Mientras sigue cayendo el stock ovino, preocupa el cierre de industrias que se dedican a faenar este tipo de cortes. Para el consignatario de ganado contar con una buena situación de precios podría ser una salida para incentivar al productor y evitar que siga cayendo el número de animales.
Mientras el stock ovino cae año a año existe una realidad que a la luz de los hechos parece contradictoria: mientras la faena sigue esta tendencia y en el primer trimestre del año cae en el entorno del 30%, las exportaciones del rubro ovino en el mismo período se recuperaron en un 12%. Mientras esto sucede con el sector cárnico, entre enero y marzo las colocaciones de lanas en el exterior crecieron 60%, “lo que hace que se maquille un poco la caída del stock” señaló a La Mañana el consignatario Juan Luis Arrospide.
Del total de los ovinos faenados por la industria, prácticamente el 80% se concentra en las dos únicas plantas en funcionamiento para este tipo de cortes en el sur del país. Paralelamente, en el norte del país exploran otras posibilidades ante la falta de emprendimientos que faenen este tipo de cortes. Una de esas posibilidades es la que encontraron los productores de Cerro Largo, entusiasmados con la propuesta de un frigorífico en Arroyo Grande, en Brasil, que estaría dispuesto a importar animales adultos destinados al consumo de los comedores escolares y las cárceles en esa región.
En medio de toda esta situación, otros departamentos al norte del río Negro ven con preocupación la falta de frigoríficos para la industrialización de sus animales. Tras el cierre de Somicar (Frigo Salto) y Bamidal SA en Paso de los Toros, dedicados a este tipo de faenas, se sellaron las posibilidades de comercialización para esas zonas del país. El consignatario floridense aseguró que “no se avizora en el corto plazo una reapertura de estas plantas”, lo que aumenta la preocupación en los actores de la cadena. Arrospide apuntó a que el cierre de estas plantas en lugares estratégicos de este sector de la ganadería repercutió en la caída del stock.
Lo que más preocupa al sector es que la caída del número de animales no cesa ni tampoco existen argumentos válidos que permitan creer en una estabilización del rodeo. Mientras el Instituto Nacional de la Carne desarrolla estrategias de promoción de la carne ovina en Brasil, en lo local no se encuentra “un aliciente que haga crecer el stock”, reflexionó Arrospide.
“Si bien el novillo se ha despegado un poquito del cordero”, los valores para esta categoría ovina no son nada despreciables. Con un escenario de US$ 4,30 y US$ 4,40 por kilo para el cordero pesado, se evidencian valores sensiblemente mejores que los que se encontraban para esta categoría a la misma altura del año pasado.
El país tiene margen para ser competitivo
Aunque uno de los principales integrantes del Escritorio Arropside no tiene muy claro si Uruguay es competitivo en el mundo con respecto a este tipo de cortes, sí entiende que “si miramos un poquito a Australia, ahí nos damos cuenta de que hay margen para crecer”. A su entender, uno de los fundamentos para mejorar esa tan ansiada competitividad es trabajar todos los temas arancelarios que actualmente son “un impedimento bastante nítido que encontramos con ciertos mercados”.
Contrariamente a lo que sucedía el año pasado, cuando Brasil y China fueron los principales mercados para las carnes ovinas uruguayas, actualmente Israel se posicionó como el principal destino. Para continuar es una buena senda de colocación de este producto es necesario utilizar todos los mecanismos disponibles, ya se la exportación en pie que “está asomando como una posibilidad” o la exploración de otros mercados.
Mientras tanto, para el consignatario floridense la llave que podría asegurar el término de la sangría en el número de ovinos en el país consiste en que el productor cuente con buenos valores que defiendan su producción. “Creo que tenemos un buen producto”, la cuestión es encontrar “un aliciente” que permita estabilizar el stock y en la medida de las posibilidades recuperarlo. Recordó que el principal golpe que ha sufrido el sector han sido los precios de las lanas, donde el 50% de este producto ha salido “como lana sucia”, lo que en definitiva termina afectando al bolsillo de los propios productores. Y eso desincentiva a continuar desarrollando la actividad.
Mientras tanto más pequeños productores se suman al rubro ovino
Al tiempo que se procesa este escenario con cada vez menos cabezas de ovinos en el rodeo nacional, el Movimiento de la Juventud Agraria continúa su senda, dando la oportunidad para que pequeños emprendimientos puedan producir su propia majada y tener un ingreso extra en forma anual. Para Freddy Martínez, integrante de la organización, se trata de uno de los programas más exitosos desde su creación, lo que ha llevado a muchos jóvenes y familias relacionadas con la actividad rural a incursionar en forma independiente en este tipo de sistemas productivos.
Mediante la entrega de entre 10 y 15 ovejas y un carnero, los beneficiarios tiene cinco años antes de devolver la misma cantidad de hembras más dos, una por el carnero y otra para que el programa siga creciendo y llegue a más familia. En el medio, un grupo de técnicos se encargan de hacer el seguimiento de los proyectos productivos que les permiten a los beneficiarios mejorar sus estándares de productividad y corregir algunas de las debilidades de sus predios.
Si bien desde el Movimiento de la Juventud Agraria tienen claro que sus esfuerzos y la ejecución de este exitoso programa no tendrán incidencia para detener la sangría en el número de ovinos disponibles en el país, también es cierto que es un esfuerzo para mantener viva la cultura ovina. Para muchos de estos pequeños productores, esta es una salida que les permitió comenzar a desarrollarse en el rubro y llevar adelante la actividad en su pequeño predio familiar.
La venta de corderos sigue siendo el principal producto de comercialización de estos pequeños emprendimientos, que obtienen de esta manera un ingreso extra, muchas veces oficiando como un aguinaldo, sobre todo en las fiestas de fin de año. La mayoría de estas comercializaciones se producen en forma directa, sin la mano de ningún intermediario.
Florida, Canelones y Lavalleja siguen siendo los departamentos de punta en este programa. Se trata de una zona del país donde si bien existen grandes establecimientos como puede ser el caso de Florida y Lavalleja, abundan pequeños productores con predios que apenas pueden abarcar a una pequeña majada.