La Intendencia de Montevideo avanza con un plan que elimina los contenedores de la calle y vuelve a la recolección puerta a puerta. Mientras las autoridades prometen una “transformación” que reducirá a la mitad los residuos, el fantasma del presupuesto, la desconfianza ciudadana y los desafíos operativos plantean una pregunta crucial: ¿está Montevideo preparada para este cambio radical?
Durante décadas, Montevideo ha cargado con el lastre de un severo problema de gestión de residuos que no ha hecho más que agravarse. Los contenedores desbordados se han convertido en una imagen habitual del paisaje urbano, y son una muestra de un sistema al borde del colapso. Frente a esta realidad, la Intendencia de Montevideo (IM), bajo la administración del intendente Mario Bergara, ha anunciado la implementación de un plan audaz: la eliminación paulatina de los contenedores públicos de basura y el retorno a un sistema de recolección puerta a puerta con contenedores intradomiciliarios. Este artículo analiza los fundamentos, potenciales beneficios y riesgos de esta propuesta, contrastándola con experiencias y contextos que permitan una evaluación integral.
El plan: un cambio de paradigma en la gestión de residuos
El director de Desarrollo Ambiental de la IMM, Leonardo Herou, ha sido enfático en señalar que la medida busca atacar problemas centrales del sistema actual. Según sus declaraciones, los contenedores públicos generan “desbordes” y son víctimas de vaciado por parte de hurgadores, lo que deriva en un servicio de limpieza adicional cuyo costo es considerable. La solución, que Herou implementó previamente en Canelones, se basa en los siguientes pilares:
- Retiro de contenedores públicos: se planea la eliminación gradual de 225 contenedores de la vía pública en una primera etapa.
- Recolección puerta a puerta: se volverá a un sistema donde la recolección se realiza en cada domicilio.
- Clasificación en origen: se entregarán contenedores fraccionados en los hogares para separar residuos mezclados de materiales reciclables, con la opción de solicitar composteras.
- Implementación por fases: La transición comenzará en una parte del casco histórico del Cerro y en los barrios Capurro y Bella Vista, alcanzando a 3071 hogares. Otros 8451 hogares en complejos habitacionales contarán con contenedores intraprediales.
Aspectos positivos: la promesa de una ciudad más limpia y sustentable
Si la estrategia de la IM logra su cometido, Montevideo podría presenciar una transformación profunda en su relación con la basura. La desaparición de los voluminosos contenedores de la vía pública promete borrar esa imagen, ya crónica, de montañas de bolsas desparramadas en su base. Al eliminar estos puntos fijos de acumulación, la ciudad se libraría de los principales focos de suciedad que hoy definen el paisaje urbano.
Este cambio de escenario abre la puerta a una verdadera revolución en los hogares. La visión del director Herou es ambiciosa: llevar la clasificación directamente a las casas. Su afirmación de que “si clasificamos para reciclaje y compostaje, podemos bajar a la mitad los residuos que generamos en casa” plantea un futuro donde los desechos dejan de ser un problema para convertirse en recurso. Esta aspiración se materializa en iniciativas concretas, como un plan paralelo con presupuesto de 5 millones de dólares que busca recuperar el 20% de los envases, cubrir al 60% de la población y, crucialmente, generar 128 nuevos empleos para quienes hoy trabajan en la informalidad.
Es aquí donde la propuesta trasciende lo ambiental para convertirse en una herramienta de inclusión social. Los “hurgadores”, actores invisibles del actual sistema, encuentran en este nuevo modelo la oportunidad de integrarse a circuitos formales de recolección. La experiencia del Programa Uruguay Clasifica del Mides sirve como testimonio de que esta sinergia entre política social y ambiental no solo es deseable, sino posible. El círculo se cierra con la promesa de eficiencia: aunque la transición exige inversión inicial, la IM confía en que eliminar el costoso y perpetuo servicio de limpieza alrededor de los contenedores hará que el sistema respire mejor por el bolsillo municipal en el futuro.
