Así lo ven desde la Federación Rural, la cual ha insistido permanentemente en el daño que provoca sobre la economía de las empresas y del país. A continuación, los principales aspectos de la entrevista mantenida con el economista Milton Ramallo, asesor de la gremial rural.
¿Cómo ve el comportamiento del equipo económico para enfrentar el atraso cambiario?
La lectura que nosotros hacemos es que tanto las autoridades nacionales como del Banco Central están totalmente obnubiladas con el éxito que han tenido con la inflación. Es de lo único que hablan. Y es con lo único que se argumenta de por qué no se hace nada al respecto. Entienden que ese es el éxito logrado y solo ven eso. Nosotros ya hemos hablado con autoridades y planteado que este tema se está tornando muy complicado y no puede continuar así. Así que no vemos que se vaya a tomar algún tipo de medidas al respecto con el atraso cambiario. Para nosotros, ellos asumen que no existe. Incluso fue presentado el presidente del Banco Central en La Herradura durante los días pasados. El único planteo que se hizo al respecto es que la inflación iba a corregir en forma simétrica tanto transables como no transables. De ser eso así, el tipo de cambio tendría que corregir en torno al 5% por año, eso no está en los planes de Banco Central.
¿El país está en niveles históricamente bajos con respecto a la moneda nacional?
Sí. Nosotros hicimos un informe con respecto a la evolución de los últimos años. Más que nada poscrisis 2002, después que corrigió ese desajuste que hubo en la crisis financiera. A partir de esa corrección, nosotros tomamos 2010 en adelante, que fue cuando la paridad de las monedas tendió a estabilizarse y nos daba un cierto equilibrio año a año. No había una estabilidad lineal porque ya sabemos que hay temas como el déficit fiscal y desequilibrios internos que están todo el tiempo corrigiéndose, pero vimos que año a año esas correcciones se iban dando. Lo que pasó es que a partir del 2022, cuando se inició esta política de llevar la inflación a los niveles en que está actualmente, ahí sí fue acentuado el atraso cambiario, no solo muy por debajo de lo que venía siendo anteriormente, sino que nunca se corrigió.
Además, llama la atención lo largo que ha sido este período de desajuste, porque llevamos más de tres años con un dólar planchado totalmente en un único valor, ni siquiera con variaciones significativas de ningún tipo. Eso, la verdad, para nosotros es muy duro. No hay argumento posible que pueda justificar que estemos en esa situación. Entendemos que estamos en el peor momento de la relación de monedas y en el peor momento cuando hablamos de poder adquisitivo del sector agropecuario. Venimos de sequías grandes, de duros ajustes en las rentabilidades anteriores y ahora apenas está dando para corregir. Hay que entender que los ciclos agropecuarios son un poco más largos, no se pueden medir en un solo ejercicio. Necesitás mínimo tres ejercicios para equilibrar con lo malo que son los anteriores.
¿Cuánto pesa esto en términos reales en el bolsillo de los productores?
Para nosotros esto pesa por partida doble y siempre negativamente. Porque básicamente vos operás en moneda nacional, donde sigue su incremento de costos internos, mano de obra, insumos, costos de bienes importados y hay que entender que el dólar barato implica una inflación en dólares que vos estás absorbiendo. Porque el importador de los insumos corrige sus precios a la par de lo que pasa internamente. Es decir, no es que porque el dólar esté a $ 40 que tus productos importados siguen valiendo $ 100. El importador ajusta sus precios en dólares para corregir este desfasaje que el productor rural no puede cubrir. El productor vende a un precio que está fijado por el mercado. No puede aumentar un 5% para corregir el incremento de costos, de los insumos importados.
Además, tenés los costos internos que no los vas a poder cubrir porque los vas a tener que seguir pagando con mayor moneda extranjera. Acá estamos hablando que vos incrementás los costos solo para seguir funcionando. Otro punto tan grave como los anteriores es que tu poder adquisitivo como productor rural hoy se ha visto totalmente diezmado con respecto a lo que era anteriormente. Tenés que seguir viviendo, tenés que seguir consumiendo, tus ingresos están en dólares y necesitas más dólares para cubrir esos costos. Hablás con los productores y te dicen que la situación se está tornando complicada año a año.
¿Existe retracción a la inversión en el sector agropecuario por este tema?
Está claro que sí. Nosotros entendemos que acá hay dos razones. A veces en números es un poco difícil medirlo porque puede venir una inversión del extranjero o específica en algún rubro y entonces inversiones nuevas se mezclan sobre lo que está funcionando y es difícil medirlo. Si lo ves en números, la ecuación es bien sencilla. A vos te bajan los resultados por un tema de mayores costos y te bajan los ingresos porque el dinero que genera ese proceso productivo también te implica mayores dólares para tu diario vivir, por lo tanto, cuando querés hacer mejoras en el establecimiento cada año tenés menos disponible. Tenés que prever si este escenario de atraso cambiario va a continuar para adelante y eso hace que tengas que reservar mayor cantidad de dólares para tus costos. Entonces, lo primero que vas a poder cortar es la inversión. Si ves que esto sigue igual no podés correr riesgos de seguir invirtiendo donde el escenario es de mayores costos.
¿Qué sucede con las economías de las empresas exportadores teniendo presente este escenario de atraso cambiario?
