Las dificultades que presentaron los sembrados tarde pueden ser corregidas y cerrar la zafra de muy buena manera.
Los cultivos de invierno que se sembraron en fecha están evolucionando bien y cabría esperar buenos resultados de ellos, dijo el Ing. Agr. Alejandro Álvarez, técnico de la Unión Rural de Flores, siendo el centro sur del país su principal zona de influencia, particularmente los departamentos de Flores y San José. Agregó que los sembrados tarde se muestran más problemáticos, pero si reciben sol y frío acorde a la época del año, su potencial debería mejorar.
Entrevistado por La Mañana, Álvarez comentó cómo ha sido la evolución de los cultivos que entran en la recta final, al tiempo de que comienzan a hacerse las planificaciones para los de verano. Sobre cómo ha sido el fin del invierno y el inicio de la primavera que apenas tiene unas horas de instalada, dijo que “se registraron lluvias bastante buenas”, que “no han sido dañinas y sus volúmenes considerables”, con un “efecto positivo”.
Dividió los cultivos de invierno en dos grupos muy bien diferenciados, uno el de “los sembrados en fecha, y el otro es de los cultivos sembrados tarde”.
Respecto al primer grupo, señaló que “la canola sembrada a fines de abril o en la primera quincena de mayo está muy bien pasando la floración y con muy buen cuajado de grano”. Lo mismo para los trigos “sembrados en mayo, y la cebada sembrada en la segunda quincena de mayo o la primera de junio”, también presentan buen estado, “llegando a hoja bandera”.
Explicó que la hoja bandera es aquella que “más se debe cuidar, por ser la que tiene más incidencia en el llenado del grano”. Esa importancia es mayor en el trigo que en cebada, porque esta última “tiene una hoja bandera muy chiquita, y entonces también aporta al llenado de grano la hoja bandera menos uno, que es la que está inmediatamente abajo”. Pero “el trigo es muy dependiente del estado sanitario de la hoja bandera. Por eso es clave cuidarla mucho y ver que se mantenga bien verde, sin ninguna mancha foliar que pueda hacer decaer el rendimiento. Es la que tiene más incidencia en el llenado de grano”.
Sanitariamente y en general, “los cultivos están sanos, no presentan problema”, aunque se dieron “casos puntuales de cebadas con mancha en red o ramularia”. A excepción de esos casos, “las plantaciones están sanas y bien nutridas”. También se pudo entrar bien a las chacras “con las aplicaciones de nitrógeno y urea”, a lo que se suma el complemento de “las lluvias que han sido moderadas”.
El trigo tampoco ha tenido dificultades de gravedad, pero la semana pasada hubo algunos casos de susceptibilidad a la roya estriada o amarilla, indicó.
Respecto al segundo grupo, el de los cultivos sembrados tarde, estos “están más comprometidos” porque “después de ingresar a junio hubo complicaciones con algunas lluvias” que impidieron realizar los trabajos de siembra.
Esa demora trasladó la siembra y julio que no es la fecha ideal. El resultado es que son cultivos que muestra un “menor volumen, menor aporte y un poco menos de potencial, contrastando con los sembrados en la fecha correcta”.
Otro desafío es el de los costos, en especial el de los fertilizantes que están “a un precio muy alto, y eso incide mucho haciendo que los márgenes sean cada vez menores. Los otros insumos no han tenido grandes cambios”.
Mayor área de colza
Sobre el área, Álvarez dijo que hubo una “mejora para la colza, con un aumento en detrimento de la cebada y el trigo”. Ese incremento se explica “por un tema de mercado debido a una mejora de los números de la colza por encima de los otros dos”.
“La colza también se utiliza como rotación, porque hay circunstancias en que rotar con alguna crucífera, y la colza lo es, permite hacer un mejor control de malezas, como por ejemplo de raigrás. Todas las crucíferas entran muy bien en la rotación”, ya sean colza, carinata y camelina, “para el control de esas malezas complicadas que no se pueden manejar bien en cultivos de gramínea”.
La combinación de esos dos factores “llevó a un incremento del área”, subrayó, y añadió que para las gramíneas “los rendimientos de equilibrio eran más justos”, achicando márgenes o incluso llevando a un “empate”.
