Licenciada de la Escuela Universitaria de Música en piano y profesora superior de clavecín egresada del Conservatorio Superior de Música de Zaragoza (España), Nives Dearmas, como solista, ha ofrecido recitales en Europa y en Estados Unidos. Es docente de Piano Clásico en EMA-Audem. Como integrante del Dúo Dearmas de claves, que forma desde el año 2000 con su hermana, la clavecinista Laura Dearmas, viene realizando una labor de difusión del repertorio para clave para esta formación, tanto en el estilo barroco como en música contemporánea latinoamericana y nacional.
Empecemos por tu última presentación artística. Esta vez con la Filarmónica de Montevideo en Harmonía planetaria junto a su creador y director, Gastón Gerónimo en el Planetario de Montevideo. ¿Cómo viviste esta experiencia inmersiva con poesía, proyecciones, actuación y música de los siglos XVII y XVIII?
La viví como una oportunidad al formar parte de un espectáculo multidisciplinario, donde la música no es el “foco”, sino el medio para que varias expresiones ocurran: la declamación, la proyección de imágenes, en conjunción con una música inspiradora que nos lleva a unir una historia contada supuestamente para niños, pero que a los grandes los hace soñar. La voz declamada de Juan Antonio Saraví junto a la exquisita voz cantada de Sofía Rauss, fueron el marco de un espectáculo del que, lamentablemente, muchos quedaron sin poder disfrutar, con entradas agotadas desde los primeros días de puestas a la venta.
¿Qué lugar tiene la música barroca hoy día?
La música barroca, denominada “música de los afectos”,parte de “la doctrina de los afectos”, que se fundamenta en la filosofía antigua y en la retórica, buscando representar musicalmente las emociones humanas (amor, alegría, tristeza, ira, etcétera), teoría estética que nace en el período barroco. Cada período musical nos lleva a conectarnos con nuestras emociones y los sentimientos humanos trascienden en el tiempo, conservando siempre su vigencia.
¿Cuál fue tu sensación como intérprete?
Lejos de experimentarlo como una rutina de trabajo, luego de ensayos y de función tras función, cada espectáculo fue una emoción diferente, en los que descubría siempre un aspecto que en la función anterior se me había pasado por alto.
¿Cómo lo sentiste en el público?
Remitiéndome a lo dicho con respecto al objetivo de la música, que es emocionar, despertar lo más íntimo de cada ser, me intereso mucho en cada espectáculo que realizo por la opinión del público joven y por el no conocedor, porque a ellos les llega la música de otra manera que aquel público que ya tiene una formación, del que también buscamos su opinión crítica para superarnos, claro. Pero volviendo a la pregunta, en este caso los niños con sus padres, público que quizá no concurre habitualmente a un concierto, quedaron fascinados en esta presentación, donde la música iba permitiendo pasar por diferentes estados, jugando con las emociones, pasando de la contemplación expresada en el aria Piangero la sorte mia, a la furia de Marte representada por la obertura de Zoroastre, de Jean-Philippe Rameau, y la alegría a todo dar de Quando voglio, con un vezzo, de Antonio Sartorio.
¿Crees que la música barroca puede fusionarse con la tecnología actual?
Todo elemento que se pueda poner al servicio del arte para dimensionarlo y potenciarlo es muy bien recibido. En este caso la ciencia de la astronomía, a través de su tecnología, logró una articulación perfecta entre las imágenes de los “cuerpos celestes” la historia recreada por la voz del narrador y la música de carácter descriptivo que se fusionó en armonía absoluta.
¿Cuál es el encanto de esas sonoridades?
Cada estilo tiene un lenguaje y por lo tanto un “decir” diferente, el cual es muy definido y fácil de identificar por el oído conocedor. La estética de las sonoridades del barroco varía de acuerdo con qué período del barroco se trate. Recordemos que se habla de tres etapas: primer barroco o barroco temprano, que se caracteriza por la transición de la polifonía renacentista a un nuevo estilo más dramático y emocional; el barroco pleno, donde surgieron las formas musicales como la suite, la sonata y géneros vocales como la ópera; y el barroco tardío, que llevó al desarrollo de todas las formas anteriores. Pero también encontramos diferentes encantos en las sonoridades de acuerdo con las regiones y sus compositores, y ni decir cuando hablamos de la música anterior al barroco… ¡es un mundo de música!
