Eduardo Bottinelli señaló que José Mujica siempre pensó en el armado del Movimiento de Participación Popular con una lógica de acumulación con personas que no necesariamente estaban dentro del sector. El analista también destacó el papel que jugará Lucía Topolansky de ahora en más dentro de la organización política.
¿Qué repercusión a nivel político tiene la desaparición física de José Mujica?
Hay varios aspectos. Desde el punto de vista nacional, es el fallecimiento de un expresidente y las características personales que tenía. Y, además, el foco del último tiempo en que salió de la escena más confrontativa y buscó una forma de hacer política más cercana con la idea del diálogo. Sobre todo, en los últimos tiempos se vieron las acciones conjuntas con el expresidente Julio María Sanguinetti, que llevaron a una mirada un poco distinta, y creo que fue parte también de lo que buscaron. Es decir, la idea de llevar un mensaje distinto en un momento en que estaba incrementándose la confrontación política. Por otro lado, se van cerrando etapas históricas para el país, y para el Frente Amplio en particular. Está la desaparición de Jorge Batlle, de Tabaré Vázquez y ahora de Mujica. Los expresidentes postdictadura empiezan a dejar paso en la vida política.
Y dentro del Frente Amplio, ¿cuál era el peso que últimamente tenía Mujica?
Sin duda era muy relevante. No solamente por lo que fue la conformación de la tríada fuerte que se armó en el Frente Amplio con Danilo Astori y con Vázquez; a los cuales se le podrían agregar otros, como Reinaldo Gargano o Mariano Arana. Pero sobre todo en el último tiempo, con el peso que adquirió el MPP, era mucho más relevante el lugar ocupado por Mujica.
Termina también una época para el Frente Amplio, que inició su proceso de renovación hace cinco años, ya que en 2019 fue la primera elección en que no participaron los grandes líderes. Pero Mujica tenía mucha influencia desde varios puntos de vista. Desde un punto de vista del armado político para el MPP, también para la negociación interna del Frente Amplio, e incluso su decisión de no participar en 2019. Esa actitud tenía que ver con la idea de construir para adelante, de generar los mecanismos de renovación necesarios, dejando atrás lo que eran los liderazgos históricos recientes. Entonces, sin duda, tuvo muchísimo peso en lo que fue la construcción de los gobiernos del Frente Amplio.
Uno de los hechos más significativos que llamaron la atención fue cuando acercó a Blanca Rodríguez y la puso en un lugar destacado en la lista al Senado. ¿Piensa que ese fue su gran último acto dentro de la política partidaria?
Sí, diría que fue el último acto fuerte y con impacto electoral y político. Se trató de un proceso donde fue armando varias cosas. La sustitución de su propio liderazgo, pensando en el MPP post-Mujica. Fue permanente el armado del MPP con una lógica de acumulación con personas que no necesariamente estaban dentro del sector. Siempre generó alianzas por fuera, ampliando la base electoral, y lo que hizo con Blanca Rodríguez fue una jugada muy atractiva desde el punto de vista electoral, porque termina siendo un último impacto sobre la opinión pública y sobre el público frenteamplista. En general el espacio 609 se fue conformando con alianzas donde estuvieron, por ejemplo, Alberto Couriel o Víctor Vaillant, que eran políticos. Pero después empezó a traer gente que no estaba inicialmente en la política, como el caso de Constanza Moreira, que venía más de la academia, y Blanca Rodríguez. Y si uno mira la lista al Senado del MPP, tuvo a dos mujeres que no eran del sector en los primeros lugares, Rodríguez y Cristina Lustemberg. Y eso teniendo mujeres en el MPP para la lista, pero era una búsqueda de ampliar la base, lo que para Mujica estuvo permanentemente presente.
¿Mujica incidió en la designación de Mario Bergara como candidato a la Intendencia con el apoyo del MPP?
Sin duda, fue otra de las jugadas, con el resto de los dirigentes. No fue solo Mujica, pero tuvo una incidencia importante con ese armado donde Mario Bergara baja su precandidatura presidencial en las internas, con el acuerdo de cara a la elección departamental de Montevideo. Yo diría que tuvo influencia en una serie de decisiones cruciales del último tiempo que a veces no se visualizan. Desde Fernando Pereira como presidente del Frente Amplio, Bergara como candidato a intendente, y sin duda Yamandú Orsi como candidato presidencial. Eso fue toda una serie de decisiones que tomó el MPP, pero Mujica fue un gran articulador y tejedor de esos acuerdos.
