En una pequeña habitación de Londres, en 1921, un puñado de escritores decidió que la literatura merecía una voz global. Así nació el PEN Club Internacional (PEN es el acrónimo de “poetas, ensayistas, novelistas”), que entre otras cosas se ha dedicado a defender la persecución hacia los comunicadores. Hoy está presente en 90 países, con 140 filiales. La versión uruguaya acaba de realizar elecciones y para conocer más, entrevistamos a su vicepresidente, Luis Marcelo Pérez.
Luis Marcelo Pérez es periodista, gestor cultural, poeta, ensayista y biógrafo. Sus poemarios han sido publicados en las Américas, Europa y Asia. Desde 1998 produce y conduce el periodístico cultural El Mural en los Medios Públicos. Ha sido fundador de la asociación civil Apertura Generacional (1993) y de la editorial AG Ediciones (1995). Entre otras iniciativas culturales, fue asesor cultural del Instituto Nacional de la Juventud (1997), de las Embajadas de Chile (2004) y de Colombia (2006). Hasta hace unos meses cumplió la función de presidente del sector radio e integrante del Consejo Directivo Central de la Asociación de la Prensa Uruguaya (2022-2025). Acaba de ser nombrado vicepresidente del PEN Club del Uruguay por el período 2025-2027.
¿Qué te llevó a ti a acercarte al PEN Club y cómo se dio tu ingreso?
Siempre me llamó la atención el PEN Internacional, admiración a su fundadora y máximo respeto a aquellos que en los años más duros de la historia del Siglo XX tuvieron la gallardía de no dejarse prepotear y defendieron a brazo partido los derechos humanos y la libertad de expresión. Sobre cómo se dio mi ingreso, te cuento que una tarde nos encontramos con el novelista y diplomático Carlos Orlando, me contó que se estaba gestando la idea y si quería sumarme. Sin dudarlo le expresé que sí, que agradecía su generosidad y que desde ya me ponía a disposición.
¿Desde cuándo está el PEN Club en Uruguay y qué personalidades lo han integrado?
Debemos recordar que el PEN se fundó en 1921 en Londres y a partir de allí se va consolidando en otros países y replicando en otras ciudades. La información que tenemos sobre nuestro PEN en Uruguay es lamentablemente muy acotada. Somos optimistas, pensamos que en breve podremos decir con exactitud las fechas, miembros, tareas realizadas y las visitas que hemos recibido con mayor respaldo bibliográfico. Por ahora, la magra información que tenemos nos relata la delegación de Uruguay que viajó a Buenos Aires conformada por Emilio Oribe, Alberto Lasplaces y Carlos Reyles en el año 36 y otra que viajó a Nueva York encabezada por Emir Rodríguez Monegal y Juan Carlos Onetti en el 62. Hace unos días solicitamos una búsqueda en los archivos del PEN Londres con la intención de sumar más datos concretos para un posible libro que rescate y narre la historia del PEN uruguayo.
Fuiste tesorero en la etapa anterior. ¿Por qué se habla de reflotamiento después de algunos años en silencio?
Particularmente el tema tesorería lo tomé como un desafío personal. Los números jamás fueron mi lugar de confort. Hay un dicho español que lo llevo grabado a fuego: “A lo hecho, pecho”. Nunca me achicaron los retos. Se habla de reflotamiento por lo vivido durante y pospandemia, que nos dejó en una situación incómoda de remanso. Teníamos la obligación de regenerar por sus bases fundacionales a esta institución centenaria, asimismo reimpulsarla por todas las buenas y exitosas acciones que veníamos realizando bajo la jefatura presidida por Daniel Gianelli, Hugo Burel en la vicepresidencia y Carlos Orlando en la secretaría.
¿Cómo se conformó el nuevo consejo?
El nuevo consejo directivo está conformado por la solidez de un grupo liderado por Ruperto Long en la presidencia, Andrés Serralta en la secretaría, Gustavo Gómez Rial en la tesorería y yo acompañando en las tareas de la vicepresidencia. También nos acompañan Alexandra Morgan, Álvaro Ahunchain y Miguel Álvarez Montero. Los miembros suplentes son: Daniel Corbo, Alicia Escardó, Aníbal Steffen, Luis Nieto, Diego Fischer, Rubek Orlando y Magdalena Long.
Gabriel Seisdedos, presidente del PEN argentino, y el español Carles Torner, vicepresidente del PEN Club Internacional, se hicieron presentes en una jornada inaugural del nuevo PEN Club Uruguay ¿Cuáles fueron las conclusiones de este acontecimiento?
Todas ellas muy positivas. Tanto Torner como Seisdedos son dos trabajadores incansables, siempre están encima de los temas y en cada detalle. Nos emocionó mucho recibirlos. La visita de dos autoridades del PEN Internacional a nuestro centro es siempre un buen signo, esperado y vivificante.
