Un reciente informe presentado por la Dirección Nacional de Aduanas afirma que en los últimos cinco años han logrado incautar unas 11,4 toneladas de cocaína, equivalentes unos US$ 710.000.000
El mismo informe aclara que a ese monto se llega considerando lo incautado en puertos europeos en contenedores que partieron de Uruguay o tuvieron tránsito por nuestro país. Fue por el 2019 con la incautación en Rotterdam de 4418 kilos de cocaína pura, embarcados en un contenedor de soja, que Martín Mutio fue recientemente procesado a 15 años de prisión. Enumera luego las distintas formas en las cuales se incautaron y que nos lleva a las cifras mencionadas.
En estos días, la Administración Nacional de Puertos (ANP) informa que en los primeros seis meses del año recaudó unos US$ 100.000.000 por el movimiento récord de 580.000 Teus (un Teu equivale a un contenedor de 20 pies). Hasta aquí las informaciones de prensa.
Debo reconocer que tengo cierta predilección por los números, y lo primero que se me ocurre es hacer algunas comparaciones. En seis meses todo el movimiento del puerto recaudo US$ 100.000:000. Solo la droga incautada en cinco años es de US$ 700.000.000, lo que me da que se incauto mas o menos por año un 70% de todo lo que por año recauda la ANP.
Según informes de la DEA con miles de millones de presupuesto, detienen un 10% de lo que ingresa en Estados Unidos ilegalmente. Hagamos un simple ejercicio, vamos a atribuirle al gobierno uruguayo el doble de efectividad que la DEA, eso quiere decir que paran el 20% de lo que pasa por nuestro país. O sea, que unos US$ 3.500.000.000 es lo que paso en cinco años de droga sin decomisar. Unos US$ 700.000.000 por año. Unas tres veces y media lo recaudado por de la ANP por año.
No podemos escapar a la tentación de preguntarnos ¿cuánto de estos US$ 700.000.000 que pasan cada año por nuestras fronteras están dispuesto a dejar los narcotraficantes para “corromper” nuestro sistema? Porque ningún país del planeta escapa a la tentación del dinero sucio de los narcos.
Debemos aceptar, de una vez por todas, que quien controla los puertos, sean públicos o privados, controla el narcotráfico. Resulta necesario una oposición de fuerzas e intereses en el control de los puertos, marítimos aéreos y terrestres, para minimizar la posible corrupción.
Más crecimiento económico es más trafico portuario y, por ende, mayor el trafico de drogas que pasa.
Si queremos frenar el narcotráfico, debe existir una fuerza multidisciplinaria, capacitada en distintas áreas que opere independientemente de Aduanas, Prefectura, policías, etcétera, con total independencia en todo el territorio. Controlar lo que otros controlan para minimizar los daños. Incluso el sistema bancario debe de permitir obtener toda la información pertinente que permita seguir el lavado de dinero de estas operaciones.
¿Alguien puede pensar que Martín Mutio actuó solo en el traslado de la droga hasta territorio uruguayo, en el manejo interno, en la carga del contenedor, que pago de su bolsillo toda esa carga (unos US$ 270.000.000) y que habiéndola perdido se haga él solo responsable de toda la operación? Como si esto fuera poco, en medio del proceso penal, ¡se fue a Santa Fe-Argentina (capital del narcotráfico regional) a casarse!
No es este el modus operandi de una organización delictiva narcotraficante. Si Mutio fuera un peón, ya estaría bajo tierra. Si fuera un grosso, no estaría preso, hubiera escapado como lo hizo Marset, o Morabito…
Queda la pregunta en el aire: ¿qué papel en realidad juega Martín Mutio en el tráfico de drogas por Uruguay? ¿Cuántas operaciones anteriores a esta realizó? ¿Dónde están y quiénes son sus socios? ¿Y el dinero de todas estas operaciones a dónde fue a parar?
Será la Justicia y el Ministerio del Interior quienes deban respondernos todas estas interrogantes. Y sobre todo la gran pregunta final: ¿cuántos Martín Mutio tenemos en Uruguay operando libremente?
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