La reciente escalada entre Irán e Israel sacudió nuevamente a un mundo ya polarizado y marcado por los intereses geopolíticos de ciertos líderes, profundizando la erosión del multilateralismo de la mano de un Trump que actúa de forma “unilateral”. En conversación con La Mañana, la analista internacional oriunda de España Susana Mangana denunció que en la mayoría de los países reina la hipocresía y existe una doble vara en la defensa de los derechos humanos. “Estamos al borde otra vez de un precipicio innecesariamente”, lamentó. Esta entrevista forma parte de una serie de diálogos con distintas voces y miradas sobre el conflicto en Medio Oriente.
¿Cómo se explica la escalada actual entre Irán e Israel?
Se están mezclando intereses personalistas de algunos líderes, también intereses geoestratégicos de otros, especialmente de Estados Unidos, lo que realmente nos ha puesto a todos, como comunidad internacional, al borde otra vez de un precipicio innecesariamente, porque se viene hablando del desarrollo del programa nuclear de Irán desde hace más de dos décadas mínimo y, por tanto, cada vez que se habla de que Irán podría hacerse con el arma nuclear en cuestión de meses o de semanas se agita ese fantasma para justificar intervenciones o agresiones. En este caso, comenzó con el ataque israelí a instalaciones nucleares y a dirigentes militares y científicos que trabajaban supuestamente en el programa nuclear de Irán. Digo supuestamente porque hay que ser cuidadosos con los relatos, porque hay una construcción de narrativas, pero en cualquier caso esto comenzó con el ataque israelí del 13 de junio y continuó con las diferentes instancias de retaliación primero de Irán, después de Israel, que han estado durante 12 días intercambiando disparos de misiles y atacando instalaciones tanto militares, nucleares, como también civiles.
¿Cómo ve el rol de Estados Unidos en este escenario?
Estamos en un momento en el mundo donde hay una polarización extrema y tenemos a un país como Estados Unidos conducido por segunda vez por un presidente que desprecia el multilateralismo, no solo lo desprecia, sino que desconoce la arquitectura de instituciones multilaterales de las cuales nos dotamos en el mundo a partir de la Segunda Guerra Mundial, y no ha mostrado ningún tipo de aprecio ni de respeto hacia sus socios transatlánticos. Me refiero a los países europeos, porque el atentado de Estados Unidos a las tres instalaciones nucleares de Irán lo hizo unilateralmente, sin consultar ni con Naciones Unidas ni con la Unión Europea (UE), con lo cual Europa está perpleja con este nuevo Trump porque ha roto los puentes de diálogo. Es una situación muy crítica, pero que hay que entenderla dentro de este reordenamiento geopolítico que se está dando a raíz de un presidente Trump mucho más incendiario, que ya no está pensando solamente en devolver grandeza económica a su país, sino que ahora se atreve a amenazar, a hacer un uso de la doctrina del miedo, de imposición de la fuerza. Vemos lo que ha sido el inicio de su mandato con la firma de tantos acuerdos para subir tarifas arancelarias a sus socios, donde dice una cosa un día y al otro cambia. Esa actitud tan verborrágica de ir tomando decisiones que luego desconoce, también la ha aplicado a la política exterior. El propio Trump cuando lanza el ataque dice que la inteligencia de su país no sabe nada y se deja influir por un primer ministro israelí como es Benjamín Netanyahu, que tiene interés en lanzar esta agresión conjunta a Irán. La excusa y el pretexto fácil es decir que Irán va a desarrollar el arma nuclear en cuestión de semanas y eso es una amenaza letal para la supervivencia del Estado de Israel. El gran ganador de este caos que se ha sembrado en los últimos días en Oriente Medio es Netanyahu, que ha logrado aumentar su popularidad muchísimo cuando realmente estaba enfrentándose a críticas internas muy agudas por su pésima gestión de esta guerra que se está librando en Gaza, pero también críticas muy fuertes desde la comunidad internacional.
¿Cómo ha visto las reacciones de la comunidad internacional?