¿El uso de los instrumentos de época es un plus para el público?
Las diferentes sonoridades que se perciben no dependen solo de los instrumentos de época que podamos tener a disposición, antiguos o modernos, sino de su forma de ejecución: ya sea al pulsar la tecla, frotar el arco o a través del soplo en el caso de los instrumentos de viento. Las acentuaciones y articulaciones que se realizan al hacer una lectura adecuada del texto musical producen un tipo de sonido más liviano y ágil, propio del estilo. Los instrumentos de época como el clave, laúd, archilaúd, guitarra barroca, violines barrocos, etcétera, son naturalmente creados con ciertas características de construcción que se adaptan naturalmente a este lenguaje musical. En el caso de Harmonía planetaria la sonoridad tan particular del clave, el archilaúd y la guitarra barroca, en sus funciones de continuo, le brindó al programa una sonoridad barroca inconfundible, pero la dirección de Gastón Gerónimo y su trabajo con las cuerdas y vientos, de acuerdo con los lineamientos del estilo, hizo que sonáramos casi como una orquesta que usa instrumentos de época.
¿Cómo reacciona la gente joven?
Basta con remitirnos a los comentarios del público joven y de los niños al salir, que manifestaban con entusiasmo el gusto por el espectáculo, y no faltaron quienes vinieron hasta nosotros a ver de cerca los instrumentos que llamaron su atención, como el caso del clave y el archilaúd, situación que se repite generalmente luego de cada concierto, por la curiosidad e interés que despiertan en el oyente.
¿Prefieres ser solista o tocar en agrupaciones pequeñas, dúos, tríos, orquestas de cámara?
Desde mi formación como pianista me he desarrollado como solista y luego, al continuar, mis estudios de clave en el extranjero también se enfocaron al repertorio solístico. De todos modos, disfruto muchísimo de trabajar con agrupaciones, desde dúos hasta pequeños grupos de cámara. De hecho, formo parte del Dúo Dearmas con mi hermana Laura, con quien periódicamente ofrecemos recitales, además de representar al Uruguay en el extranjero difundiendo música barroca, nacional y latinoamericana contemporánea, original para dos claves.
Háblanos de tus instrumentos. ¿Cuáles tienes?
Poseo un piano vertical marca Schiedmayer, que fue el que nos acompañó a Laura y a mí en toda nuestra carrera, y un clave de un manual, que fue de propiedad del constructor inglés Trevor Beckerleg, quien vivió más de 10 años en el Uruguay, y a quien le debemos gran parte del desarrollo del clave en nuestro país.
¿Quién los afina? ¿Cómo los cuidas?
En el caso del piano lo hacen los técnicos en pianos, pero en el caso del clave, cada clavecinista tiene que saber afinar su clave, o aquel que tenga disponible para tocar, ya que es un instrumento que hay que afinar casi a diario. Son instrumentos muy sensibles a los cambios de temperatura, por ser todos de madera, tanto su estructura como la tabla armónica donde se extienden las cuerdas. Cada instrumentista debe tener un mínimo de implementos para poder hacer el mantenimiento básico, como es el cambio de púas, o de cuerdas. Claro que cuando hay que reparar o ajustar el mecanismo, se recurre a un técnico. En el Uruguay solo una persona se ha dedicado a aprender la luthería en claves: el clarinetista Mario Piro, quien ha trabajado años junto a Trevor, ayudándolo primero y luego construyendo claves junto a él.
¿Tienes una rutina de horas dedicadas al ensayo?
Tengo una rutina diaria de estudio, la que me gustaría que fuera de mayor cantidad de horas, pero me es imposible por el tiempo que dedico a la docencia y a otras actividades personales.
¿Cuál es tu repertorio predilecto hoy en día? ¿Qué obras son infaltables en un concierto de Nives Dearmas?
Siempre he inclinado mi gusto por el barroco alemán y, por supuesto, por Johan Sebastian Bach, sus antecesores, como Dietrich Buxtehude, maestro de Bach y otros contemporáneos, los que se destacan por el lenguaje de la polifonía. Pero el internarme en otros períodos del barroco, conocer compositores del barroco francés, italiano e incluso los virginalistas ingleses, ha despertado mi interés, tanto en música para clave como en música de cámara.