¿Cómo queda el MPP frente a la situación de que pierde a su líder y al hombre al que iban a consultar cuando tenían algún problema?
Creo que podemos ver dos cosas. La primera es que no es lo mismo hoy que hace cinco años. Es decir, la muerte de Mujica se da con un gobierno del Frente Amplio que superó algo que tenía medio atravesado, y era que cada vez que el MPP participaba en una elección sin su presencia, terminaba perdiendo. Ya fueran internas de autoridades del Frente Amplio, o elecciones internas para las presidenciales o a la Intendencia de Montevideo. Todo eso lo fue superando porque el MPP logró que sin Mujica como candidato Orsi ganara la interna y terminara como presidente. También que la 609 fuera la lista más votada del Senado y además con un crecimiento importante. Pero quien todavía tiene un rol considerable por jugar es Lucía Topolansky. Muchas veces quedaba un poco sumida detrás de la figura de Mujica, pero ella también tiene un peso relevante en las decisiones, es decir, el MPP no queda totalmente huérfano.
O sea que hubo un proceso previsto para cuando Mujica ya no estuviera.
Claramente, hubo un proceso de los últimos 10, 15 años, realizado por él mismo para cuando ya no estuviera. Y esa construcción implicó el desarrollo de figuras nuevas, algunas más conocidas y otras menos. Si uno mira hoy cómo se fueron armando las listas al Senado y Diputados en los últimos años, se ve que hubo un pienso detrás en cómo esa articulación significaba el posicionamiento de figuras. Por ejemplo, hoy podemos hablar de Yamandú Orsi, de Alejandro Pacha Sánchez, como figuras súper relevantes en el MPP y en el Frente Amplio, y hace 5 o 10 años no estaban en ese lugar. Y si se mira todo el elenco del MPP se puede visualizar como generaciones: los que están en el entorno de los 60 años, como Cecilia Cairo, Lucía Etcheverry o el propio Yamandú Orsi; o en el entorno de los 50 o por debajo de los 50, donde aparecen el Pacha Sánchez, Caggiani y Sebastián Valdomir. En los sub-40, aparece Betiana Díaz, que ya es senadora o Camilo Cejas (que tiene un peso importante en el MPP y es asesor de Orsi). Es decir, hay una construcción que se visualiza que fue armada para la época del MPP post-Mujica y que además arranca con el gobierno actual, lo que no es nada menor.
¿Ahora Lucía Topolansky puede tener un rol un poco más activo dentro del MPP?
Creo que sí, que va a ser activo, no en un cargo, sino más desde el punto de vista de consulta, de referencia, pero no con un ámbito de decisión permanente, sino más estratégico, más pensando en decisiones importantes. No en cuestiones permanentes ni de estar en la cotidiana, pero sí en las decisiones relevantes como persona de consulta. Sin duda.
¿Considera que dentro del MPP puede llegar a surgir un nuevo liderazgo?
Eso es parte del proceso que le toca por delante al grupo político. Claramente, hay liderazgos que se han ido formando, o liderazgos sustitutos que están dentro de todos estos nombres que hablamos. Lo que termina definiendo el liderazgo final, lo que termina siendo un liderazgo, pasa por el proceso que se viene hacia adelante, es decir, cómo se desarrolla el gobierno.
Pero, sobre todo, el liderazgo se trata de cómo es visualizado por sus pares y por la ciudadanía. Hay varios nombres en la vuelta con cargos jerárquicos en el propio MPP, en el Poder Ejecutivo o Legislativo, y de ahí va a surgir un poco ese nuevo liderazgo. Puede ser una cuestión de transición más colectiva, y no hay que confundir tampoco lo que es el liderazgo con lo que son las candidaturas. Una cosa es la posibilidad de una candidatura del MPP en 2029; otra es el liderazgo, y a veces confluyen. Es decir, puede darse también la confluencia de un liderazgo y una candidatura. Pero va a ser importante cómo se va desarrollando este período de gobierno de cara a la conformación del MPP post-Mujica.