En realidad, hay un divorcio entre la dirigencia política de la UE y la sociedad civil. La sociedad civil europea, pero también latinoamericana o sudafricana, ha dicho: “Basta ya, estos son crímenes de guerra, no tienen nada que ver con el principio de legítima defensa del Estado de Israel, sino que esto es una campaña feroz de venganza por los atentados de Hamás del 7 de octubre”. Sin embargo, nuestros dirigentes políticos han sido mucho más reacios a llamar las cosas por su nombre, especulando con la relación bilateral tanto comercial como diplomática con Israel, y como saben que su respaldo fuerte viene de Estados Unidos, lo que preocupa sobre todo a los países europeos es cómo mantener a Estados Unidos dentro de la OTAN, cómo lograr que Trump no aumente las tarifas y los aranceles a la UE en su conjunto y a algunos países para los que esto significaría un varapalo económico. Y, por otro lado, lograr que Trump acompañe las decisiones de la UE para evitar que Ucrania tenga que rendirse ante un Putin en una guerra de agresión que los europeos entienden que fue injusta y donde Trump ha jugado al gato y al ratón. Todo lo que prometió Trump antes de ser el presidente de Estados Unidos por segunda vez, no lo ha podido cumplir. No solo no ha terminado con la guerra entre Ucrania y Rusia, sino que tampoco ha logrado que cese el fuego entre Hamás e Israel, aunque cabe preguntarse qué queda de Hamás para seguir atacando a Israel, cuando se siguen lanzando bombardeos e incursiones de la infantería y de las tropas israelíes todos los días. Es una situación caótica y de mucha incertidumbre que genera un estrés vital para las bolsas, para los mercados de valores, y todo esto acaba siendo recogido por los operadores económicos en el mundo. Esto tiene una traslación también al precio del petróleo, al precio de la energía en general, pero es difícil saber qué pasará porque Trump está dinamitando la democracia de su propio país, así como la salud democrática de esas instituciones multilaterales que creíamos que estaban ahí para representar a países grandes y pequeños, para hacer valer el derecho internacional.
¿No es real la amenaza de una bomba nuclear iraní en el contexto actual?
No, porque el Organismo Internacional de Energía Atómica ha realizado inspecciones regulares a las instalaciones de Irán. El desarrollo del programa nuclear no viene de ahora ni de hace 10 años, antecede a la Revolución Islámica de 1979. Ahora bien, nos guste o no hay que reconocer que Irán se ha sometido a las inspecciones del Organismo Internacional de Energía Atómica, ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear, cosa que Israel no ha hecho. Hay que preguntarnos por qué seguimos teniendo un mundo donde hay países que sí pueden pertenecer al “club de privilegios nuclear” y otros a los cuales eso se les ha vetado. Podemos coincidir en que el régimen islámico de la República Islámica de Irán es un régimen caduco, que adolece de legitimidad interna, puesto que ha habido manifestaciones muy prolongadas desde setiembre de 2022 hasta hace nada, y que han sido reprimidas a sangre y fuego por el gobierno y por el régimen de los ayatolás. Sin embargo, ahí no vimos ataques preventivos ni de la OTAN ni de Estados Unidos, ni del propio Israel. Cuando decíamos que estaban masacrando a los jóvenes iraníes de ambos sexos, cuando veíamos que la Policía de la Moral se llevaba a esas muchachas y devolvía un cadáver a sus familias o habían recibido una brutal paliza intimidatoria, ahí la comunidad internacional hizo oídos sordos. Entonces, yo lo que estoy denunciando aquí es la hipocresía, el doble rasero que tenemos para medir cómo actúan los países.
¿A qué se puede atribuir esa doble vara que menciona?
Hemos sido capaces de detectar que hay una narrativa que ha ido calando hondo a lo largo de décadas de que Israel era el socio natural de Estados Unidos y el último bastión de los valores occidentales en Oriente Medio frente a la barbarie que representan los países musulmanes, especialmente Irán. Y eso es una falacia, porque justamente cuando a Occidente le interesa firmar acuerdos comerciales muy jugosos con los países musulmanes del Golfo Pérsico, no se esgrimen este tipo de pretextos. Nadie le niega la firma de un acuerdo de inversiones, por ejemplo, a Qatar o a Emiratos Árabes Unidos o a Arabia Saudí, y allí también se vulneran derechos humanos vitales y son gobiernos que muchas veces hipotecan derechos de la infancia y de la mujer. Pero eso no se esgrime como justificación para una agresión. Entonces, el régimen en Irán y el gobierno –porque tenemos que recordar que hay distintos órganos de poder político en el país– están abocados a su supervivencia. No les interesa en absoluto enfrentarse a Israel ni a Estados Unidos. La pregunta es, ¿por qué se le permite a Israel, como decís en Uruguay, incendiar la cancha y tener abiertos tantos frentes bélicos en Gaza, Cisjordania, Siria, Líbano, contra los hutíes, contra Hezbolá o en Irán? Desde la trinchera académica entendemos que se está sentando un precedente muy negativo, porque se está vulnerando no solo el derecho internacional, sino el derecho humanitario, pues están castigando a la población civil tanto en Israel como en Irán. Y esto es lo triste, que sabemos cómo empiezan estas guerras, pero no cómo terminan, y siempre hay un precio muy alto a pagar por la población de un país y de otro.
¿Considera que Israel, más que destruir las capacidades militares de Irán, lo que busca es desestabilizar el régimen políticamente?