¿Qué presentaciones han sido las más singulares?
Es una pregunta difícil de responder, ya que la singularidad se puede relacionar con aspectos diferentes: ya sea por la importancia de la obra que haya tenido la invitación de interpretar, o por haber compartido escena con queridos maestros, con músicos extranjeros, con queridos y prestigiosos colegas del medio, o bien destacado en mi recuerdo por haber representado a Uruguay fuera de mi país, como los programas realizados con el Dúo Dearmas, o los conciertos de mi graduación en Zaragoza, España, que nunca olvidaré aunque ya pasaron muchos años.
¿Cuántos conciertos preparas al año?
No puedo establecer una cantidad específica de conciertos por año, depende de muchos factores. Ser músico independiente en nuestro país es un trabajo que extralimita a la preparación de programas, y a su estudio. Comencé mi vida profesional en la época en que año a año me invitaban directamente para ofrecer recitales o conformar programas, épocas en que las salas de concierto ofrecían ciclos de cámara; Departamento de Cultura del Instituto Anglo, Ciclo de Cámara del Sodre en el Auditorio Nelly Goitiño, Ciclo de la Universidad Católica del Uruguay, Ciclo de la Fundación Mozarteum –con quienes trabajé varios años consecutivos–, Ciclo de Conciertos del MEC en la Vaz Ferreira. Se recibía la invitación directamente de los directores de cada ciclo para conformar cada temporada.
Éramos atendidos directamente por directores de todas las instituciones culturales y por agregados culturales de las embajadas, que estaban siempre dispuestos a apoyar uno u otro proyecto, que incluyeran artistas de los distintos países de origen.
Nada de eso es posible en este Uruguay de hoy. Los ciclos de cámara se reducen a dos o tres, debemos presentar proyectos, que son evaluados por un tribunal pese a la trayectoria que se tenga. Los músicos debemos ser productores de nuestros propios espectáculos, debemos encargarnos de la difusión, manejar redes sociales, producir flyers, videoclips y ser gestores sin habernos preparado para ello, tareas necesarias para que nuestros espectáculos sean visualizados por el público, ya que no existe prensa, crítica ni medios interesados en difundir conciertos de música erudita, fuera de los que involucran a los grandes espectáculos de los cuerpos estables del Sodre y Teatro Solís. Felizmente, en el ambiente de los músicos que desarrollamos el estilo barroco, estamos muy conectados y nos apoyamos mutuamente, teniendo mucha flexibilidad a la hora de conformar distintas agrupaciones.
¿Qué organismos o instituciones te han convocado dentro y fuera del país?
Orquesta del Sodre, Filarmónica de Montevideo y, en cuanto a los ciclos de cámara, he realizado conciertos con el Conjunto de Cámara del Sodre y formado parte del Ciclo de Cámara de la Vaz Ferreira. En cuanto a ser convocada fuera del país, tengo un vínculo frecuente con colegas de música barroca en Brasil, mayormente en Porto Alegre y a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, el Dúo Dearmas ha sido invitado a través de las embajadas de Uruguay en distintas partes del mundo a presentar programas que tengan como objetivo la difusión de la música uruguaya y latinoamericana.
¿Qué distinciones o premios has recibido?
Una relevante fue la recibida por el CD Concierto del Plata, que el Dúo Dearmas grabó junto al guitarrista Daniel Wolff en el año 2011, siendo nominado a los Premios Acorianos de Música en Porto Alegre.
Quisiera destacar que este año he tenido la distinción de ser premiada por Fonam e Ibermúsicas para presentar un programa homenaje a la compositora Beatriz Lockhart, a 10 años de su fallecimiento, que se dio en llamar Identidad migrante. Estas premiaciones me llevan a la presentación de tres conciertos en Uruguay junto al Cuarteto Tosar y al pianista Javier Toledo, en el Museo de San José, el Teatro Politeama de Canelones y la Sala Verdi en Montevideo. Por Ibermúsicas tendré el privilegio de realizar dos conciertos en España: Espacio Cultural Byres en Barcelona y Universidad Autónoma de Madrid, junto a la musicóloga Adriana Santos Melgarejo, y las uruguayas residentes en España Natalia Cabrera y Lucía Castellanos.
¿Cómo fue tu formación? ¿Con qué método diste tus primeros pasos? ¿Quiénes fueron tus referentes? ¿Cómo llegó el gusto por el barroco y por el clavecín en especial? ¿Cómo eras como alumna?
