La senadora del Partido Nacional Graciela Bianchi resaltó que una comisión especial tiene seis meses para plantear una reforma de la Caja de Profesionales, ya que “está quebrada, sin un peso y sin crédito bancario”. “Si no estamos capacitados para administrar una caja privada, que vayan al BPS”, señaló la legisladora.
¿Cuál es su evaluación general de todo el trámite de la ley de la Caja de Profesionales?
Fue un largo proceso, más de un mes en la Cámara de Diputados y otro en la Cámara de Senadores. Recibimos el proyecto aprobado en Diputados con ciertos criterios, fundamentalmente que los pasivos no aportaban nada y los activos aportaban más de lo que nosotros finalmente establecimos. Entendíamos que había que modificar algunos aspectos, como el ritmo de la transición, porque los llamados “cincuentones” que se incorporaban al nuevo régimen, enfrentaban un cambio de reglas de juego prácticamente al momento de jubilarse o faltando dos o tres años para hacerlo. Queríamos gravarlos con un aporte, pero menor que el de los demás. En resumen, buscamos que el proyecto fuera lo menos gravoso posible, y lo hicimos en conjunto con los diputados que participaron en la comisión especial y votaron el proyecto, ya que dos diputados de Cabildo Abierto no lo apoyaron y no participaron de la negociación. El proceso fue largo porque los más resistentes a cambiar de criterio fueron nuestros propios diputados [los blancos], los colorados y el diputado del Partido Independiente. Así fue como construimos el nuevo proyecto entre diputados y senadores, lo que es la clave en esta negociación, porque he oído cosas que no son ciertas. No les impusimos nada a los diputados; de hecho, lo que más nos demoró fue encontrar una fórmula intermedia, un camino mediano, porque los diputados no estaban de acuerdo. Gravamos a los jubilados, aunque conocemos lo que dice el artículo 67 de la Constitución, sobre aplicar impuestos a las jubilaciones, pero también consideramos el antecedente de los escribanos, que en 2017 nos pusimos un impuesto (yo soy escribana y abogada) y subimos los aportes un 3%. Como escribanos, hace casi 20 años decidimos un régimen de transición que redujo las jubilaciones casi a la mitad, porque gastar el capital lleva a la quiebra. Eso le pasó a la Caja de Profesionales: es una caja quebrada, sin un peso y sin crédito bancario.
Uno de los temas principales es el aporte del Estado, que según el ministro de Economía se duplicó, pasando de 30 millones de dólares a 60 millones de dólares. ¿Qué reflexión le merece que la sociedad tenga que aportar por una institución básicamente privada?
Yo no estuve de acuerdo con ese aporte, pero en una negociación hay que flexibilizar la posición. Si no, habríamos dejado estallar un problema social, porque gravar demasiado a activos y pasivos en una caja privada era complicado. Soy la primera en defender su calidad de persona pública de derecho privado, pero ante el hecho consumado de que la caja se administró mal, con más de 60 mil profesionales afiliados y más de 110 mil no afiliados, debemos de considerar que todos aportamos al régimen general, ya que siete puntos del IVA y el IASS van al BPS. Por lo tanto, las cajas paraestatales, como la bancaria, también aportan al BPS. Si el sistema es de reparto y solidario, todos tenemos que respaldar la Caja de Profesionales. Pero lo que hicimos para buscar una solución definitiva es que establecimos en el proyecto la obligación de crear un comité técnico con expertos del Ministerio de Economía, la OPP, el Ministerio de Trabajo y los profesionales, que en 120 días (con opción a 60 días más) debe presentar un proyecto de ley con reformas estructurales. Indicamos al comité estudiar cambiar la base de aportación, que no sea por antigüedad, sino por facturación y si no se llega a un mínimo anual, se pierde el año de jubilación o hay que pagarlo. También hay que aumentar la base de aportantes, recuperar a los 110 mil profesionales no afiliados o con declaración negativa de ejercicio. Ahora con la ley gradualizamos las categorías, llevándolas a 15. Subimos el equivalente a la segunda categoría a la cuarta para hacer la caja más atractiva. Sin reformas estructurales, en menos de dos años estaremos en lo mismo. Estabilizamos la caja, como un médico estabiliza a un paciente en emergencia antes de aplicar tratamientos de fondo. Pero se debe tener en cuenta que enlentecer el ritmo de la transición, o sea lo que llamamos los cincuentones, llevó más de 20 millones de dólares. Lo que aumentó el aporte de Rentas Generales fue que hicimos que se pusiera el monto del IASS que pagan los profesionales y que va al BPS.
