La inteligencia como instrumento de las intuiciones trascendentes.
Estamos insertos hoy en el pensamiento líquido, en inteligencias de formatos fosforescentes que se enfrascan en lo accesorio, presentando sus razonamientos con caracteres de mesianismos definitorios e invariables. Falta filosofía, ir a las razones últimas de la vida y cómo vincular esto con lo concreto de nuestra existencia. Celebramos, entonces, que en la última edición de La Mañana apareciera un reportaje a un brillante pensador, que piensa la historia desde realidades concretas en todos sus factores.
Alver Metalli es, ya hace tiempo, uno de los máximos exponentes de la inteligencia católica en América Latina. Este italiano argentino camina, sufre, sirve, ama América Latina hace ya varias décadas. Para él, el conocimiento no es un medio de prestigio académico, sino un simple instrumento de servicio y entrega a los demás. Porque Metalli es un hombre que vive, ante todo, lo que dice y escribe.
La austeridad de vida es una opción (vive en una zona carenciada de Buenos Aires) y no precisa del reconocimiento y del prestigio intelectual para entregar su tiempo generoso a reivindicar la dignidad de los más carenciados. Su vida de consagrado católico es un testimonio de los que dejan huella en América Latina de aquella sentencia evangélica de que la Verdad no es una idea sino una persona, Jesucristo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, Juan 14, 6.
Metalli es de una fidelidad radical a esta sentencia evangélica. Toda su fecunda inteligencia, en su producción, va en esta dirección.
En el excelente reportaje que se le hace, Metalli habla de su conocimiento del papa Bergoglio y del pensador uruguayo Alberto Methol Ferré. Respecto a este último podemos afirmar con plena convicción que la persona que más conoce hoy la vida y la obra de Methol es Alver Metalli. Lo conoce desde una sentida comunión interior: el profundo amor de ambos por la Iglesia católica y América Latina. Esta sintonía está más allá de todo intelectualismo. Los une una profunda fe en el seguimiento de aquel que dijo que Él era el camino, la verdad y la vida.
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