Eduardo Sasson, Daniela Cabral declaraba: “No está demostrado que el poder de dirección económica [del Escritorio Basso] estuviera en los matrimonios de Basso y Carrasco, como no está demostrado que todas las sociedades que incluyen en su solicitud de concurso integren el llamado ‘conjunto económico Conexión Ganadera’”. Recordemos que el Escritorio Basso Negocios Rurales es una sociedad de hecho entre Daniela Cabral y su esposo Gustavo Basso, por lo cual Cabral era socia en un 50% de dicha empresa.
Agustina y Candelaria Basso han respondido: “En el momento oportuno, mis abogados se comunicarán contigo si lo entienden pertinente”. De la familia Basso solo se ha comunicado conmigo Alfredo Rava, yerno de Gustavo Basso y su mano derecha en el escritorio. Rava mantiene el mismo discurso: que no estaban enterados de los movimientos de Basso y que no estafaron a nadie.
El 24 de octubre pasado me comuniqué por última vez con Ana Iewdiukow. Ella y su esposo mantienen la teoría de que fueron estafados por Gustavo Basso y que siempre creyeron que la empresa era rentable, que solo retiraron parte de las utilidades que les correspondían. Se acaba de demostrar por parte del fiscal Enrique Rodríguez que esto no es cierto. Iewdiukow está con prisión efectiva, al igual que su esposo, por estafa y lavado de activos. Su defensa pidió que se consultara al banco para saber si efectivamente la esposa de Pablo Carrasco abrió una cuenta online en una institución del grupo Santander estando con prisión domiciliaria.
El delito de lavado de activos por el cual Pablo Carrasco y Ana Iewdiukow están con prisión efectiva y no domiciliaria, como Daniela Cabral, es por haber utilizado dinero que era para comprar ganado de damnificados con otros fines.
Supongamos que Daniela Cabral, no solo sirviera café en la oficina de Conexión Ganadera Florida, que se encuentra en el mismo local que el Escritorio Gustavo Basso Negocios Rurales, sino que también firmara contratos, que recibiera en una cuenta personal fondos para comprar ganado y estos fondos no fueran para ese fin. ¿Esto no implicaría el delito de lavado de activos?




















































