El organismo elogió la modernización de los marcos fiscal y monetario, pero recomendó mantener el rumbo de las reformas para asegurar un crecimiento sostenible e inclusivo.
El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó su Consulta del Artículo IV correspondiente a 2025 con Uruguay, proyectando un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real del 2,5% para este año, impulsado por la demanda interna y las exportaciones. En el informe, los directores ejecutivos destacaron la “resiliencia” de la economía uruguaya frente a shocks externos, respaldada por lo que calificaron como “sólidas políticas macroeconómicas”.
La evaluación del FMI pinta un panorama generalmente positivo para nuestro país. Se espera que la inflación, que cayó a un 4,2% en agosto de 2025, converja en torno a la meta del Banco Central del 4,5%, lo que ya permitió el inicio de un ciclo de relajación gradual de la política monetaria.
Crecimiento sólido y riesgos balanceados
La economía uruguaya viene de un desempeño robusto en 2024, con un crecimiento del PIB del 3,1%, gracias a la recuperación de la producción agrícola tras la sequía y un aumento significativo del turismo. Para 2025, el FMI espera que la recuperación de los salarios reales, la reducción de la incertidumbre interna y los sólidos flujos turísticos sigan apuntalando la actividad económica.
Si bien la economía “sigue siendo sensible a los movimientos de los precios de las materias primas, las condiciones financieras mundiales y los acontecimientos regionales”, el FMI considera que los riesgos macroeconómicos están “balanceados”. El informe señala que los amplios colchones de liquidez, los plazos largos de la deuda y las condiciones de endeudamiento favorables mitigan los riesgos a corto plazo.
Recomendaciones de política: fiscalidad prudente y fortalecimiento institucional
El Directorio Ejecutivo celebró los avances de Uruguay en la modernización de sus marcos de política fiscal y monetaria. No obstante, hizo hincapié en la necesidad de mantener el ritmo de las reformas. En el ámbito fiscal, los directores del FMI recibieron con satisfacción el compromiso del nuevo gobierno con la prudencia y su plan presupuestario de cinco años para sanear las cuentas públicas. No obstante, hicieron hincapié en que el verdadero reto reside en aplicar la regla fiscal con determinación, un aspecto crucial en un año donde se prevé que el déficit repunte debido a la inercia del gasto. Por ello, abogaron de manera insistente por una consolidación fiscal sostenida, con el objetivo claro de encauzar la relación deuda-PIB hacia una senda descendente.
Por otro lado, en materia monetaria, el Directorio coincidió en que mantener una política restrictiva ha sido el camino correcto, e instaron a no abandonarla prematuramente hasta que la inflación se afiance de forma irreversible en el 4.5%. Valoraron positivamente los avances del Banco Central en comunicación y, de forma particularmente significativa, alentaron a blindar su independencia legal para cimentar aún más su credibilidad. Asimismo, respaldaron los continuos esfuerzos del país para reducir la dolarización de su economía.
Finalmente, el informe describe al sistema bancario local como un pilar de solidez, bien capitalizado y con rentabilidad. Sin embargo, llamó a no bajar la guardia, impulsando el fortalecimiento de la supervisión y la regulación, y a profundizar en un objetivo de largo aliento: el desarrollo de mercados de capital en moneda local, lo que otorgaría mayor autonomía a la política económica.
Agenda de reformas estructurales para el futuro
El FMI urgió a Uruguay a impulsar reformas estructurales para “revitalizar el crecimiento y estimular la productividad”. Las recomendaciones clave incluyen:
- Mejorar la educación y el capital humano, aprovechando la preparación del país para la inteligencia artificial.
- Aumentar la competitividad mediante la simplificación de trámites burocráticos, la facilitación del comercio y la eliminación de cuellos de botella regulatorios.
- Favorecer la integración laboral, tanto de la población local como de los migrantes.
- Continuar los esfuerzos para mejorar la resiliencia climática.
Los directores también acogieron con beneplácito la propuesta del gobierno para las negociaciones salariales, que busca impulsar los ingresos de los trabajadores de bajos salarios al tiempo que contribuye a eliminar la indexación de la economía.
En síntesis, el FMI proyecta un camino de crecimiento moderado pero estable para Uruguay, reconociendo los avances en estabilidad macroeconómica. El mensaje central es de apoyo a las políticas actuales, combinado con un llamado a profundizar las reformas institucionales y estructurales para asegurar la sostenibilidad y la inclusividad del crecimiento en el mediano plazo.




















































