Alejo Umpiérrez intendente de Rocha conversó con La Mañana sobre los impactos que tuvo la pandemia en el departamento y detalló que el sector turístico se vio fuertemente afectado. Por otra parte, adelantó que aspira a profundizar el proceso de descentralización de modo que los municipios tengan mayor autonomía.
¿Cómo es la realidad actual del departamento?
Recibimos un departamento con un fuerte déficit de infraestructura –si bien en una mejoría relativa al pasado– básicamente en la zona costera. Ello limita las posibilidades de desarrollo turístico y queremos actuar fuertemente en esa zona. Lamentablemente, fracasó un fideicomiso que iba a dedicar US$ 10 millones de inversión a la costa para mejorar esa infraestructura y eso nos ha complicado el manejo de obras hacia el futuro.
El departamento viene con una deuda de US$ 5.976.000, que está controlada porque está financiada en su pago futuro, pero hay que cumplir con ello. La recaudación tuvo alguna mella por la pandemia, si bien logramos compensar con un plan de amnistía tributaria que acercó a caja a varios miles de contribuyentes que estaban fuera de circuito. Hoy se está empezando a desarrollar una estrategia de trabajo del nuevo gobierno al haber aprobado el Presupuesto y estar desarrollando un plan de obras propio.
¿Qué impactos tuvo la pandemia en Rocha?
La pandemia tuvo las consecuencias que tuvo en todo el territorio nacional: una retracción de la vida social, un impacto psicológico en mucha gente, especialmente en los mayores, que quedaron en una situación de aislamiento muy grande. En términos municipales impactó mucho porque la Intendencia estuvo cuatro meses con sus puertas cerradas, sus cuadrillas de trabajo de obras muchas veces se vieron impedidas de salir y trabajar porque saltaban casos, y eso implicaba la cuarentena de todo un equipo. El impacto ha sido un retraso en el esquema de obras general que recién el 1º de agosto retomamos con normalidad.
¿Qué efectos tuvo en materia económica?
Hubo una pérdida de recaudación, en contribución urbana y rural hubo una baja importante, si bien se compensó con el plan de amnistía tributaria. De todas maneras, los números están equilibrados.
Rocha es un departamento dependiente del turismo y pegó muy fuerte en esa área, aunque en menor cuantía que en Maldonado, que depende mucho del turismo extranjero. En Rocha hubo posibilidades de turismo local, que relativizó el impacto, pero el Chuy sufrió un efecto muy fuerte en la economía fronteriza.
En la economía de Rocha predominan la ganadería y la agricultura, y existe un gran desarrollo de la pesca. ¿Cómo es la situación actual del rubro agropecuario?
El sector agropecuario ha mantenido en pie la economía nacional y ha permitido sostener la cadena de trabajo. Mejoraron los precios de la carne, del arroz; la coyuntura de precios nos ha permitido tener un alivio. Hay una mayor intención de siembra en el arroz, que está ligado a la ganadería en un mecanismo de rotación de pasturas, por lo cual Rocha se fortalece en materia de invernada, que son los mayores productores del Uruguay de animales de reposición.
Rocha ha tenido algún agregado en otros rubros como los olivos o la vid, que vienen desarrollándose a paso lento pero firme. La pesca viene en un proceso de mejoría; hay algunos barcos que han empezado a operar con permisos de pesca del Puerto de La Paloma y ello moviliza mucha mano de obra.
¿Cuál es la importancia del sector arrocero en la economía rochense?
El sector arrocero, después de una retracción de varios años consecutivos de siembra, llegó a un piso de 143.000 hectáreas el año pasado y tenemos un aumento de intención de siembra de un 10% para el año próximo, lo cual es una muy buena noticia –son 14.000 hectáreas que se sumarían al complejo arrocero-. Toda la zona norte de Rocha gira en torno al arroz: la economía, los comercios, los talleres mecánicos, hasta las farmacias, entonces es un círculo virtuoso que reproduce y moviliza la economía.
Aparte, el arroz es el método de producción agropecuario con mayor inversión por hectárea, supera los US$ 2.000 puestos por cada hectárea cultivada. En Rocha hay aproximadamente unas 30.000 hectáreas, entonces, si multiplicamos 30.000 por los 2.000, nos da la asombrosa cifra de que se movilizó la economía en el entorno de los US$ 60 millones.
Como decía, el turismo también ocupa un lugar muy importante en la economía local, y se ha visto perjudicado por la pandemia. ¿Cómo está funcionando hoy? ¿Se apostó al turismo interno?
En Rocha tenemos que cambiar el perfil turístico para tratar de captar un turismo de mayor sector de ingresos que permita radicar mayor cantidad de dinero en el departamento y mejorar la calidad del trabajo, para evitar la migración de los rochenses. Para eso hay que comenzar con muchas cosas, como la infraestructura, donde, otra vez, faltaron esos US$ 10 millones del fideicomiso.
De todas maneras, en La Paloma llevamos invertidos más de US$ 1.000.000 en ramblas costaneras y estamos tratando de mejorar los servicios de playa. Ya está adjudicada la construcción de 12 paradores modelo para la costa de Rocha en las playas más concurridas de Punta del Diablo, La Pedrera y La Paloma. Y se van a instalar baños, no solamente químicos, sino de calidad, incluso con duchas, en una docena de playas.
¿Qué evaluación hace del proceso de descentralización llevado adelante por los gobiernos anteriores y qué queda por hacer en esa materia?
La descentralización es una bandera histórica del Partido Nacional y la valoramos positivamente, aunque de forma insuficiente. Hubo un proceso inicial de una transferencia de competencias con ausencia de recursos, y de nada sirve que te transfieran competencias si no tienes recursos. En el caso de Rocha, debemos reconocer que los gobiernos anteriores hicieron un esfuerzo en comparación con otros departamentos para generar recursos, si bien fueron pocos e insuficientes.
Nosotros vamos a profundizar eso, queremos municipios con más autonomía, porque cuando nos sacamos problemas de arriba porque los soluciona un municipio, podemos utilizar los recursos centrales en otro tipo de obras, en lugar de salir a apagar incendios en las localidades.
Incrementamos un 28% la partida de obras por municipio y aumentamos de $ 780.000 a $ 1.000.000 por mes para gastos de funcionamiento. Además, aspiramos a crear algunos municipios adicionales para generar mayor autonomía en el manejo territorial.
¿Qué objetivos principales se marcó para el período?
Un objetivo básico es que cuando nos toque irnos de la Intendencia tengamos un departamento un poco mejor que cuando entramos. Tenemos la ambición de generar obras que puedan ser icónicas. Ya hay proyectos en marcha para bituminizar los primeros kilómetros de caminería rural en Rocha, que hasta ahora no existían, en una red de casi 2.000 kilómetros. La idea es ver si podemos llegar al final del período con unos 100 kilómetros de asfalto en caminería rural para levantar el estándar y evitar cada tres meses pasar con las maquinarias en esos caminos. A su vez, hay un conjunto de obras urbanas, como centros deportivos, terminales de ómnibus y puentes, que queremos ir construyendo en este período.
TE PUEDE INTERESAR