Comencé muy pequeña a estudiar piano, junto a Laura, con una profesora que daba clases en la misma cuadra donde vivía en mi casa de Aires Puros. Era una fiesta la casa, reunía a casi todos los niños del barrio y las clases se convertían en un juego. Poco tiempo después pasamos a estudiar con el profesor Baranda Reyes en su vieja casona de la antes avenida Agraciada. También fui muy feliz estudiando, rodeada de otros compañeros; mientras un grupo tomaba clase de solfeo, íbamos pasando de a uno a tomar clases con el maestro Baranda. Nos escuchábamos mutuamente, y los más grandes nos servían de inspiración y ejemplo a los que recién estábamos en los comienzos. Fui siempre una alumna aplicada, muy estudiosa y con un excelente oído musical.
Baranda ya estaba muy mayor en mis comienzos y al poco tiempo nos fuimos a estudiar con quien ha sido desde siempre mi referente como docente y pianista; Raquel Boldorini. Encontré en su formación la conjunción perfecta entre la solidez técnica y una exquisita interpretación. Terminé la Escuela Universitaria de Música bajo su dirección y ese año el maestro Eduardo Gilardoni me invitó a conocer el clave que el Instituto Anglo comprara para llevar adelante el curso de clave.
En ese momento no era consciente de que esa invitación daría un giro a mi vida musical. Fue tal el descubrimiento y lo identificada que me sentí con su sonido, y con la liviandad de su “toque” que al poco tiempo de haber culminado mi licenciatura en piano comencé el curso de clave. Fue luego de un tiempo que tuve la oportunidad de conocer al maestro José Luis González Uriol, organista y clavecinista, catedrático de la Universidad de Zaragoza, quien me ofreció una beca completa para realizar estudios en la Universidad, obteniendo la graduación de profesor superior de clave, poniéndome de esta manera en contacto con la fuente de conocimientos de la técnica e interpretación del instrumento.
Al regresar a Uruguay fueron muchas las puertas que se me abrieron a partir de mi nueva orientación musical y comencé una permanente vinculación con maestros de Brasil y principalmente con el profesor Edmundo Hora, catedrático de Unicamp, a través de Laura, quien estaba asistiendo a sus cursos. El maestro Hora ha sido y sigue siendo, en alguna medida, mi referente musical en el clave, quien hizo que profundizara en su repertorio y le diera a la interpretación otro significado, fundamentando cada nuevo enfoque interpretativo, con documentación extraída de las fuentes de los tratados de la época.
Además de tu hermana, ¿había más músicos en la familia?
No provenimos de una familia de músicos, pero mi madre siempre se esforzó para que nosotras pudiéramos desarrollar nuestros estudios musicales.
¿En qué te cambió (o no) vivir en el exterior?
Como estudiante hice muchas observaciones; no solo reconocer que es un mundo tan diferente, donde encontramos estímulos permanentes para continuar, llegar a cumplir objetivos, estimulados por las oportunidades que se abren, pero además por la cantidad de estudiantes que, como uno, están cumpliendo con sus proyectos de vida. Pero por otro lado… algo que sigo observando aún ahora es que cuando el profesional en Uruguay alcanza un nivel, se esfuerza y se va del país a desarrollar su profesión está a la altura o se pone a la par en poco tiempo, y eso hace experimentar una gran satisfacción.
Hablemos de tu rol docente. ¿Cómo eres como docente?
Esa pregunta deben responderla los alumnos, pero hay un indicador que lo marca y es que muchas veces los chicos dejan de estudiar, por muchos motivos, pero luego de varios años quieren retomar o, si no lo hacen, quieren de alguna manera seguir vinculados conmigo.
¿A qué niveles aplicas tu docencia?
A todos los niveles, niños, adolescentes y adultos. Considero que es muy distinto y estimulante trabajar con cada franja etaria y que cada una aporta un nuevo desafío tanto en lo vincular como en la fase académica.
Es sabida la importancia que tiene el aprendizaje de la música para el desarrollo intelectual del niño además de que se va formando desde sus emociones trasmitiéndolas a través del instrumento. Para el adolescente es riquísima la experiencia, precisamente por lo dicho antes y el poder desarrollarlo en un momento en que la sensibilidad está replegada hacia su ser interno. Para el adulto es un desafío enfrentarse con un nuevo factor de aprendizaje y los logros se valoran y se hacen conscientes.