Para tomar decisiones tenés que tomar un escenario de expectativas. Hoy en día no es positivo. Primero, del lado de las autoridades no se ve ningún tipo de medidas, porque desde el momento en que el problema no se reconoce como tal, eso implica que nadie va a implementar una solución. Entonces, tu escenario es de mayores costos y tenés que navegar esta realidad. Dependiendo de qué tipo de empresa sos, si es una empresa con espalda financiera lo manejás flotando hasta que pase este momento duro y podamos corregir. Eso afecta a las empresas grandes y a las empresas chicas. Las empresas grandes cuando hacen los números ven que el incremento de costos en moneda extranjera ha sido muy grande. En la reunión con el presidente del Banco Centra, el planteo de Loureiro de la CUTI, que actualmente está en la Confederación de Cámaras Empresariales, fue que el 95% es mano de obra. Eso implica que tus costos aumentan año a año linealmente con el incremento de los costos internos. Entonces, vos hacés un incremento de consejo de salarios de 6% o 7% y ese es un incremento de costos directo porque no lo podés licuar de ninguna manera. Ellos plantean que no pueden corregir precios porque sus clientes no aceptan corrección de precios.
¿Qué medidas toman para pararse frente a un mercado internacional cada vez más convulsionado por el aumento de algunos regímenes arancelarios?
Esto sí es un problema. Nosotros necesitamos, por un lado, un compromiso más fuerte a nivel de autoridades con el tema de los mercados. Tenemos que cuidar los mercados que tenemos. Yo no puedo andar por el mundo desinteresado de mi política comercial. Hay socios comerciales estratégicos que tenemos que cuidar. Este escenario donde se toman decisiones arancelarias en base a criterios personales de cada país o de cada presidente es complejo. Nosotros tenemos que cuidar nuestra matriz productiva y ese tiene que ser nuestro objetivo. Además, necesitamos más flexibilidad. Nosotros vemos mucha rigidez en temas como el atraso cambiario. Hay que tener mucho cuidado porque el mundo no es lo que era antes, cuando la estabilidad era un factor clave. Hoy en día eso no existe más. Tenemos que cuidar los tratados. Ahora estamos con el tratado Unión Europea-Mercosur lo cual es muy importante. Pero una cosa es que tenemos que hacer foco es que nosotros vendemos productos para diferenciarnos de mercados. No vendemos productos masivos como para colocar a gran escala. Nosotros necesitamos precios diferenciados porque son productos de calidad. Entonces, tenemos que apuntar a mercados que consuman esos productos de calidad.
¿Hay estimaciones sobre cuánto pierde el país por este concepto?
Para el sector cárnico hicimos un estudio sobre cuánto nos estaba pegando esta situación. Debemos aclarar que el desajuste de la moneda fue a nivel país y no internacional. O sea, nosotros iniciamos una política monetaria para que el dólar tenga el valor que tiene. Hicimos un estudio detallado de la cantidad faenada por los frigoríficos en base a ese volumen, que es lo que los productores colocan para exportar. Cuando llegabas al punto de equilibrio daba que el sector había puesto en dos años en el entorno de los mil millones de dólares.
¿A quién beneficia esta política del Banco Central?
Está claro que un dólar a $40 beneficia a todo lo que son las importaciones. La Cámara de Industria ya lo ha planteado en varias instancias. Esta política del dólar muy barato genera un exceso de consumo de importados. El caso de Temu es un claro ejemplo. Si comprás en Temu un producto que vale US$ 10, lo traes al país, ese valor es insignificante porque en términos de dólares vos seguís consumiendo a $ 40. El hecho de tener un dólar totalmente debilitado hace que el incentivo para consumir bienes del extranjero sea enorme. Porque en términos reales aumenta tu capacidad. Nosotros decimos que hay como una ilusión de riqueza porque estás consumiendo bienes del extranjero que siempre valen lo mismo. El récord de consumo se da en todos los bienes que son importados. Pero, además, se da un efecto riqueza porque dedicás menos de tus ingresos a consumir bienes importados. A nivel social nadie va a querer que suba el dólar porque todos en este país consumimos bienes importados. El asunto no es generar ese tipo de beneficios, sino un punto de equilibrio. Yo no puedo seguir generando incentivos de este nivel porque voy a tener problemas. Eso sin contar que para poder absorber esa cantidad de pesos, para poder hacer que quienes tienen ahorros no los vuelvan a los dólares, les tenés que pagar tasas muy altas como ha sucedido en los últimos años. Lo que nosotros venimos diciendo es: “Ojo porque este dólar a $ 40 está generando rentabilidades en dólares del 8%”.
Se dice que el sector financiero es uno de los beneficiados por el atraso cambiario. ¿Es así?
Acá los números hablan solos. Es decir, los últimos datos del sector financiero es que las rentabilidades han sido enormes en el último año. Los números dan que tanto los bancos como el sector financiero en general han aumentado ampliamente sus rentabilidades. Esto tiene sentido, es decir, una cosa esta vinculada a la otra. Los mil millones de dólares que hoy en día pone el Banco Central como costo de colocación de todas esas letras que tiene a 8% y 10%, alguien se los lleva. Es una transferencia del sector productivo con el esfuerzo que ya sabemos que implica y con los riesgos que se asumen en la producción. ¿Por qué se da una transferencia de recursos? Por la sencilla razón de que si yo, productor, tengo que vender mis dólares a $ 40 y tengo que poner cada vez más dólares para cubrir mis gastos y del otro lado tenés al sector financiero que cada vez recibe más dólares por las tasas que se pagan y por mantener el precio del dólar congelado, vos estás haciendo una transferencia de recursos.
¿Y ese beneficio queda en el país o se va hacia el exterior?
Si bien no hay un solo resultado, gran parte se va al exterior. Lo que más molesta directamente es que los fondos del exterior que vienen a buscar esa rentabilidad en pesos luego se van. Volvemos a lo mismo, entran a $ 40 y se van a $ 40. Esto no puede seguir siendo así porque el dinero se está yendo del país. Vos estás endeudando a un Banco Central y a un sector productivo. Endeudando a un país, no por generar rentabilidad financiera, que no es el fin, pero indirectamente lo estás haciendo.





















































