El viernes 13 de junio la Dra. Silvia Cuello y yo hicimos una reunión para treinta inversores de Portfolio Ganadero. La idea era ver la situación en ese momento de Reina Vaca SA, Oro Rojo SA y los activos de Alejandro Berrutti. Hablamos del ofrecimiento de Berrutti de un plan a 10 o 12 años, una maniobra que lo sacaría de la Justicia Penal y que, si vamos a los números históricos de la inflación mundial, aunque realmente se llevara a cabo, no devolvería ni la mitad del dinero invertido por los damnificados.
También hablamos de su “exsocio” colombiano, Manuel Cabrales, que se encuentra en su país y atiende su celular diciendo que no tiene plata y nada que ver. Comentamos de la casa en la calle Costa Rica, Carrasco, que Berrutti vendió de apuro y al consultarlo contestó: “Fue para pagar a los primeros acreedores”. La idea era que los “segundos” adhirieran al plan que comentamos antes. La casa donde funciona la empresa es alquilada, Berrutti habló de dos campos muy pequeños, pero se olvidó de algunos activos. De estos hablamos en la reunión.
Algunos comentaron su experiencia con Portfolio Ganadero, si habían ido a las reuniones informativas, qué capital tenían y de sus historias personales.
Al final de la charla se me acercan Alba y Juan Ramón. Me cuentan que su hijo posee un tipo de cáncer muy difícil de tratar y que está internado en el Círculo Católico. “¿Qué tiempo cree que demorará recuperar nuestro capital? El dinero es para el tratamiento en España, acá no hay mucho que hacer, Bruno tiene 27 años y se nos está apagando”.
Bruno fue diagnosticado el 8 de enero de este año. Los primeros días de febrero Alba, volviendo del Círculo Católico, llama a Alejandro Berrutti para preguntarle si podría cobrar el capital que tenía ya que era damnificada de Conexión Ganadera y lo único que le quedaba lo tenía su empresa. La respuesta fue: “Tranquila, la entiendo, al vencimiento se va a poder llevar su dinero, espero que su hijo se cure pronto, a nosotros no nos afectó la corrida de empresas como a Conexión Ganadera”.
Lo cierto es que al vencimiento eso no ocurrió, Bruno sigue internado en una cama de su mutualista a la espera de un traslado. El capital y los intereses no aparecieron. Alba y Juan Ramón se turnan para quedarse por las noches con Bruno, les queda un solo auto, Juan Ramón lo usa de día de UBER y Alba, que es médica, va a trabajar en ómnibus.
Alba volvió a llamar a Alejandro Berrutti y este le echó la culpa a su exsocio colombiano: “Cabrales vio que estaba complicado el país, retiró su parte y se fue, por eso no puedo hacer frente ahora con lo que debe la empresa”. Yo me pregunto, ¿cuándo vio Cabrales que el país estaba complicado? ¿En febrero, cuando Berrutti dijo que estaban bien económicamente? ¿Dónde está la transferencia por la cual su exsocio se llevó “su parte”?
¿A quiénes le pagó Berrutti con la venta de su casa? ¿Por qué los inversores no tienen acciones en la mayoría de los casos, sino fotocopias? ¿Qué valor cree que va a tener la próxima asamblea? ¿Qué información había en los balances enviados al BCU? Espero ansioso la información de la Senaclaft, al tiempo que con la Dra. Cuello pedimos el embargo de Berutti, lo ampliaremos a su familia y pediremos oficios al exterior. Ya hay cosignatarios en todos los departamentos buscando campos, el apartamento de Punta del Este, las cuentas. Muchos papeles por estudiar. Mientras Bruno está en su cama esperando el ahorro de la vida de sus padres para poder hacer un tratamiento en Barcelona.
En la vida se puede emprender y perder. Una idea, capital y las cosas pueden no funcionar. Ahí hay que levantar cabeza, mirar a los ojos a los proveedores y pagar. Eso hace un empresario honesto que se funde. Nadie está libre de esto. Ahora, planificar una estafa con rentas imposibles de pagar con estructuras pensadas para no ir presos, vaciar empresas es otra cosa.
A estos delincuentes los vamos a perseguir hasta que paguen lo que deben, capital, intereses, angustia, enfermedades y depresiones. Vamos hasta el hueso, ahora por Bruno también.