¿Qué comités hay en funcionamiento?
Por el momento, con el reciente cambio de autoridades, no hay ningún comité activo. Estamos dando los primeros pasos en la conformación del Comité de Derechos Humanos. Estamos trabajando en ello.
El PEN no es un club de lectura o de enseñanza literaria. Desde sus inicios, abrazó una misión más profunda: defender la libertad de expresión. ¿Quiénes lo pueden integrar?
El PEN no es un club de lectura, pero la promueve. Como también lo hace con los libros y la escritura que, en definitiva, reactivan y fortalecen la concepción de la libertad de expresión. Lo pueden integrar todos aquellos profesionales de las letras.
¿Qué se necesita para ser socio?
En primera instancia demostrar adhesión a los principios del PEN Uruguay, que son los del PEN Internacional expuestos en el acta constitutiva de 1948. Paso seguido, presentar una solicitud escrita presentada a la Comisión Directiva con una breve hoja de vida y que esta ratifique.
¿Hay categorías diferentes dentro de los socios?
Sí, en el caso de PEN Uruguay hay fundadores, activos, honorarios y adherentes.
¿Hay comisiones o proyectos en los que se invite a participar?
En las comisiones de trabajo los que participan son los propios asociados.
¿A qué se obliga a un socio? ¿Hay un código de ética?
Pedimos adhesión a los principios del PEN Uruguay, que no son otra cosa que los mismos del PEN Internacional expuestos en el acta constitutiva aprobada en el congreso de 1948 en Copenhague, además de respetar la Constitución de la República.
¿Hay campañas de socios?
No. Pero siempre estamos abiertos a nuevos ingresos de colegas profesionales de las letras.
¿Cómo comunican?
El medio local es pequeño, no es necesario realizar grandes campañas. El boca a boca a la fecha nos ha sido muy útil entre los colegas y después las redes y también los espacios que nos brindan los diferentes medios.
Si bien la institución se fundó en Londres en octubre de 1921, es en los últimos 25 o 30 años cuando se ha extendido con mayor intensidad. ¿A qué piensas que se debe tal crecimiento?
El PEN Internacional tuvo un crecimiento inmediato a su fundación. Para que tengas una idea, ya en 1930 se tenía presencia en los cinco continentes. Hoy somos algo más de cien centros en algo más de ochenta países.
¿Hay censura en Uruguay?
Por el momento no hemos recibido ninguna denuncia.
¿Por qué fue necesario crear una red para defender escritores, poetas o dramaturgos?
Porque la libertad de expresión estaba en peligro.
¿Los corresponsales de guerra son los más expuestos?
No necesariamente. Hay colegas que son perseguidos sin estar en medio de un conflicto armado; siendo expulsados de sus países de origen, dejando casa, familia y trabajo como el caso de los integrantes del PEN Nicaragua, Cuba, Vietnam, Irán o Afganistán, entre otros.
¿Qué llevaría a nombres como T. S. Eliot, H. G. Wells, Arthur Miller, Mario Vargas Llosa, entre muchos otros a afiliarse? ¿Qué tienen en común aparte de ser brillantes escritores?
El amor por la libertad de la palabra y la defensa de los derechos humanos.
¿Cuáles son los límites? ¿La escritura como arma? ¿La denuncia a nivel internacional? ¿O la presencia física en situaciones más delicadas como la última en enero de 2018 en Turquía, donde había 150 periodistas encarcelados y participaron 18 centros PEN (noruegos, libaneses, del conjunto de Europa, de Estados Unidos y Canadá que fueron para Estambul)?
Las vías de acción pueden ser múltiples. A veces usamos las palabras, que son una buena herramienta para denunciar injusticias. Otras ocasiones vale más la presencia física de escritores denunciando en los centros de represión como ha sido en la plaza de Estambul con la asistencia de la presidente de nuestra institución a nivel internacional Jennifer Clement, el director ejecutivo Carles Turner y la presencia de los dieciocho centros PEN que hacías mención.
¿Cómo se solventan? ¿Hay apoyos externos? ¿Hay apoyos estatales o privados?
A nivel local, cada socio integrante del centro tiene un pago anual. Con esa anualidad vamos cubriendo los gastos administrativos y de gestión del presupuesto interno. El Centro PEN Uruguay, no tiene apoyos ni privados ni estatales. Puntualmente podemos recibir apoyo financiero de nuestra sede en Londres, pero son para proyectos concretos. Cada centro se autogestiona. Por otra parte, cada centro paga una membresía internacional que se suma a otros aportes privados como las fundaciones y las universidades que hacen posible desarrollar nuestras acciones estratégicas de defensa y de promoción a la lectura en todos los rincones del planeta.
