El presidente de Ansepa comentó los desafíos del sector. En Uruguay, la papa tiene un importante “grado cultural”, aún así enfrenta desafíos importantes que no impiden a los productores participar de programas solidarios.
El cultivo de papas tuvo un otoño bastante bueno desde el punto de vista de las temperaturas y los registros hídricos, lo que se traduce en que el producto llegue a término en su fin de ciclo, dijo a La Mañana el Ing. Agr. Fernando Mietto, presidente de Ansepa, la Asociación Nacional de Semilleristas de Papa, que nuclea más del 85% de la producción nacional. “Podemos decir que el sector productivo está preparado para abastecer el mercado local sin problemas”, agregó.
La papa se produce a cielo abierto, y por eso “es un sector que permanentemente está sometido a los cambios que el clima nos va presentando”, entre esos cambios el frío y el calor. “Una de las cosas que nos ha afectado más en este último tiempo son las olas de calor. El calor, junto con el déficit hídrico, las secas, han sido elementos que han hecho que el sector deba buscar soluciones”, debiendo “monitorear esos fenómenos, tratando de incidir para que la fisiología de los cultivos reaccione de una mejor manera frente esos efectos”. Por tanto, “es un sector que viene creciendo en la incorporación de tecnología”.
Entre esas tecnologías se encuentra el riego, porque el 90% del área se riega bajo sistemas por goteo, “haciendo un uso eficiente del agua y apuntando a la mayor productividad y calidad posible en los ciclos de cultivo”.
La estructura de costos es alta
En ese momento se está iniciando la cosecha de la papa que fue sembrada en febrero, lo que genera “el mayor volumen de papas producidas en Uruguay”; la próxima siembra será en julio, agosto y setiembre, para poder cosechar en noviembre.
La cosecha actual recién comienza, por lo que “las evaluaciones que se puedan hacer son prematuras”, asimismo, dijo que “la calidad viene siendo muy buena y el rendimiento está en el promedio”, aunque hay algunas excepciones.
Consultado sobre los costos, dijo que “para la producción de alimentos en general, la estructura de costos es alta y con diferentes variables”. Una de esa variable es la producción, otra es el precio. “Somos tomadores de precios del mercado que se ajusta por oferta y demanda” y “muchas veces los resultados negativos”.
Llegar a un promedio positivo “no es fácil porque la estructura de costos cada vez es más alta, las necesidades como la incorporación de tecnología es real, esa tecnología existe, pero es cara. Hay que seguir apostando”, enfatizó.
Sobre el precio de la papa advirtió que el monto que paga el consumidor final en el supermercado o el puesto “no es el precio que recibe el productor. Hay una diferencia promedio de un 150% o 100% entre el valor que cobra el productor y lo que se paga” en el mostrador. “Esa diferencia queda en manos de diferentes intermediarios que también tienen la necesidad de marcar un margen porque su estructura de costos también es alta. La solo movilidad o tener un punto de distribución en Uruguay es caro. Somos pocos y los volúmenes tampoco son importantes y eso hace que se recargue la cadena de costos en el producto”.
“No es responsable del productor el valor del producto que se consume, que en este caso es papa, pero lo mismo pasa con todos los artículos de la granja o del alimento” de producción nacional. Es importante tenerlo presente porque siempre se apunta al primer eslabón de la cadena que somos los productores cuando en realidad hay una cadena de valor, y esa cadena de valor está compuesta por muchos actores y cuanto más actores, mayor la brecha ente lo que percibe el productor y lo que paga el consumidor. Quienes participa en esa cadena de intermediación también tienen costos que son altos”.
Los costos que más sobrecargan al productor son “los insumos”. En ese sentido, “la semilla tiene un costo con una incidencia muy importante, así como también los fertilizantes, la mano de obra, los combustibles. En definitiva, la estructura de costo total es pesada, pero la que tiene mayor incidencia hoy en nuestro sector es la semilla”, reiteró.
Caída del área sembrada
En los últimos quince años, el sector de la papa ha sufrido una “sensible caída del área, pasando de 12.000 hectáreas a 4000, y en esa bajada de área se dio una sustitución de productos”, reemplazándose lo natural por procesados, fundamentalmente congelados: “Bajó el área de producción de productos frescos y aumentó la importación de procesados”.