¿No considera que esto puede ser un mal antecedente para el salvataje de otras cajas paraestatales?
No hay otra caja en la situación de la Caja de Profesionales. Incorporamos dos cajas paraestatales (Bancaria y Notarial) al régimen común, pero no pudimos incluir la de profesionales por su situación económica. Las cajas bancaria y notarial se incorporaron con otra cadencia, no igual al régimen común del BPS. La Caja Notarial, con un patrimonio de 350 millones a 400 millones de dólares, no está quebrada como la de profesionales. Esta quedó afuera por falta de comprensión de los profesionales. Yo soy profesional, así que me incluyo, pero los profesionales se cerraron mucho, hay mucha queja. Hay que asumir las consecuencias de haber “rifado” la caja. Los representantes del Ejecutivo en el directorio controlan, pero la mayoría de los votos son de los profesionales. Si no estamos capacitados para administrar una caja privada, que vayan al BPS, aunque este ya tiene un déficit de más de 800 millones de dólares. Pero en todo esto hay un tema de fondo. El sistema de reparto solidario no se puede financiar más. Hay que tomar conciencia de que es un modelo de los años 50. En Dinamarca, por ejemplo, subieron la edad jubilatoria a 70 años. Si Dinamarca necesita eso, se imagina nosotros. Hay que hacer un mea culpa y asumir que no supimos administrar una caja paraestatal y le pedimos a la población que ponga un poco de esfuerzo, como nosotros ponemos, los que somos afiliados a las paraestatales, en el BPS.
Muchos legisladores son profesionales activos o pasivos. ¿Cómo ve la actitud al votar por el futuro o la situación actual de uno mismo?
Los profesionales somos más en la Cámara de Senadores que en Diputados. El artículo 97 del reglamento establece que, si hay un interés personal, debemos pedir autorización al pleno. Los profesionales universitarios lo planteamos y se nos autorizó. No hay que partir de la base de que los legisladores actúan con interés personal. Con ese criterio, no podríamos votar ninguna ley, porque en otras épocas el Senado y gran parte de Diputados eran profesionales. Es bueno que haya legisladores con título universitario que aporten sus conocimientos, y la ética de cada uno está en juego. O sea, cumplimos con el reglamento.
El ministro de Economía, Gabriel Oddone, dijo que había tres leyes fundamentales para el financiamiento: esta ley, la Rendición de Cuentas y el Presupuesto. Las dos primeras salieron. ¿Considera que el gobierno quiso salir rápidamente del tema de la Caja de Profesionales, para facilitar préstamos internacionales?
Soy muy consciente del Uruguay en el que vivimos. Con un Frente Amplio donde predominan los radicales, este equipo económico me da tranquilidad que esté. No voy a blindar al Ministerio de Economía con mi voto, pero negociaré lo más posible. El día que el MPP, el Partido Comunista o el Socialista le suelten la mano, el equipo económico caerá, y no quiero que eso pase porque no quiero que el país termine como Venezuela en cuatro o cinco años. Hay que pensar en la institucionalidad. Oddone nos dijo en la comisión especial que no jugará con el grado inversor, ni el déficit fiscal, porque los organismos internacionales y las calificadoras de riesgo están observando. Ese es el mundo en que vivimos. Si alguien puede romper con eso sin caer en dictaduras como Venezuela, Cuba o Nicaragua contará con mi ayuda. Tengo clarísimo que tengo que preservar el país de posibles impulsos populistas que nos lleven a dictaduras que obviamente son infinitamente más peligrosas que pagar algún impuesto de más.
No piensa entonces que el trámite del Presupuesto nacional será tan dramático.
Si bien la Caja de Profesionales es un tema muy complejo, mucho más de lo que yo pensaba cuando me puse a trabajar, el presupuesto es otra cosa, porque abarca todo el Estado y define los próximos cinco años.
Lograremos acuerdos en algunas cosas y en otras no, como siempre. Cuando fuimos gobierno, teníamos mayoría, pero el Frente Amplio votó muchos artículos. Es normal que las leyes fundamentales tengan apoyo de la oposición. No lograremos un 100% de acuerdo, pero estará en la línea de lo que pasó en otros gobiernos.
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