¿Tu pasión?
Acompañar trayectorias de aprendizaje y ser testigo de ese mágico instante cuando los chicos contactan con el “yo puedo”; diseñar caminos pedagógicos para que cada chico encuentre por dónde entrar a la fascinante aventura del aprender.
¿Tu primer trabajo?
Animadora de cumpleaños infantiles. Viajes apuraditos hacia mi infancia, donde conjugaba la fantasía, la risa y las rondas infantiles, con la picardía de las caritas repletas de merengue.
Un consejo para alguien que está empezando y quiere hacer lo mismo que tú.
Todos los niños pueden aprender, pero no todos lo hacen el mismo día, ni de la misma manera. Diseñar trajes a medida, confiar en cada uno y enamorarse de lo “que son, pueden y tienen”, y no pararse desde lo “que falta o no pueden realizar”. Muchas cosas pueden esperar, el aprendizaje de los niños no.
¿Cómo surge tu inspiración?
De la convicción de que siempre es posible avanzar. Cuando se instala el deseo de “enseñar/aprender” surgen diseños inesperados, de esos que nos mantienen viva la capacidad de asombro. “Amar la trama más que el desenlace” (Drexler).
¿Contra qué defecto luchas?
La autoexigencia.
¿Tu lugar en el mundo?
Ese lugar donde la risa, el disfrute y el sentido del humor se apoderan del tiempo y el espacio.
¿Un referente en tu vida?
Todo aquel que hace de lo ordinario algo extraordinario, que pueda crear desde lo impensable, que encuentra oportunidad en la debilidad. Entre muchos, invito a la psicopedagoga argentina Alicia Fernández a ocupar este lugar.
¿Una asignatura pendiente?
Terminar de escribir mi libro “Entre el sol y la luna”. Ya tiene título, prólogo y agradecimientos. Falta el “cerrá y vamos”.
¿Un valor fundamental?
Si vale el dos por uno, la gratitud y la empatía.
¿Qué es la felicidad para vos?
Es comenzar cada día con proyectos, planes y momentos para compartir. Es sentir que hay muchos motivos para celebrar. Es disfrutar la vida con mis cinco hombres favoritos, siendo cómplice y testigo de los vuelos de nuestros cuatro hijos. Es tener amigos y familia para abrazar. Es seguir caminando junto a Juanjo, construyendo y haciendo camino al andar.
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