Aspectos negativos y riesgos potenciales: los desafíos en el camino
Sin embargo, detrás del optimismo oficial, el plan se enfrenta a obstáculos que podrían determinar su fracaso. El mayor desafío tal vez no sea técnico, sino cultural: convencer a los montevideanos de abandonar la costumbre arraigada de depositar su basura en contenedores comunitarios a cualquier hora. La transición hacia un sistema que exige horarios específicos y espacio dentro del hogar para clasificar y almacenar residuos podría encontrar una resistencia natural en los primeros y cruciales meses de implementación.
Esta transformación choca, además, con una realidad económica ineludible. El propio Herou ha reconocido que el avance del sistema depende de la “discusión presupuestal en la Junta Departamental”. La sombra de un recorte financiero planea sobre la estrategia, que requiere una inversión sostenida en flota, personal y educación. De no materializarse los fondos, Montevideo podría revivir el escenario de abandono que siguió a la remoción de las papeleras del centro, un precedente que genera escepticismo.
La desconfianza ciudadana se alimenta, además, de las fallas operativas actuales. Las denuncias del edil Agustín Sánchez sobre sectores donde la recolección lleva seis días de retraso pintan un panorama desalentador. Si este nuevo sistema puerta a puerta repitiera estos errores de logística, el resultado sería catastrófico: la basura, en lugar de acumularse junto a los contenedores, se amontonaría dentro de los hogares y en las veredas, generando una crisis de salubridad aún más grave.
Finalmente, la diversidad urbana de Montevideo plantea otra dificultad. La solución que funciona en una casa con patio en Bella Vista –con espacio para varios contenedores y una compostera– se vuelve impracticable en un pequeño apartamento del Centro. La propuesta de contenedores intraprediales para complejos habitacionales, aunque teóricamente sólida, dependerá de una coordinación eficaz con las administraciones de estos edificios, añadiendo una capa más de complejidad a un plan que no admite margen para el error.
Entre la oportunidad histórica y el riesgo de la improvisación
El nuevo plan de residuos de Montevideo representa, sin duda, una oportunidadpara modernizar un sistema arcaico y dar un salto hacia una gestión más sustentable e inclusiva. Su potencial para reducir la basura dispersa, fomentar el reciclaje y formalizar el trabajo de los clasificadores es enorme y está en línea con las mejores prácticas internacionales apoyadas por organismos como el UN Environment Programme.
Sin embargo, el camino está plagado de incertidumbres. El éxito o el fracaso de esta política no dependerá solo de la buena intención o del diseño del plan, sino de tres factores críticos: una asignación presupuestal robusta y transparente que permita una implementación completa y sin recortes; una campaña de comunicación y educación ciudadana masiva y efectiva que logre el compromiso de la población; y una ejecución operativa impecable que recupere la confianza de los ciudadanos en el servicio.
La IM tiene ante sí la tarea de demostrar que puede aprender de los errores del pasado, pues se juega mucho más que la limpieza de sus calles; se juega la credibilidad de su gobierno en la capacidad de resolver uno de los problemas más visibles y sensibles para la calidad de vida de sus habitantes.
Según Programa Hogares Sustentables de la IM el siguiente cuadro detalla los aspectos clave de la implementación inicial:
| Aspecto | Barrio Cerro | Barrios Capurro y Bella Vista |
| Hogares beneficiados | 800 hogares | 2271 hogares |
| Tipo de equipamiento | Contenedor para residuos mezclados + islas públicas para reciclables | Contenedores fraccionados intradomiciliarios para mezclados y reciclables |
| Característica adicional | – | Posibilidad de solicitar composteras |
| Contexto urbanístico | Zona de valor histórico, próxima a la bahía con desafíos de contaminación | Barrios también vinculados a la recuperación de la bahía, con una historia de desconexión del espacio público |




















