En cuanto a vicia, otro cultivo de invierno, Álvarez precisó que se usa como puente verde o cultivo de cobertura en algunas chacras que van a plantar maíz. La cobertura protege el suelo y el puente verde mejora el estado de ese suelo haciendo sus aportes a los cultivos que se vayan a trabajar allí. Por lo tanto, incluir cultivos de cobertura en los sistemas de rotación agrícola o agrícola-pastoriles es positivo para favorecer la sustentabilidad productiva. En los casos en que se plantó vicia ya se están “en plena siembra de maíz de primera”.
La carinata y la carmelina también “tuvieron un incremento de área”, aunque pequeño. “Son dos cultivos cuya aplicación es la elaboración de biocombustibles de aviones, porque a las aerolíneas les exigen que un porcentaje del combustible que usan sea renovable”. Por tanto, en la zona “hubo un aumento, pero son áreas muy menores”.
En relación con el lupino comentó que este año “hubo precio de venta y de exportación que llevaron a que los productores agreguen área; es un cultivo que está creciendo en el país, pero de forma lenta, siendo una muy buena alternativa. Si es ayudado por el precio, tiene potencial para crecer”.
Días despejados y frescos
El desafío climático siempre está en las variables fundamentales para una producción como la agricultura.
Para que las plantaciones continúen su proceso correctamente y sin contratiempo, “es importante tener días con buena heliofanía, bien despejados y fríos sin llegar a las heladas, pero tampoco a manifestaciones de calor que apuren la evolución de los cultivos”.
La cosecha para los cultivos de inverno comienza junto con diciembre, por lo que es muy pronto para estimar promedios de rendimientos. “Los cultivos no han espigado y las gramíneas recién están en hoja bandera, no es el momento de estimaciones de ese tipo, para las cuales habrá que esperar un mes, aproximadamente”.
Menos maíz y más sorgo
Aunque aún falta para los cultivos de verano, al ser preguntado sobre el tema, Álvarez apuntó que pasada la zafra de inverno la mayor parte del área se dedicará a la soja y algo de maíz, con el agregado del maíz de segunda más al sur.
El sorgo se trabaja “cada vez menos” en beneficio del maíz que “ha ido ganando espacio porque tiene una tecnología de mejor control de maleza e insectos”. La chicharrita que fue motivo de preocupación, en la actualidad no muestra una incidencia preocupante. Es un insecto que “ataca más al maíz de segunda pero los monitoreos registran una presencia baja lo que hace pensar que no hay grandes indicios de que pueda llegar a ser un problema”.
Además, las heladas severas del invierno “contribuyeron” a reducir la población de maíz guacho “que es el hospedero donde se cobija el reservorio del insecto. El contralor del maíz guacho es fundamental para cortar con el ciclo de vida de la chicharrita e impedir o reducir su incidencia negativa”.
El bajo precio de sorgo, más la incidencia del pulgón, han conspirado contra el cultivo, llevando a una mayor preferencia por el maíz.
Se espera un buen año
A manera de resumen, Álvarez destacó que “este es un año que arrancó complicado por los problemas al implantar los cultivos con un salto en la fecha óptima” por la imposibilidad de realizar las tareas que se imponen en junio, debiendo ser postergadas a julio.
A partir de ahí “hubo cultivos muy encharcados, con mucho frío y heladas. Les costó despegar, por mucho tiempo estuvieron chiquitos sin que supiéramos qué era lo iba a pasar porque estaban bastante deprimidos en su crecimiento”.
“Luego mejoró bastante el clima, y si bien hubo heladas, no fueron tan severas. El productor pudo entrar a las chacras y realizar las aplicaciones de nitrógeno en tiempo y forma, por lo tanto, los cultivos se acomodaron”.
El resultado de ese proceso es que “hoy, en la zona que recorro, se ven cultivos con potencial, y la diferencia mayor está entre los sembrados en tiempo y forma y los que no”, insistió, siendo el punto de siembra el fator condicionante.
Si las chacras que debieron sembrar tarde sorprenden o no, dependerá de cómo se presente la primavera y si ésta permite que se cumplan los ciclos y el desarrollo de forma normal.
El lunes 22 comenzó la primavera, una estación prometedora, donde el viento no tiene incidencia, aunque puede colaborar en dispersar alguna enfermedad como la roya, pero esa no parece ser una preocupación: “Si tuviéramos un año de roya el viento sería un agente dispersante de las esporas, pero por ahora ese no sería un problema”, concluyó.