“Tenemos los oídos bien abiertos para escuchar los reclamos del sindicato”, dijo el presidente de la Sociedad de Productores de Leche de Florida.
El jueves 11 de diciembre una delegación de productores lecheros fue recibida por el presidente Yamandú Orsi, ocasión en que intercambiaron sobre la problemática del sector. Para profundizar sobre los temas tratados La Mañana entrevistó a Fernando Lugea, presidente de la Sociedad de Productores de Leche de Florida (SPLF).
Del encuentro con el mandatario también participaron la Asociación Nacional de Productores de Leche, las sociedades de productores de Rodríguez, San Ramón, San José y Canelones, además del Instituto Nacional de la Leche (Inale) y el Instituto Nacional de Colonización.
Lugea recordó que la reunión se había solicitado hace varios meses sin obtener respuesta, y en aquel momento se pidió por la alta conflictividad en la industria láctea, tema que sigue siendo el de mayor preocupación del sector, “casi unánimemente”, agregó.
Los otros dos temas tratados fueron la inserción internacional y la financiación del Inale.
Sobre la inserción internacional, se planteó la importancia que tiene para el sector lácteo acceder a los diferentes mercados, y la trascendencia que puede tener el próximo viaje de Orsi a China en 2026. “Hay mucha inquietud de poder ingresar a China con una cuota de leche en polvo negociada a arancel cero, con una base de por lo menos 50.000 toneladas. El arancel cero es igualar las condiciones de las que hoy gozan dos de nuestros principales competidores que son Australia y Nueva Zelanda”. Ambos países ya tienen un tratado con China, y “si Uruguay sigue con 10% de arancel vamos a quedar muy relegados en la competencia comercial”, de ahí la importancia de lo planteado.
En cuanto a la financiación del Inale, la propuesta de los productores es que “el propio sector lechero financie su funcionamiento y para eso habría que trasladar el 2 por 1000 de lo que se recauda con las exportaciones lácteas, que equivalen a US$ 2.000.000 anuales”. Esa recaudación hoy existe, pero se le da otro destino, el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU).
“Actualmente el LATU no cumple ninguna función relevante para la lechería, por lo que es totalmente razonable y de sentido común el planteo” de destinar tal monto al instituto que se ocupa de los asuntos de la lechería nacional. Es el sector lechero financiando al sector lechero.
Esa propuesta se planteó antes en el Senado donde los productores recibieron una respuesta positiva: “Salimos de la reunión con la sensación de haber sido escuchados, pero a los pocos días nos enteramos de que la resolución había sido negativa y que no se financiaría el Inale de esa manera”, comentó Lugea.
El día de la reunión con Orsi “volvimos a plantearle el tema y su respuesta fue que el ministro de Economía, Gabriel Oddone, le había asegurado que en 2026 el Inale iba a tener viabilidad económica”, lo que causó tranquilidad.
“Sobre la inserción internacional tenemos muchas expectativas, sabemos que es algo en lo cual la industria está trabajando con el gobierno y lo nuestro fue poner un granito de arena. En este tema salimos con espíritu positivo”; lo mismo en cuanto al financiamiento del Inale: “Que el ministro de Economía tome cartas en el asunto nos da tranquilidad”.
El tema más preocupante
Sobre la conflictividad y las relaciones laborales, Lugea dijo que “era el tema más preocupante hace cuatro meses y sigue siéndolo hoy”.
“Sabemos que es un sindicato complicado, asimismo tenemos los oídos bien abiertos para escuchar sus reclamos, pero también está claro que a veces se hacen reclamos que no son moderados, a veces son abusivos y hasta desleales con el sector”.
Esa deslealtad se da “cuando hay empresas que se retiran del país y dejan gente sin trabajo como productores fuera del sistema, el sindicato plantea conflictos sobre Conaprole que es una cooperativa que tiene condiciones laborales excelentes reconocidas por los trabajadores, que da certezas al productor y es la principal industria del Uruguay”.
“Los conflictos que sufre Conaprole no se plantean en otras empresas porque de hacerlo estas resolverían irse del país. Eso es deslealtad para todo el sector, porque se empeora la productividad, se desmejora la industrialización, se complica a los trabajadores en toda la cadena láctea”, subrayó.
Si lo que se busca es empezar a encontrar soluciones, lo primero que hay que decir es que “acá hay responsabilidades compartidas: del gobierno, del sindicato, pero también de la propia empresa”, sostuvo. “Yo no sé decir qué porcentaje de responsabilidad tiene cada uno, pero seguramente el sindicato deba moderar sus reclamos y analizar si realmente hay que paralizar las actividades y pegarle siempre a la misma empresa”, aun cuando esta es “ajena a la causa del problema”, porque “siempre se castiga a Conaprole con medidas que incluso son para conflictos que no tienen nada que ver con la cooperativa y cuya solución no maneja”.
En ese sentido, “el último ejemplo fue el conflicto por el que pasó Claldy, pero en esta empresa, que era donde estaba el problema, las actividades sí se desarrollaron en forma normal”.
Por lo tanto, “el mea culpa corresponde a todos los involucrados, el sindicato, el gobierno y también la industria”, subrayó.
Este punto, el de las relaciones laborales, fue el que nos causó el peor sabor luego de la entrevista con el presidente Orsi, que “no fue muy claro” en su posicionamiento.
Lugea planteó la necesidad de “crear un ámbito de diálogo que actualmente no existe a nivel de institución. Es claro que nuestra participación en este tema puede ser muy limitado, no podemos hacer mucho más que pedir sensatez, moderación y responsabilidad a las partes”, y “son los sindicatos los que tienen más para hacer, pero también el gobierno y la industria. Entre ellos tienen que juntarse y conversar porque esto nos pega a todos”.



















