Sobre el número de productores, dijo que también descendió, pero “desde hace 10 años también existió una estabilidad; quizás todos esos productores ajustando hacia la baja en las áreas”. Así y todo, la papa sigue siendo fundamental en la mesa y en el consumo.
Sobre los productores, Mietto comentó que cada vez que se pierde un productor de granja “es muy difícil sustituirlo, casi imposible”. Algo que “no pasa con un comercio, que sí cierra porque en la otra esquina abre otro de la misma rama. Pero cuando un productor de la granja se va, es casi seguro que no haya otro nuevo que lo sustituya, por eso es tan importante cuidar el sistema, sobre todo en la granja que es donde surge el alimento que nos nutre a todos los uruguayos. En ese sentido podríamos hablar de la seguridad alimentaria, o de la soberanía alimentaria que tiene que ver con no depender de comprar un producto en el exterior para satisfacer las necesidades en la comunidad”.
La papa es el producto de mayor volumen de venta
Luego del cambio del gobierno, Ansepa se reunió, en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, con todas las áreas vinculadas con la producción de papas. Sobe ese encuentro, Mietto dijo que “fue una reunión espectacular” donde se aportaron todos los antecedentes de la asociación en trabajos conjuntos con el ministerio y otras instituciones en los últimos ocho años, quedando abiertos los canales de comunicación.
Agregó que la papa no participa en un plan de beneficio respecto al fondo de la granja, “pero tampoco lo hemos planteado”, aunque “sería muy bueno” poder participar, además de que “hay muchísimas cosas por hacer”.
La granja es un sector de mucha amplitud, por la cantidad de producciones que abarca, no solo hortalizas y frutas, también en la producción animal como las aves y los conejos. En medio de todo eso, “la papa es el producto de mayor volumen de venta en la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM), lo que permite entender la importancia que tiene en la dieta de todos los uruguayos. Es un cultivo que tiene un grado cultural muy fuerte”.
El Anuario Estadístico de la UAM, correspondiente a 2024, elaborado por el Observatorio Granjero, ubica a la papa como el producto de mayor oferta anual con 63.730 toneladas, seguida de las bananas (44.850), naranjas (27.462), mandarinas (25.021) y los boniatos (23.384), en una lista de unos cien productos.
Papas solidarias
Ante la llegada del inverno y la ola de frío que afecta a nuestro país, Ansepa lanzó el programa Papas Solidarias por el cual donará 60 toneladas de papas destinadas a fortalecer la alimentación de los grupos más vulnerables del país.
El Ing. Mietto dijo que dada la ola de frío se decidió lanzar la propuesta cuya distribución se articuló a través de Digegra (Dirección General de la Granja), INDA (Instituto Nacional de Alimentación) y las intendencias de Montevideo, Canelones y San José.
“En principio la donación es de 60.000 kilos de papa, que se distribuirán en esas instituciones”, considerando que INDA tiene alcance nacional, y la necesidad de fortalecer la zona metropolitana por haber ahí un mayor volumen de ciudadanos mayores en condiciones de vulnerabilidad”.
Esos 60.000 kilos se pueden traducir en 300.000 raciones de alimentos, “por lo que esto va a tener un impacto muy importante, en un momento crítico por las condiciones ambientales, en un segmento de la población que está necesitada”.
El 1º de julio se entregó la primera partida, y desde entonces se ha procedido cumplir con un calendario de entregas que se extenderá por lo menos hasta la tercera semana del mes.
“Por supuesto que esto significa un esfuerzo, pero cuando se traduce en el beneficio que tiene en quienes están en una situación más vulnerable, la verdad es que vale la pena”, comentó, agregó: “Desde Ansepa invitamos a otros sectores de la producción a que se animen a llevar adelante esta experiencia como la que estamos llevando adelante nosotros, porque las donaciones de verdad llegan a los lugares donde tienen que llegar, generando un impulso muy positivo en la población más vulnerable. Cuando más nos necesitan es cuando hay que estar”.