¿Qué es lo que tratas de encontrar o bucear en un alumno?
Que disfruten lo que hacen, que la música sea un medio para canalizar su expresión, además de lo que proporciona a nivel intelectual y los beneficios que se logran a nivel psicomotriz.
¿Los dejas improvisar y jugar o eres estricta con la disciplina que implica el ejercicio de una profesión?
Todos damos lo que recibimos, y podemos dar aquello que aprendimos y de la manera que lo hicimos… a veces me gustaría haber podido trabajar con la improvisación, o a través del juego… pero mi enseñanza es académica y quiero que el alumno pueda reproducir lo más fidedignamente posible la obra de arte que tiene “entre sus manos”. Aunque también intento ser flexible con las formas de enseñanza a cada alumno, a sus objetivos, su carga horaria en relación con sus obligaciones y a sus edades.
¿Qué método utilizas?
No puedo definirme el seguir un método de enseñanza. En base a los referentes musicales mencionados, respondería que mi forma de enseñar el piano se basa en la escuela francesa, que resalta el trabajo del sonido más allá de una técnica perfecta, por eso desde los comienzos al estudiante le hablo de frase musical, de articulaciones dentro de cada frase y de cada motivo, todo tiene un sentido, cada nota vale un decir diferente; igual que la palabra.
Enseñar la interpretación de una obra para clave no es muy distinto. Es que la música es un lenguaje y tenemos que hacer una lectura inteligente de lo que el compositor está queriendo decir con su texto musical, para poder extraer el significado y eso que llegue al oyente; ahí es que podemos decir que somos artistas.
¿Hay más o menos docentes de música?
El área docente referente al piano se ha reducido y se sigue reduciendo cada vez más. Un motivo es el que expuse anteriormente, al no brindarle al joven oportunidades para ejercer, no hay quien tome un camino al que no se le ve futuro.
Pero lo que quisiera destacar es que no podemos pretender tener docentes con alta formación si nuestro principal organismo, que es la Universidad, no cuenta con docentes de piano de alto nivel formativo en la cátedra de piano… y con respecto a la música barroca mucho intentamos abrir un departamento de música antigua en la Universidad, y no logramos interesar a las distintas direcciones. La antes Escuela Universitaria de Música convertida hoy en Instituto de Música dentro de la Escuela de Artes, a mi modo de ver, ha diversificado su objetivo, y lo que antes fue formar instrumentistas con el más alto nivel hoy tiene muchas carencias.
¿Cómo ha sido tu labor docente en la EUM?
Durante varios años consecutivos dicté cursos de educación permanente en la EUM a estudiantes de piano, en un proyecto que titulé “El discurso musical”, resaltando justamente lo que acabo de describir con respecto a la lectura de un texto, basándome en la observación de que, a pesar de la diferencia de mecanismo entre el piano y el clave, lo importante es lo que puedo extraer de él mediante mi interpretación.
Los profesores que se interesan en acercarse a acompañar a sus alumnos escuchan con interés las transformaciones logradas a partir de una misma obra barroca interpretada al piano y luego haciéndolo en el clave.
¿Sirven los tutoriales?
Los tutoriales solo son una aproximación facilitada para conocer lo básico de una melodía puntual.
¿Qué le aconsejarías a un alumno que quiere ser un profesional del piano, por ejemplo?
Varios aspectos: primero, que en la profesión que quiera abrazar en la vida, realice su objetivo con dedicación y perseverancia, sin bajar los brazos en el primer obstáculo que se le presente. Que piense, que al igual que cualquier otra carrera, la música es una profesión que se llega dedicando horas y horas de estudio sobre el instrumento. En el caso de querer ser pianista, que tenga la certeza de que si es ese su anhelo y en ello pone su empeño lo logrará, aunque esté en un país que no tiene las mejores condiciones para su desarrollo.
Hablemos de Audem y de la EMA. La Asociación Uruguaya de Músicos es una Institución civil sin fines de lucro, fundada el 1º de abril de 1938, cuenta con personería jurídica, nuclea a más de 5000 socios de todos los estilos musicales. La Escuela de Música es privada y la Dirección actual está a cargo del Lic. Sergio Navatta. ¿Cuál ha sido tu experiencia docente de la EMA-Audem? ¿Cómo ves el interés de los músicos por profesionalizarse?
