Estas crónicas están basadas en la correspondencia personal de Carlos Gardel y de los testigos que vivieron esta verdadera gesta junto a él. Los hechos relatados ocurrieron hace 90 años y cada nota corresponde a lo ocurrido una semana antes del momento relatado.
Gardel arribó al puerto de La Guaira a bordo del vapor Lara, procedente de Puerto Rico. Una multitud de miles de personas lo esperaba ansiosamente en el muelle con un fervor nunca visto en aquel país caribeño. Al llegar a Caracas, una nueva multitud lo recibió con tal entusiasmo que algunos se subieron al techo de su automóvil para verlo, obligándolo a caminar hasta el Hotel Majestic acompañado por la multitud eufórica. Esa noche, Gardel se presentó en el Teatro Principal. Durante toda su estadía en Caracas, todas las mañanas la Policía debía despejar las vías de acceso al hotel, que siempre se encontraban congestionadas de admiradores.
En una carta que Gardel le envió a Defino, su representante en Buenos Aires, le contaba: “La llegada a Caracas fue también algo increíble. Miles de personas estaban en la estación y se produjo un tumulto formidable. Me despido de Caracas mañana y hemos estado trabajando casi invariablemente a teatro lleno a pesar de las lluvias torrenciales y de los precios que no bajan de tres pesos argentinos la platea y que fueron en los primeros días de seis. Venezuela es en realidad una plaza formidable. El domingo canté en Maracay ante el presidente Gómez y quedó encantado lo mismo que la familia. Todos me colmaron de atenciones y me han invitado a pasar un día en la casa de ellos en Maracay. En fin, estoy plenamente satisfecho y solo siento este malestar que no me hace estar en plena posesión de mis cuerdas vocales”.