¿Cuáles son los idiomas oficiales?
El inglés, el francés y el español.
¿Existe y está activo un Comité de Traducción y Derechos Lingüísticos, que además de las áreas que engloba su nombre, defiende las lenguas minoritarias y en peligro de extinción?
Sí, en el PEN Internacional y en países como Argentina está activo. Este comité vela por las lenguas minoritarias y en peligro de extinción.
¿Tienes algún relevamiento segmentado por ocupación, etario o geográfico de los socios actuales? ¿Hay muchas socias mujeres?
A la fecha en el PEN Uruguay, encabezan los periodistas y le siguen los novelistas. En cuanto a la participación femenina es de un 25%. Aspiramos que sea mayor. Estamos abiertos a que presenten sus solicitudes de ingreso aquellas trabajadoras de las letras que les interese nuestra propuesta.
En el 2do. Postulado de la Carta Constitutiva del PEN Internacional se habla de obras artísticas. En todas las circunstancias, y sobre todo en tiempos de guerra, las obras artísticas, que constituyen el patrimonio de la humanidad en general, deben dejarse intactas y no ser afectadas por las pasiones nacionalistas o políticas. ¿Eso conecta con el arte en general y con patrimonio?
Sí. Aunque el PEN Internacional se enfoca principalmente en la literatura y la libertad de expresión de escritores, esta cláusula incluye de forma más amplia a todas las obras artísticas —literarias, visuales, musicales, arquitectónicas, entre otras— reconociendo su valor cultural e histórico compartido. Por otra parte, este postulado anticipa conceptos fundamentales del derecho internacional humanitario y del derecho del patrimonio, como los que luego aparecen en la Convención de La Haya de 1954 para la protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado, y en la Convención de la Unesco sobre Patrimonio Mundial (1972).
En el 4to. Postulado se dice: los miembros se comprometen a oponerse a los males inherentes de una prensa libre, tales como las publicaciones mendaces, la falsedad intencional y la distorsión de los hechos con fines políticos o personales. ¿Eso hace que se deba tener una mirada atenta?
Siempre. El Cuarto Postulado no debilita la defensa de la libertad de expresión, sino que la fortalece desde una posición ética. Es un llamado a ejercer la palabra con responsabilidad y a mantener una vigilancia activa contra los abusos del discurso, tanto en el periodismo como en la política o la literatura.
¿Cómo lidiar contra algunos malos usos de la IA y de las fake news?
Debemos siempre oponernos no solo a la falsedad intencional en la prensa, sino también a los malos usos de la inteligencia artificial. Así como el PEN defiende la palabra como acto de verdad, debemos exigir transparencia y ética en los sistemas que producen o difunden información. Necesitamos una ciudadanía crítica, una tecnología responsable y un compromiso activo con la verdad, aún en tiempos digitales. Si se percibe que algo se sale de la norma hay que denunciarlo inmediatamente.
¿Qué cambios o iniciativas entiendes que son prioritarias para llevar adelante durante tu vicepresidencia?
Hoy, lo más importante es reafirmar y fortalecer el rol del PEN Uruguay como actor clave en la defensa de la libertad de expresión, el pluralismo cultural, la protección del periodismo libre, la oposición a las guerras y la promoción de una literatura comprometida con la justicia y la paz.
¿Cómo se propusieron y cómo se aprobaron?
La presentación a las candidaturas es libre. A veces, el ejercicio de la función hace que algunos compañeros te vayan observando y cuando llegan los meses previos a la elección buscan que te comprometas un poco más. Los pasos siguientes ya todos los conocemos, se presentan listas, interviene la Comisión Electoral, si se cumple con todos los requisitos estatutarios se pasa a los comicios, luego la Comisión Electoral realiza el conteo de los votos, redacta el acta y por último, si se cumplieron todos los pasos establecidos por el reglamento, se proclama el ejecutivo vencedor.
¿Cómo resuelven las diferencias políticas cuando surgen?
En esta etapa estamos trabajando desde el año 2018 a la fecha, aún no se ha presentado ninguna diferencia. Hemos consolidado un muy buen grupo de trabajo.
¿Hay integrantes vinculados a todos los partidos políticos?
Lo que nos une es la defensa por la libertad de expresión más allá de las intenciones o predilecciones sectoriales y/o partidarias.
¿Qué opinión tiene el PEN sobre libertad de expresión y secreto profesional de los periodistas?
El PEN Internacional ha tenido desde su fundación una firme y constante posición en defensa de la libertad de expresión y la protección de fuentes. En cuanto, al secreto profesional de los periodistas, lo consideramos pilar ético fundamental del periodismo independiente y mandato primordial para una sociedad democrática, libre y justa.