Comencé a trabajar como docente de Audem en el año 2017. Siempre acostumbrada a ejercer la docencia de forma particular, me adapté muy fácilmente, ya que me siento totalmente libre de manejar mi espacio de clase.
¿Se acercan para aprender o para tener un apoyo en cuanto a presentaciones, actuaciones, trabajar en colectivo, etcétera? ¿Qué les da la institución? ¿Como docente cuáles son las fortalezas y las debilidades, según tu criterio?
Audem ofrece propuestas de formación muy interesantes, pero los estudiantes encuentro que solo toman una parte muy reducida, porque la falta de dedicación es el problema. La diversidad de actividades que en general abarca el estudiante, el querer obtener resultados sin destinar las horas necesarias, la falta de consecuencia, son factores limitantes para su desarrollo. Audem ha pasado por varias etapas y últimamente, desde que asumió la presidencia la Lic. Adriana Santos, ha experimentado una gran transformación, tanto en la parte edilicia como en la cantidad de actividades que organiza, la mayoría con intervención gratuita para sus estudiantes, como festivales, master classes, conciertos con grupo de músicos de diferentes partes del mundo. Así es como el fin de semana del 26 y 27 de julio estará el pianista Enrique Graf ofreciendo una master class y próximamente se viene la séptima edición del Encuentro Internacional de Saxofones.
En el año 2023 creamos el Departamento de Música Antigua junto al clavecinista Álvaro Cabrera Barriola, a partir de lo cual hemos realizado conciertos, organizado de master class de maestros extranjeros, de distintos instrumentos de viento, cuerda y canto barroco.
Para finalizar, hablemos de tus proyectos inmediatos y a mediano y largo plazo.
Este año ha sido un año de realizaciones, como ya lo expresé, con los dos premios otorgados por Fonam e Ibermúsicas, con el que tendré la oportunidad de llevar a España la música de una de las compositoras más relevantes de los últimos tiempos, como es Beatriz Lockhart.
Por otra parte, estoy integrando la comisión organizadora junto a destacados colegas, de la Temporada de Cámara Eduardo Gilardoni, que tiene lugar desde el mes de mayo en el Teatro Millington Drake del Anglo. Luego del concierto homenaje en el mes de mayo, cada mes tenemos un concierto de cámara y el 16 de setiembre estaré ofreciendo un programa dedicado a los distintos períodos del barroco.
Pero este año se va a dar algo sumamente importante en el mes de octubre, de lo cual formaré parte, y son los conciertos de inauguración del órgano de Salto, instrumento donado por Mario D’Amico Holzmann, quien en este momento ha venido a Uruguay a trabajar en el armado y entonación de sus registros.
Ya en el mes de noviembre del año pasado, también por donación del maestro Mario D’Amico, llegaron dos claves a los departamentos de Salto y Paysandú y el Dúo Dearmas fue invitado a inaugurarlos. Este movimiento, iniciado por la generosidad de Mario, es sumamente importante, puede llegar a crear un espacio cultural entorno a los instrumentos barrocos de tecla, órgano y claves en el norte de nuestro país, donde ya se ha despertado mucho interés en profesores y estudiantes en los departamentos de Paysandú y Salto.
¿Dónde te gustaría tocar que aún no lo hayas hecho? ¿Con quién?
Disfruté mucho los años que con Laura fuimos parte de festivales en Brasil y siempre quise formar parte de la programación de festivales barrocos en distintos países. Me parece muy rica la experiencia de compartir e intercambiar con otros músicos de distintos países.
¿Y si pudieras trasladarte en el espacio-tiempo?
En este momento de mi vida, que pienso en el futuro principalmente de las generaciones futuras, sin duda que algo que me parecería un enorme aporte cultural, a nivel de las instituciones que representan la música en nuestro país, sería la creación de una orquesta de cámara barroca para poder desarrollar conciertos de clave y orquesta y un enorme repertorio de cámara, trabajado desde el punto de vista de la estética del barroco. Hay gente preparada para llevar adelante este proyecto y pienso que hay que brindar nuevas propuestas musicales, ya que hemos podido experimentar cómo el público las aprecia.