La directiva de Susilvo recibió al ministro Alfredo Fratti, a quien le mostró el sistema silvopastoril y le pidió que se reconozca esa forma de producir, que no desplaza a la ganadería y es diferente al macizo forestal.
Una importante delegación encabezada por el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Alfredo Fratti, visitó el establecimiento Abuelita, ubicado en Tacuarembó, donde fue recibido por su responsable, José Luis Dutra, que también es presidente de la Sociedad Uruguaya de Silvopastoreo (Susilvo).
“La delegación que nos visitó, yo diría que casi fue el gabinete del Ministerio”, dijo Dutra a La Mañana, lo que demuestra el interés que genera el tema. Además de Fratti y los directores de las unidades ejecutoras ministeriales, la delegación estuvo compuesto por titulares o autoridades del Instituto Nacional de Carnes, Plan Agropecuario, Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria y Colonización, entre otros.
“El año pasado Susilvo elaboró un documento sobre el sistema silvopastoril sostenible para potenciar la ganadería y este año mantuvimos contacto con algunas instituciones para intercambiar sobre el tema, surgiendo la posibilidad de conocer el predio y observar los sistemas”, dijo Dutra. Desde el Ministerio se propuso una fecha de visita y “para nosotros fue muy motivante el interés demostrado por los sistemas silvopastoriles que no se limita solo al árbol, sino que incluye pasturas, biodiversidad y ganadería”.
La reunión, de la que también participó la directiva de Susilvo, duró entre 4 o 5 horas, incluyendo una presentación de salón y una recorrida de campo. El establecimiento Abuelita “comenzó con el sistema silvopastoril en 2015 y desde entonces se ha plantado todos los años, lo que permite observar árboles con 11 o 12 metros, con el manejo que se hace para la incorporación de esas ramas como materia orgánica de la pastura, porque siempre estamos mirando la pastura; también ver plantaciones de otras edades”, agregó.
“Somos y queremos seguir siendo ganaderos”
Dutra aclaró que en Uruguay la mayoría de las plantaciones que hay en Uruguay son con eucaliptus, pero “para Susilvo es importante que también se investiguen especies nativas y desarrollar el silvopastoreo con otras especies”.
Asimismo, “también tenemos que regular, marcar parámetros desde un sistema silvopastoril para que se comporte como tal, o sea que los árboles estén marcados en un número, una distribución, un ordenamiento en el potrero, de forma tal de que la energía solar llegue a las pasturas, porque somos productores ganaderos que si queremos seguir siéndolo debemos tener pasto, sin pasto no tenemos vacas y sin vacas no necesitamos la sombra ni el abrigo que brinda el árbol”.
En otro orden de cosas, Dutra dijo que Susilvo “no pide nada especial, simplemente el reconocimiento de los sistemas silvopastoriles”, un concepto que “queremos que se exprese y que se vea”, porque “no es lo mismo que la forestación con vacas”.
“Nosotros hacemos grandes esfuerzos en diseñar la línea de los árboles, la densidad, la ubicación, el manejo posterior de esos árboles a través de una poda continua para que dejen entrar la luz para las pasturas. Entonces, no se puede confundir poner ganado en una forestación que claramente no es un sistema silvopastoril, sino una forestación que aprovecha algo del potrero para poner ganadería”, precisó.
“En otros países el silvopastoreo ya está admitido como sistema, pero en el Uruguay ha costado mucho”, a pesar de “ser una muy buena alternativa de producción”, que permite “que el animal se alimente en el mismo lugar que tiene la sombra y el abrigo”, y con esa forma de trabajo “mantener la biodiversidad, los aportes ecosistémicos. La vida del establecimiento que sigue siendo ganadero, y aporta beneficios sociales porque no es solo plantar los árboles, matar las hormigas y dejarlos ahí, sino que hay un manejo que también mejora la calidad de la madera” que se obtiene.
Por otra parte, Dutra observó que en Uruguay “la producción forestal está cautiva, pertenece a grandes empresas, con pocos plantando mucho. Y cuando hay un emprendimiento de aserradero mediano no hay materia prima disponible, porque claramente esos árboles que vemos sobre la ruta, la mayoría son materia prima que ya tiene un destino”.
Pero si tenemos “desarrollos particulares e independientes, como vemos en otros países, sin compromisos y sin madera cautiva, se permite generar otros desarrollos y emprendimientos como aserraderos medianos o pequeños que salen a buscar uno, dos, tres camiones de madera, y los encuentran”.
“Es como las vacas con los frigoríficos –comparó Dutra–, las vacas no están cautivas ni determinadas. Esa libertad de acción no es una debilidad, es una fortaleza. A veces nos pregunten a quién le vamos a vender la madera, y la realidad es que no tenemos un compromiso, como tampoco lo tenemos con el ternero que está naciendo en el mismo espacio silvopastoril”.
“Ese ternero no está atado a determinada industria, y las plantaciones independientes son exactamente lo mismo”, razonó. “Parece que si no estás asociados con alguien no vas a poder vender la madera y eso no es así; la forestación convencional como el macizo y el sistema silvopastoril pueden convivir”.
De todas formas, “es muy duro y nos duele cuando nos dicen que si no plantamos con determinada asociación o no rentamos la tierra a determinada empresa no se va a poder vender la madera. El problema es que en el sector forestal ese comentario se asume como correcto, y eso es muy duro de escuchar. ¿Qué pasa mañana si los frigoríficos lo plantean también así y los ganados que hay en el país no se pueden colocar si el productor no es socio o no renta el campo a determinada empresa? Eso nadie lo piensa para ningún rubro agropecuario, pero se instaló y parece lógico que la forestación se maneje de esa manera: ¿A quién le vendes la madera cuando la tengas pronta?, me dicen. Se creó ese concepto, ¿y quién lo puedo haber creado?”, se preguntó.