Sabemos cuál era el objetivo inicial de Netanyahu, que luego ha ido cambiando a medida que negociaba con Trump. Netanyahu siempre ha dicho que quiere destruir el programa nuclear de Irán, pero también anunció que estaría dispuesto a ver la caída del régimen. ¿Por qué después han decidido, sobre todo Trump, terminar con esta idea de acabar con el régimen y limitarse a dañar el programa nuclear de Irán? Evidentemente aquí hay otras ecuaciones que habrán entrado en juego, pero Netanyahu no oculta su animadversión hacia el régimen de los ayatolás en Irán. Lo que pasa es que le es funcional a sus intereses personales mantener un adversario del cual Israel debe siempre mantenerse en guardia. Mientras haya un peligro latente, él puede seguir gobernando de esta manera tan caprichosa, desconociendo muchas veces lo que su propia sociedad le ha pedido y evitando hacer frente a las causas que tiene abiertas por la justicia de su país.
¿Es viable una salida diplomática bajo la mediación de Trump?
Trump no deja que otros negocien por él. Hubo una negociación diplomática con países europeos en Ginebra y Trump la desconoció totalmente, es un desaire muy grande para los países europeos y yo misma me pregunto a qué están jugando dentro de la UE. Lo que está cada vez más claro es que no hay una UE en el sentido de defensa de lo político, sino que hay una “unión económico-financiera de los europeos”, pero estamos desunidos porque hay países que abiertamente, como Hungría, se ponen del lado de Putin. Hay países como Alemania que por la carga de la culpa que acarrea desde el Holocausto no va a querer denunciar lo que hace él, a pesar de que la Corte Penal Internacional haya decretado que Netanyahu ha cometido crímenes de guerra. Entonces, no hay unión ni siquiera entre países que son el motor diplomático de esta UE, entre ellos Francia, Alemania e Italia. No estamos unidos los europeos. Ahora, siempre hay que apostar a la diplomacia, la guerra no trae nunca nada bueno y eso creo que finalmente lo entiende el propio Trump, que no suele ser un hombre que diga que quiere involucrar a su país en más guerras. Es importante que se haya llegado a este cese el fuego, Trump le dijo directamente a Israel que parara, que trajera a sus pilotos de vuelta y que no siguiera lanzando drones, porque lo que no quiere es continuar con esta escalada bélica.
¿Qué reflexión le merece que aún hoy se sigan resolviendo conflictos a través de la violencia?
Es triste ver que los líderes no estén a la altura del tiempo que les toca vivir. Estamos en el siglo XXI inmersos en este mundo donde ya tenemos tecnologías punteras, donde trabajamos con inteligencia artificial de suma precisión y todavía se quieren dirimir conflictos, sean territoriales, nacionalistas o de cualquier tipo, a golpe de cañonazos, haciendo explotar no solo edificios sino también instalaciones vitales, pero sobre todo poniendo en jaque la vida de millones de personas en el mundo, tanto en Rusia como en todo Oriente Medio. Hay un retroceso en todo lo que se había avanzado en base al multilateralismo, que con todas sus sombras siguen siendo instituciones donde grandes y pequeños… donde un país como Uruguay logró sentarse en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Entonces, si eso lo vamos a desconocer y lo vamos a dinamitar, pues no habrá defensa posible a futuro. Y, además, como te decía, esta hipocresía y este doble rasero que estamos utilizando para medir las actitudes y las reacciones de un país y de otro, sientan un antecedente muy nefasto porque vemos que la vida de los seres humanos no vale igual, dependiendo de la religión a la que pertenezcas, de la región de la que provengas o del color de tu piel. Es realmente trágico, como humanidad hemos perdido muchísimo.
Decía que los europeos no están unidos ante esto. Justamente, ¿cómo evalúa el papel que ha tenido Europa en esta crisis?
Europa ha sido muy tibia en su respuesta, recién un tiempo antes de este ataque de Estados Unidos a Irán admitió que había advertido indicios de que se estaban violando los derechos humanos en Gaza. ¡Madre mía! Se han tomado su tiempo para emitir esa opinión. Y luego, se quiere ver esto en clave de ideologías de derecha, izquierda, no es así, es decir, lo que tiene que prevalecer es la defensa del ser humano. No se puede bombardear escuelas, hospitales, no se puede atacar a población indefensa y no se puede seguir esgrimiendo un argumento totalmente mentiroso como que todo el que critica la acción de Israel es porque es antisemita. Yo sé que en Uruguay esto levanta ampollas porque hay una colectividad muy activa que siempre ha estado ahí denunciando ese supuesto antisemitismo. Lo que estamos denunciando es que Israel está desconociendo el derecho internacional, que no está haciendo uso del principio de la legítima defensa, sino que es una operación de castigo y de venganza. Son masacres muy bien documentadas. Yo esto no lo digo desde el antisemitismo, sino desde el conocimiento de causa de lo que pasa en aquella parte del mundo. Esto no va de derechas o de izquierdas, va de matar mujeres embarazadas, matar niños, amputar brazos y piernas de bebés, liquidar familias enteras. Esto es inhumano, lo haga quien lo haga.